Una aproximación plural, rigurosa, atractiva y completa a Rafael Azcona es la propuesta que realiza el nuevo número de la revista cultural TURIA a sus lectores. Un sumario de casi 500 páginas que tiene como principal protagonista a un autor que, tanto en el cine como en la literatura, hizo un magistral e imprescindible retrato tierno, festivo, amargo y burlesco del siglo XX. Además, junto a este monográfico Azcona, la revista traza una amplia y sugerente panorámica de las letras riojanas actuales con la presencia en sus páginas de un total de 23 autores de esta Comunidad Autónoma.  

El nuevo número de TURIA se presentó en Logroño el pasado 24 de marzo y cuenta con el patrocinio del Gobierno de La Rioja. Cuando se cumplen siete años de su muerte, TURIA ofrece un novedoso y necesario acercamiento a la vida y la obra de Rafael Azcona a través de textos inéditos elaborados por 14 autores muy vinculados al más célebre guionista del cine español.

Coordinados por el especialista Bernardo Sánchez Salas, en el monográfico que TURIA dedica a Azcona encontraremos los testimonios exclusivos de directores de cine como Carlos Saura, José Luis García Sánchez, Gonzalo Suárez y José Luis Cuerda. Y también el lector disfrutará con artículos originales de estudiosos del trabajo creativo de Azcona como Agustín Sánchez Vidal, Juan Antonio Ríos Carratalá, José Ignacio Foronda, Santiago Aguilar, Pablo Pérez Rubio, Esteve Riambau, Luis Alberto Cabezón, Luis Alegre, Manuel Hidalgo y Ángel S. Harguindey. 

En su excelente artículo introductorio, Bernardo Sánchez Salas nos dará la clave para entender a Rafael Azcona: “a mi juicio, es –tanto desde la urgencia vital como desde el oficio dramatúrgico- la capacidad de adaptación, la tenacidad en la adaptación, la más extraordinaria, emocionante y productiva cualidad que yo destacaría de Rafael”.

Para Sánchez Salas, “Rafael, como muchas de sus criaturas, también tuvo que ‘sobreponerse” continuamente. Es decir: adaptarse, readaptarse, errar, deslocalizarse y amoldarse varias veces. Fueron las sucesivas -y diversas- adaptaciones las que forjaron su personalidad y su producción intelectual”.

 

BUENAS LECTURAS PARA BUENOS LECTORES

Además  del  protagonismo  esencial  de  Rafael  Azcona,  el  nuevo número de TURIA brinda un variado e  interesante  catálogo  de  buenas lecturas para buenos lectores.  No  en  vano,  además  de  las colaboraciones  de  los  autores  ya  citados,  las páginas de la revista se enriquecen con textos inéditos de grandes autores internacionales. Así, TURIA da a conocer un avance de la edición en español de “La isla de la infancia”, del escritor noruego Karl Ove Knausgard. La obra, que será editada en mayo por Anagrama, es tercer volumen de su celebrada saga autobiográfica “Mi lucha”, una serie cuya aparición ha constituido en los últimos años todo un éxito mundial y ha consagrado a su autor como la última revelación de las letras europeas.

También TURIA ofrece a los lectores el homenaje colectivo que siete poetas de diversas procedencias rinden al imprescindible escritor venezolano Rafael Cadenas, uno de los eternos candidatos al premio Cervantes. Otros protagonistas del sumario del nuevo número de TURIA son autores como Paulino Masip, Javier Gomá, Adelaida García Morales, César Antonio Molina, Manuel Longares o Ana Rossetti.

Especialmente recomendables son las dos amplias entrevistas exclusivas que TURIA publica: con el historiador José Álvarez Junco, uno de los estudiosos más certeros en el análisis de nuestro pasado y de nuestro presente (“Hay que educar para el cambio. Es la única ley de la Historia”) y con Manuel Saiz, uno de los nombres propios mas notables e internacionales del arte contemporáneo español  (“Cada obra es una nueva manera de nombrar la muerte”) que también es el autor de las once ilustraciones originales que enriquecen gráficamente este sumario de TURIA.

