Qué silencio esta noche.
Solo se escucha un río,
su continuo ajetreo algo lejano.
He llegado a pensar
que era lenguaje, idioma;
un conjunto cifrado que ahora entiendo,
descifro, identifico.
Hay un rumor más lejos,
no alcanzo a precisar
su misterioso origen.
Tal vez es algún eco
u otra voz que medita.
Miro entonces al cielo.
Hay una luna inmensa, blanca, llena.
Parece que gritara,
enorme, como boca.
Ahora llega una nube.
Se ha perdido su luz por un instante.
Es una nube negra
más negra que otras nubes.
Más dura, más opaca.
Y es en este silencio, y en esta oscuridad,
cuando vuelvo a escuchar al fondo el río.