EL AUTOR E HISPANISTA HOLANDÉS ASEGURA: “ESCRIBO LIBROSPARA QUE ALGUIEN LOS MEJORE CON SU LECTURA”

MARTA SANZ LO TIENE CLARO: “LA  MIRADA FEMINISTA TIENE LA POSIBILIDAD DE CERRAR TODAS LAS BRECHAS DE DESIGUALDAD”

Los lectores del nuevo número de la revista TURIA, que se distribuye este mes de marzo, podrán disfrutar de dos entrevistas a fondo con los escritores Cees Nooteboom y Marta Sanz. Se trata de dos conversaciones exclusivas, que permiten no sólo conocerlos mejor, sino también descubrir sus opiniones sobre un amplio repertorio de temas de interés. Ambos son dos de los más valiosos protagonistas de nuestra actualidad cultural: el hispanista holandés Cees Nooteboom, aunque retirado en su casa de Menorca,  es toda una leyenda viva de la cultura europea contemporánea y se mantiene todavía intelectualmente muy activo a sus 86 años. Por su parte, Marta Sanz posee una personalidad cercana y vivaz, un sentido de lo colectivo muy acusado y una imperiosa necesidad de atrapar en sus libros y colaboraciones periodistícas los movimientos del presente.

Cees Nooteboom y Marta Sanz son, sin duda, dos personalidades muy atractivas y su opinión nos enriquece a a la hora de interpretar el tiempo convulso que vivimos . En TURIA nos hablan, con absoluta libertad y franqueza, de sus respectivas obras y trayectorias. Y, sobre todo, con sus respuestas se ocupan también de abordar diversas cuestiones que nos afectan o interpelan.

Por ejemplo, con Cees Nooteboom conversamos sobre ampliamente sobre literatura y política, sobre la necesidad de viajar o de aislarse del mundo (“igual los escritores necesitamos recluirnos en una habitación por una inclinación autista”). Exploramos también su interés por cuestionar el sentimiento nacionalista o fenómenos como el Brexit.  Además, en la entrevista se analiza la evolución de la sociedad actual, el europeísmo  o la capacidad de influencia del escritor: “el poder del escritor es más limitado que el de sus escritos”.

Marta Sanz es una de las voces españolas más autorizadas para hablar de la trascendencia del feminismo. Así, en la entrevista que publica TURIA, defiende la superación de la idea romántica del amor y reivindica otra: la basada en la complicidad y la igualdad de los dos miembros de la pareja. Y también argumenta la idea del dolor individual como reflejo del dolor colectivo: “esa empatía con el dolor que pueden experimentar otras personas con las que compartes un momento histórico está en mi obra y es muy importante”.

Por otra parte, y entre otros contenidos relevantes, el nuevo número de TURIA publica un artículo original sobre la huella Benito Pérez Galdós en nuestras letras, elaborado por José-Carlos Mainer, historiador, crítico literario y catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza.

 

CEES NOOTEBOOM: “EL EUROPEÍSMO NO ATENTA CONTRA LA IDENTIDAD PARTICULAR”

Cees Nooteboom (La Haya, Holanda, 1933) es, sin duda, uno de los escritores  más sugestivos y originales del panorama de la cultura en Europa. Autor de novelas, poesía, ensayos y libros de viaje, su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas y ha obtenido innumerables premios en distintos países. Sin embargo, Nooteboom es ahora un monje que, de finales de primavera a principios de otoño, se recluye en su casa de Menorca. Le gusta marcar los tiempos y evitar esas distracciones innecesarias que le alejan de su dedicación favorita: leer y escribir. Reconoce incluso cierto pesar por no haberse recluido más: “me he perdido parcialmente la vida interior, que tira mucho de mí”.

Nooteboom, que de joven recorrió Europa haciendo autoestop, guarda un grato recuerdo de su relación con los camioneros: me lo he pasado muy bien con ellos, he dormido en sus casas, he pescado cangrejos con ellos en el Guadalquivir… otros tiempos, los caminos eran más primitivos y el concepto que se tenía del extranjero era otro”.

Si le preguntamos por su visión sobre nuestro presente, Nooteboom nos dirá que “vivimos en un mundo menos asilvestrado. Pero a veces soy pesimista y me ataca la impresión de que los cerebros menguan”.

