MARÍA BENÍTEZ
POEMAS
LA ESCISIÓN (PRIPYAT)
Skinner dijo "ser para uno mismo es no ser casi nada".
Pero yo he encontrado un número reducido y peculiar de personas que en ese casi lo han sido todo.
He extendido un manto de bruma
una densidad insalvable
entre la semilla de lucidez en el ojo
y la plaga de enredos en la tierra.
Para evitar el contagio.
Si preguntan diles que me fui al bosque
a volar con las hadas.
Si preguntan confiésales que me consumió el delirio,
que me inflamé con las piras de mis demonios.
Dilo, dilo.
Me volví loca.
Pero no preguntarán. No realmente.
La pregunta es la espiga de cereal sana entre la cosecha muerta.
El campo está enteramente podrido.
El campo,
aquí
y
ahora,
es una dolencia.
La primera grieta resuena desde la infancia:
"esta niña no está fina".
Esta niña no está aquí.
Yo he abierto un abismo para romper el canal,
la conexión.
Yo lo he hecho porque era urgente.
Era necesario.
Involucrarse en este tiempo
es como sumergirse en ácido y después lamentar
el desprendimiento de la piel
del cabello.
Quedarse en la cueva
mezclarse con la cueva
convertirse en la cueva.
Ignorar la sierra resplandeciente que se mece arriba, lejos.
Este tiempo hace difícil separar el tocino de la carne
y la carne
del hueso.
Yo lo vi en un sueño, hace mucho.
Yo lo vi en un sueño, justo ayer.
He abierto una brecha con el mundo
y me he quedado
en el otro lado.
El aislamiento es la respuesta del sistema nervioso, la defensa, la reconstrucción de las fibras.
El aislamiento es la fiebre, el síntoma rebelándose contra la infección. El síntoma y su clarividencia.
La paz en el haz azul y frío de la alteración perceptiva.
Mi corazón se ha renombrado por hipertermia.
Se desbautiza y se proclama zona de exclusión,
se deshabita para no respirar la radiactividad del entorno.
Me llamo Pripyat y sigo aquí pese a las ruinas.
Me he escindido de los rezos, de las idea.
He quemado los símbolos, los manifiestos.
Para sobrevivir.
Ya he pagado el precio,
yo ya he.
Yo he ofrecido en sacrificio todo el miedo que me cabía en el cuerpo.
Yo me he ido muy lejos, muy lejos.
Como un bandazo de viento, un huracán que te retira a la otra punta del universo.
La enfermedad también puede ser el remedio al germen.
La ausencia de palabras. De contingencias. La ausencia.
La enfermedad es la espiga sana en la cosecha podrida.
La enfermedad es la semilla de lucidez en el ojo,
el pájaro doméstico que escapa y vuela con artrosis en las alas,
lejos
lejos de las jaulas
la escisión de los retoños criados por las bestias
lejos
lejos de los humanos.
PALLAKSCH, PALLAKSCH
"-Pallaksch, pallaksch-. También la lengua tirita” .
- Chantal Maillard, La herida en la lengua.
el problema no era el miedo a la oscuridad sino que no entrases en ella
no puedo explicaros la defusión entre emoción y conducta
porque todos los libros están tirados aquí y allá
qué desorden tan intrusivo
qué fuga del siglo con las ideas
no sé nada de oficios pero sueño de mayor con que alguien me hubiera preguntado qué quería ser de pequeña
me devuelve a un suelo tierno saber que una vez tú también eras de las que iba apartando las mariquitas del asfalto para que nadie las pisase
juro que a veces puedo sentir de una forma muy sólida y eclipsante cómo este mundo me pone enferma
-"gradualmente y luego de repente" -
podría mirar a un tuerto y dejarle cien años de mala suerte
la soledad no es tiempo sino espacio
podría relamer las esquinas donde fui a vomitar para condicionar el veneno como algo aversivo por saciedad pura
podría dar fe de que eso nunca ha curado el hambre
no puedo explicaros por qué radical si os quedáis siempre en las ramas
por qué mujer sin necesidad de "pero el hombre"
por qué el fin no será amor nunca ni se justificará si el medio es el odio
por qué balbucean torpes los sabios
por qué este bloqueo
este vacío repentino
este corte brusco en el hilo
el pensamiento
no puedo salvaros de cuando decís casa
y creéis estar fuera de peligro.
DALILA ESLAVA
POEMAS
DISECCIÓN
Puedo admitir a nadie
que el miedo a las alturas siempre fue inventado
mientras camino por la línea recta del abismo más familiar
o hago claqué sobre tu espalda,
que viene a ser lo mismo.
Sentir la piel del erizo nunca fue en vano
a pesar del final corriente el cual tenemos por destino;
tu imagen deja de ser borrosa
y las señales de pérdida que llevan a vivir de nuevo el abandono
han dejado de ser una prioridad.
Qué me ocurres.
Únicamente
una explosión de oxitocina
puede explicar estas ganas de suicidarme si es desde tu cuerpo,
pero no me creo.
Hoy
nuevamente
me han preguntado qué es lo que siento
y sólo he sabido responder
que a ti.
ICEBERG
Te miro de cerca
me perdí tantos detalles que me equivoqué de boca dos veces
y ahora que conozco tus manos
no quiero pasar por alto ninguno de los poros de tu piel
piel coraza que esconde algo tan grande
tan grande
que hay días en los que quiero irme por miedo a que me lo enseñes
y quiera quedarme para siempre
Porque yo sé que me quedaría,
siempre me quedo,
pero sé a ciencia cierta que estoy fuera de la media
y ojalá tú también
Pero asumir que te van a abandonar
hace que duela menos dicho abandono
por eso te incluyo en ese conjunto de individuos
que dejan de saludarme a pesar de las ganas pasadas
Me baño en las dudas que hacen del futuro algo tan terrible
que no me atrevo a preguntar por tu historial de huida
Así que
mientras tanto
compartimos espacio con la certeza de que nos caeremos
Pero chico
no habrá sido en vano