TURIA ha conseguido convertirse, tras más de 31 años de trayectoria,  en una de las revistas culturales de referencia en español. Tiene difusión nacional e internacional y por sus páginas han pasado más de mil autores de diversas procedencias estéticas e ideológicas, lo que da idea de la riqueza y pluralidad de sus contenidos. En reconocimiento a su labor, la revista obtuvo el Premio Nacional al Fomento de la Lectura.

TURIA es una revista de periodicidad cuatrimestral que tiene una edición en papel y otra  digital (web y Facebook). Está publicada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel, el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Este número cuenta también con el patrocinio del Gobierno de La Rioja.

 

AZCONA INÉDITO: CUATRO “POSTALES” DE LOS AÑOS 50

A  destacar,  entre  otras  interesantes  aportaciones  que  realiza  TURIA,  la  recuperación de cuatro textos de Azcona escritos en la prensa durante los años 50 y hoy olvidados. Bajo el título común de “Postales” se publicaron originalmente en suplemento literario el diario “Arriba”. Los artículos son una viñeta memorialistica y tres retratos de Ibiza, Canarias y Almuñécar.

Merece la pena este rescate porque, como asegura Santiago Aguilar, “en estas páginas volanderas Rafael Azcona asume el reto de transformar este género epistolar breve en una suerte de fiel entre la observación irónica, al modo rusiñoliano, y un lirismo personalísimo.

Sale inmejorablemente librado del lance y esperamos que el lector coincida con nosotros en que se encuentran entre lo más cuajado de su labor en prensa a lo largo de la década de los cincuenta”.

El  conjunto  de  textos  inéditos  que  TURIA  ofrece  sobre Azcona es muy completo. Integra a distintas generaciones de estudiosos y especialistas y, sus artículos y testimonios, permiten conocer más y mejor aspectos esenciales tanto de su trabajo creativo como de sus circunstancias vitales: Bernardo Sánchez Salas (“Adaptación”), Agustín Sánchez Vidal (“La convergencia con el cine español”), Juan Antonio Ríos Carratalá (“Rafael Azcona: la necesidad de desplazarse en autobús”), José Ignacio Foronda (“Un hombre que fabrica un esqueleto”), Santiago Aguilar (“Azcona en los papeles: el aprendizaje del humorismo”), Pablo Pérez Rubio (“¿Existe un modelo cinematográfico azconiano?”), Esteve Riambau (“Inquilino y conductor: El pisito y El cochecito”), Luis Alberto Cabezón García (“Los papeles póstumos de Rafael Azcona. Primera aproximación a su biblioteca personal”), Luis Alegre (“Recuerdos de Rafael”), Manuel Hidalgo (“¡Que siga la cosa!”) y Ángel S. Harguindey (“Los regalos al viento de Rafael”).

 

AZCONA Y SUS DIRECTORES: SAURA, GARCÍA SÁNCHEZ, CUERDA Y SUÁREZ

TURIA da a conocer también la opinión sobre Rafael Azcona de varios de los grandes directores del cine español que trabajaron con él: Carlos Saura, José Luis García Sánchez y José Luis Cuerda. O de otros que, como Gonzalo Suárez, nunca lo hicieron. A través de estos testimonios exclusivos, los lectores obtienen una aproximación muy personal y cercana al universo azconiano y a su protagonista.

Así, Carlos Saura reconoce que “durante años, Rafael Azcona fue mi compañero de viaje y colaborador. A él le debo, entre otras cosas, el rigor en la escritura de un guión. Aprendí mucho a su lado”. Recuerda Saura que “Rafael exigía que antes de escribir una sola letra le contaras el argumento de la película, los personajes, los escenarios. Sólo entonces, si le parecía bien, aceptaba la colaboración”.