Una de las constantes de su obra ha sido la reflexión sobre Europa y el nacionalismo. Y es que Nooteboom está convencido de que “el europeísmo no atenta contra la identidad particular”. Por eso, “El Brexit es un fracaso social y una irresponsabilidad política. Debería servir de escarmiento ante quienes juegan con los sentimientos identitarios.

Sobre si es islam es incompatible con Occidente, Nooteboom se muestra partidario de la coexistencia: “lo importante es que haya ley, y prevalezca, y las partes se ajusten a ella”. Eso sí, “hay que evitar que se aproveche nadie del Estado de Derecho”.

Se confiesa Nooteboon “enamorado de Proust” y defiende que “no hay mayor respeto para un clásico que ponerlo al día”. Por eso postula que “la cultura ha de estar en movimiento. Apartemos los miedos. Dejar como están las cosas es alejar del conocimiento a gente que lo quiere tener”.

 

MARTA SANZ: “ME REVIENTA ESE ESTEREOTIPO DE LA MUJER QUE PUEDE CON TODO Y NO SE QUEJA POR NADA”

La escritora Marta Sanz (Madrid, 1967) es, por derecho propio, uno de los nombres más destacados  de  las  letras  españolas  de  nuestros  días.  Cuando  acaba  de  llegar a las librerías una nueva novela, “Pequeñas mujeres rojas”, mantiene para TURIA una conversación sin desperdicio con la periodista Emma Rodríguez. Gracias a ella conocemos más y mejor a una mujer en la que la fragilidad de su apariencia física contrasta con la solidez de sus ideas. Porque Sanz ha ido levantando una obra en la que la poesía, la narrativa y el ensayo nos muestran su capacidad para contar lo que quiere contar. Y es que su literatura corre en paralelo a lo que observa, a lo que vive, a lo que intuye que se avecina.

Marta Sanz reconoce en la entrevista que para ella la escritura es una necesidad: “Yo no sé lo que es la página en blanco y tengo unas ganas constantes de contar cosas. Esto probablemente es así porque siempre tengo las ventanas abiertas”. Inquieta, perfeccionista y meticulosa, la autora de “Monstruas y centauras”, nos dirá: “siempre he tenido muy claro que si quería desarrollar una obra literaria necesitaba persistencia, disciplina y muchísima voluntad”.

Preguntada por el origen de esa energía, de ese tesón, Sanz confiesa que “siempre fui una niña bastante precoz y esto tenía que ver con mis padres. Ambos eran dos personas involucradas en todo lo que tiene que ver con la cultura y con la política”. Y también tiene claro que “soy la mujer que soy porque me formé en la escuela pública”.

En el origen de su labor como escritora fue muy importante el paso por la Escuela de Letras de Madrid, cuando acababa de finalizar la carrera de Filología: “allí empecé a forjar mi sentido crítico hacia los textos”. No en vano, para ella, “la literatura nos ayuda a aproximarnos a los acontecimientos históricos desde esa visión de que lo personal es político”.

Mujer feminista y de izquierdas, considera Marta Sanz que “la violencia contra el cuerpo de las mujeres está directamente relacionada con la violencia que se ejerce económicamente” y también reconoce que “me revienta ese estereotipo de la mujer que puede con todo y no se queja por nada”.

 

CIEN AÑOS DE GALDÓS: CREAR UNA CONCIENCIA NACIONAL

Uno de los principales estudiosos de la literatura española, José Carlos Mainer, abre el sumario del nuevo número de TURIA con un atractivo y riguroso artículo sobre Benito Pérez Galdós: “Cien años después: sobre la fama póstuma de Galdós (1843-1920)”. En él se nos da noticia, en este año en el que conmemoramos el centenario de su muerte, de “lo que se ha llamado muchas veces el largo purgatorio de la valoración de Galdós”.

Tal y como recuerda Mainer en TURIA, frente a su incuestionable dimensión de escritor muy popular en su época, no han faltado las descalificaciones contra Galdós de Valle-Inclán, Antonio Espina o Juan Benet, por citar algunos de sus críticos más ilustres. El primero se refirió a él, en la célebre “Luces de Bohemia”, como “Don Benito el Garbancero”. Más tarde, Antonio Espina aseguraba en “Revista de Occidente” que “Galdós no es un Dickens, ni siquiera un Balzac”. Y Benet se despachó a gusto contra Galdós porque “literariamente emociona poco”.