Por su parte, José Luis García Sánchez considera que “Azcona entró en el cine como sucursal de la literatura”. No obstante, también asegura que “no es lo mismo escribir un guión con Azcona que hacerlo con otro cualquiera. Con él consistía en que te reunías por la mañana, durante muchas mañanas, dos o tres horas, y un rato hablabas de las historias que te traías entre manos, y ahí naturalmente aportabas tus ideas. Pero quien escribía el guión era por la tarde Rafael. A partir de un momento me pareció completamente injusto figurar. Si lo miras cronológicamente yo, al final, no quería firmar los guiones porque eran de Rafael Azcona”.

Según José Luis Cuerda, “Azcona era un enemigo a muerte de la infección sentimental. No soportaba la televisión actual. El ir a saco al corazón del espectador le parecía una indecencia insoportable. Hubiera dirigido tan bien como escribía; pero dudo que le apeteciera tener aun productor, a un distribuidor o a una actriz o actor estrella a sus espaldas, mientras escribía un guión, dándole su opinión sobre el mismo o intentando imponerla”.

Gonzalo Suárez lamenta que la simpatía y la amistad que le unió a Azcona nunca fuera corroborada por “una colaboración que siempre añoramos”. Según Suárez, Azcona “se mantuvo fiel a sus ideas, que pasaban por una visión estricta de la literatura y por la pretensión de no convertirse en personaje público. Él me solía preguntar por qué diablos, sabiendo escribir, me empeñaba en hacer cine. En cierto aspecto, para él el cine era secundario. Fue, ante todo, un gran lector y un buen escritor”.

Completa el monográfico de TURIA, una útil y pormenorizada biocronología de Rafael Azcona elaborada por un reconocido especialista: el historiador del cine español Pablo Pérez Rubio.

 

PAULINO MASIP, EHRENBURG Y ADELAIDA GARCÍA MORALES

El sumario de Turia se abre, en esta ocasión, con un artículo de María Teresa González de Garay titulado “Paulino Masip: un escritor exiliado de la generación del 27”. Un redescubrimiento necesario de un autor de múltiples registros (periodista, narrador, guionista…) comprometido con la Segunda República que merecería más lectores, máxime porque su libro “El diario de Hamlet García” es una de las mejores novelas sobre la guerra civil publicada fuera de España.  

César Antonio Molina se ocupa, en su artículo “Cómplice del estalinismo” de analizar las memorias de Ehrenburg. Un documento repleto de “silencios, vacíos, omisiones” pero “fundamental para entender el pensamiento soviético moderado, su rostro más culto, inteligente, pero al fin y al cabo también cruel”.

En “La soledad y los silencios de Adelaida García Morales”, Pedro M. Domene se ocupa de descubrirnos las claves de una autora singular en nuestro panorama literario. Fallecida el pasado año, este texto es una suerte de homenaje a quien nos deslumbró con un libro de una fuerza deslumbrante: “El Sur”.

 

KNAUSGARD, RAFAEL CADENAS Y JAVIER GOMÁ

En el apartado que TURIA dedica al ensayo, se incluye un texto que merece una lectura atenta: “La imagen de tu vida”, de Javier Gomá Lanzón. El filósofo y director de la Fundación Juan March se ocupa de analizar el concepto de gloria a partir de su definición como “la imagen de una vida sublime”.

 

AMPLIA NÓMINA DE NARRADORES Y POETAS RIOJANOS

Aunque la presencia de autores riojanos se despliega a lo largo de las diversas secciones que configuran el sumario de TURIA, lo más relevante del elenco actual de las letras riojanas puede encontrarse en los apartados dedicados a narrativa y poesía.

Así, encontraremos relatos inéditos de Andrés Pascual e Isabel Lizarraga Vizcarra o un adelanto de la nueva novela de Javier Casis. Pero la nómina más espectacular, por su cantidad y calidad, es la poética. Una relación de nombres propios que certifica la buena salud de la poesía en La Rioja y que la integran autores de diversas generaciones y estéticas: José Ignacio Foronda, José Luis Pérez Pastor, Manuel de las Rivas, Carmen Beltrán, Sonia San Román, Enrique Cabezón, Pepe Viyuela, Nuria Ruiz de Viñaspre, Begoña Abad, Paulino Lorenzo, Antonio Alfaro, Adriana Bañares, Ángel María Fernández, Nerea Ferrez, Odón Serón y Adrián Pérez Castillo.

 

ENTREVISTAS A JOSÉ ÁLVAREZ JUNCO Y MANUEL SAIZ

Dos conversaciones a fondo y de lectura muy provechosa ofrece TURIA. Sus protagonistas, el historiador José Álvarez Junco y el artista Manuel Saiz no pueden ser más distintos y, al mismo tiempo, más próximos por la claridad y la coherencia con expresan sus opiniones.

Quien se aproxime a José Álvarez Junco a través de la entrevista de TURIA podrá leer, entre otras afirmaciones: “Hay que educar para el cambio. Es la única ley de la Historia”. Y también conocerá que, en su opinión y en materia educativa, “no podemos imponer a una sociedad que aprenda cosas en las que no está interesada”. Respecto a los nacionalismos, se muestra concluyente: “son ahora los grandes manipuladores de la historia”. Defiende también que “la Constitución española debería convertirse en plenamente federal”, al tiempo que se declara partidario de que “tuviéramos mucha más identidad europea de la que tenemos”. Preguntado por la corrupción, Álvarez Junco lo tiene claro: “es la herencia del caciquismo, primero, y después del corporativismo y del clientelismo”.

Manuel Saiz es uno de esos creadores que aprenden con y desde su labor artística. Que descubre lo poco que sabe según avanza en sus proyectos. Para Saiz, la obra de arte “representa siempre un fracaso, el final de la experiencia artística, y el símbolo del agotamiento del creador y de su imposibilidad de alcanzar el infinito. Si el artista recibe las obras con alegría es porque llegan en el momento en el que uno ya no puede más”.

 

ARTÍCULOS SOBRE FRANCISCO J. URIZ Y JERÓNIMO LAFUENTE

Respecto a sus dos secciones dedicadas a  los asuntos o protagonistas aragoneses, TURIA se ocupa de rendir tributo a uno de los grandes nombres propios de nuestra cultura, el traductor y poeta Francisco J. Uriz. A través de un excelente artículo de Juan Marqués, se analiza la extensa e intensa trayectoria intelectual de un zaragozano “tenaz, ilusionado y algo zumbón que tiene mucho de artesano pero también un poco de jornalero” de las letras. Sin duda, Uriz ha sido un incansable trabajador del idioma: bien traduciendo con maestría como certifica su Premio Nacional a la obra de un traductor, o bien como autor de una obra poética propia que merece ser muy tenida en cuenta.

También TURIA ofrece a los lectores un artículo sobre uno de los grandes protagonistas del regeneracionismo turolense del siglo XIX: Jerónimo Lafuente. En esta ocasión, el texto que le dedica Francisco Lázaro Polo nos permite descubrir un aspecto menos conocido de su personalidad: sus viajes por Europa. Así, fruto de sus recorridos por Francia e Italia, publicó en Madrid en 1870 su libro “Tres meses en Italia”. Un volumen destinado a describir no sólo las ciudades y los monumentos principales, sino también encaminado a suministrar noticias curiosas e indispensables para el viajero.

Asimismo, TURIA contiene  la sección habitual denominada “La isla”, con fragmentos del diario de Raúl Carlos Maícas enriquecidos gráficamente por Isidro Ferrer. Cierra el sumario de la revista una amplia sección de crítica de libros, “La Torre de Babel”, donde se analizan las novedades editoriales de mayor interés.