Pero también ha habido, a lo largo de estos cien años, incuestionables voces que han salido al rescate de Galdós. Entre ellos, Mainer cita en TURIA las palabras de Federico García Lorca (“aquel gran maestro del pueblo, don Benito Pérez Galdós, a quien yo vi de niño en los mítines sacar unas cuartillas y leerlas, teniendo como tenía la voz más profunda y grande de España”), y también a Vicente Aleixandre o Luis Cernuda.

Subraya Mainer que la nueva lectura de Galdós en el ámbito de los estudios literarios, siempre estará en deuda con la ingente labor de los hispanistas anglosajones y de críticos españoles como Ricardo Gullón o José Fernández Montesinos. Desde entonces, a Galdós ya se le lee sin mala conciencia y los estudios sobre su obra han permanecido a salvo de los excesos.

Termina Mainer su artículo con una acertada referencia a lo que Azorin escribió a propósito del último Galdós: “’Don Benito Pérez Galdós, en suma, ha contribuido a crear una conciencia nacional: ha hecho vivir España con sus ciudades, sus pueblos, sus monumentos, sus paisajes’. ¿No convendría volver – en tiempos de tribulación – a pensar un poco en todo eso?”.

TURIA es, con 36 años de trayectoria y periodicidad cuatrimestral, una de las publicaciones culturales españolas más veteranas y reconocidas, por cuya labor obtuvo el Premio Nacional  al Fomento de la Lectura. Desde hace un más de lustro, además de su edición en papel, la revista TURIA tiene una versión digital a través de una atractiva web y de una página en Facebook que está obteniendo una muy favorable acogida.  

 

UN FRAGMENTO DE LA ENTREVISTA EXCLUSIVA CON CEES NOOTEBOOM

El nuevo número de la revista TURIA contiene una extensa y antológica entrevista a Cees Nooteboom, el más importante escritor holandés de nuestra época y uno de los grandes autores europeos. La conversación mantenida permite conocer a fondo su personalidad y su trayectoria, así como sus opiniones sobre un amplio abanico de cuestiones de interés. De ese material inédito, adelantamos hoy el siguiente fragmento:

 

CEES NOOTEBOOM: “DESTRUIR VENECIA ES POSIBLE, PERO SEGUIRÍA SIENDO ETERNA”

- Su libro sobre Venecia ha salido en varios países. He acudido a internet para saber de él y tengo la impresión de que regresa a una vieja idea: si es Venecia destruible.

- Destruirla es posible, pero seguiría siendo eterna. Ya lo es. Sería una ruina bellísima, o una ciudad bellísima perdida en el recuerdo, en los libros, en el panteón del arte.

- “La Galería de los Uffizi es un vestíbulo de estación donde el autocar japonés y el chárter alemán se disputan sitio delante de Botticelli”.

- El problema es ese: para ver el Palacio de los Dogos, hay que hacer una gran cola. No es agradable, pero merece la pena. Hay soluciones técnicamente posibles de contener el agua, pero muy caras. Junto a ellas hacen falta políticas concretas que restrinjan el número de visitantes. No seamos necios e impidamos el turismo desbocado. Por lo demás, hay que ir en febrero, cuando el clima no es agradable. Giorgone, las iglesias, el agua, la piedra… Simone la ha retratado muy bien. Venecia es otra cosa en el mundo. La visité por primera vez en 1964. Su arte es diez veces superior al de Ámsterdam.

- En el diario suizo Neve Zurcher Zeitung comentan, a propósito, que la idea de los lugares que nos atrae suele ser inexacta porque está mezclada de memoria y alucinación. Pero eso es lo que la hace interesante, ¿no?

- Eso es cierto. Yo intento no referirme a nada textualmente. Hay muchos planos del realismo que no me interesan. Estamos a falta de ambigüedad. Y es precisamente en las zonas de sombra donde resplandece aquello que nos invita a pensar en la verdad de las cosas o, al menos, aquello por lo que nos sentimos apelados y que identificamos con la verdad.

- También he leído declaraciones suyas sobre el libro. En una confiesa haber entendido algunas imágenes tras “cientos de veces contemplándolas sin estar preparado”. ¿Se puede morir sin estarlo?

- Sí. Lo que pasa es que el que no está preparado no lo sabe. ¡Yo no lo sabía! Me he percatado ahora, al entenderlas. De haber fallecido en 2015, no habría percibido mi incapacidad. No sé si la edad me ha tranquilizado y hecho más sensible. Yo creo que la edad, en general, contagia indiferencia y cansancio.