Con esta iniciativa, TURIA quiere contribuir al fomento de la lectura de la obra de Kafka en un año muy especial. Porque, en este 2024, se cumple el centenario de la muerte de uno de los más grandes e indiscutibles nombres propios de la literatura universal. Por eso TURIA le ha dedicado un espectacular monográfico internacional que reúne a los mejores escritores y expertos en su obra. Un total de 15 autores españoles, alemanes, austríacos y checos, publican 150 páginas de textos inéditos que van a permitir conocer más y mejor la genialidad creativa de Franz Kafka. 

El sumario que ofrecerá TURIA resulta muy atractivo tanto para los buenos lectores como para aquellos que quieran descubrir hoy las claves de la obra de Kafka, su vigencia e interés. Coordinado por la profesora Isabel Hernández, catedrática de Filología Alemana y Eslava de la Universidad Complutense, entre los autores que participan sobresale la presencia de la escritora austríaca Elfriede Jelinek, Premio Nobel de Literatura en 2004. Algo lógico por cuanto, para ella, “Kafka es un autor de emoción extrema”. 

De igual relevancia es la presencia en el sumario de TURIA del escritor y editor alemán Reiner Stach, el mayor experto mundial en Kafka, al que dedicó como editor unos cuantos años de su vida para publicar la versión definitiva de sus obras completas en Alemania. Con posterioridad, Stach consagraría toda una década a la escritura de las tres entregas de una extraordinaria y rigurosa biografía. Buena prueba de su excepcional conocimiento del universo kafkiano es el original artículo que publica en TURIA sobre “Los animales parlantes de Kafka”. 

 

KAFKA, UN AUTOR MÁS ALLÁ DE LAS MODAS 

Franz  Kafka (1883-1924) tuvo una vida breve pero intensa. Es, además, un claro ejemplo de mestizaje cultural: aunque nacido en Praga, se le puede considerar como un autor judío bohemio de lengua alemana que murió en le sanatorio austríaco de Kierling, víctima de la tuberculosis y cuando sólo tenía 41 años.

En el homenaje y reivindicación que TURIA realiza de la figura y la obra de Franz Kafka se publican textos inéditos de gran valor tanto por lo que se dice en ellos como por la relevante personalidad de sus autores y su contrastada vinculación al estudio interpretativo de la obra de un creador que nunca permite la indiferencia.

En el artículo que abre el monográfico, y bajo el revelador título de “¿Quién era Franz Kafka?”, Isabel Hernández, se nos dice: “el mundo literario de Franz Kafka ha adquirido a día de hoy tal magnitud que el nombre de su autor se ha desligado de la persona y se ha independizado de los escritos hasta el punto de conseguir preformar nuestras interpretaciones de la realidad y nuestros modelos de percepción abusando de él hasta convertirlo en un adjetivo, "kafkiano", que el diccionario de la Real Academia define como calificador de una situación absurda o angustiosa. El autor y su mundo han saltado, pues, las barreras de lo literario para entrar en nuestra vida cotidiana en el marco del absurdo y la angustia, algo verdadera y asombrosamente calificable como auténticamente kafkiano, pues su vida cotidiana fue, sin más, el eje en torno al que giró en verdad toda su escritura”.

Otra de las contribuciones más notables es la que realiza Luis Landero, uno de los más confesos admiradores de Kafka entre los escritores españoles. En TURIA, Landero reconoce su devoción por el autor de libros como El proceso o El castillo, por el creador de personajes tan singulares como Gregorio Samsa, mítico protagonista de La metamorfosis: “Yo solo soy un lector curioso, y bien sé que lo que digo no es nuevo, y este es otro motivo de estupor. No hay autor del siglo XX más estudiado y comentado que Kafka. Diríase que todo está ya dicho sobre él. Y, sin embargo, ahí sigue, tan misterioso, tan inaccesible y seductor e intacto como siempre. Como el mensajero imperial, que nunca llegará a su destino, tampoco nosotros, sus lectores, los curiosos y los exégetas, lograremos desvelar nunca el enigma insondable de las historias que nos cuenta. Es más, a veces da la impresión de que cualquier acercamiento crítico o filosófico a su obra, aun siendo un homenaje, la empobrece y profana. Dentro de muchos siglos, cuando del XX apenas quede nada en la memoria colectiva, y especulando acerca de quiénes representarán para entonces la esencia cultural de nuestra época, uno piensa en Einstein, en Picasso, en Chaplin…, y en cuanto a la literatura, no tengo dudas de que será Kafka quien hablará por nosotros y dará testimonio de nuestro paso por el mundo”.

Entre las aportaciones internacionales sobre Kafka, también publica TURIA un artículo de Felix Philipp Ingold, uno de los grandes autores, periodistas culturales, traductores y profesores suizos de lengua alemana. Otro reputado experto  en Kafka es el  germanista Michael Braun, director del departamento de literatura de la Fundación Konrad Adenauer. La literatura checa tiene en el monográfico de la revista una representación muy representativa: la de Markéta Malisová, directora del Centro Franz Kafka de Praga. Por otra parte, la nómina de autores austríacos la completa Leopold Federmair, que desde 2002 reside en Japón, impartiendo clases en la Universidad de Hirosima y realizando una gran labor como escritor, traductor y crítico literario.

Respecto a la presencia española en este sugerente asedio creativo y crítico a Franz Kafka señalar, además de los ya citados, tambien la presencia de escritores como Gonzalo Hidalgo Bayal, Berta Vías Mahou y Diego Moldes; de críticos como Ignacio Echevarría, de traductores como Adan Kovacsis y de profesores universitarios como: Carlos Fortea, Marisa Siguan, Carmen Gómez García, Álvaro de la Rica, Elisa Martínez Salazar y Javier Sánchez Zapatero. 


LA REVISTA CULTURAL “TURIA”: MÁS DE 40 AÑOS DE TRAYECTORIA

Fundada en 1983, TURIA ha conseguido convertirse en una de las revistas culturales de referencia y ha situado a Teruel en el mapa literario en español, gracias a su difusión nacional e internacional por suscripción. Su surgimiento y consolidación demuestra que es posible  hacer cultura universal desde cualquier lugar, siempre que se trabaje con rigor, libertad y capacidad de integración. Buena prueba de ello es que, en sus más de 40 años de trayectoria, ha publicado a un número superior a los 1.500 autores y un total de 45.500 páginas de textos siempre inéditos, pues todo el material que se edita por la revista tiene que ser original. Un requisito, que junto a la permanente exigencia de calidad literaria, define a TURIA.

Como reconocimiento a su labor, la revista obtuvo en 2002 el Premio Nacional al Fomento de la Lectura otorgado por el Gobierno de España “por su vocación de apertura a la cultura universal y como ejemplo del esfuerzo de las revistas culturales para el fomento de la lectura”. Además, el pasado año, el Gobierno de Aragón le concedió a TURIA su máxima distinción institucional, el Premio Aragón 2023, por haberse “convertido en un elemento simbólico para la cultura aragonesa contemporánea, en proyecto esencial de las letras españolas en las últimas décadas”, además de ser una plataforma de publicación “valorada para autores noveles y consagrados” y un “ejemplo de proyección universal desde lo local”.

Desde hace once años, la revista TURIA compatibiliza su tradicional versión en papel con otra en formato digital. Tanto la web como su página en Facebook ofrecen gratuitamente y en abierto una selección de textos procedentes de la edición en papel y otros contenidos escritos directamente para ser leídos sólo en soporte digital. Mientras que la web consigue un promedio de 7.000 lectores mensuales, y es también tienda virtual desde la que resulta fácil y rápido adquirir los ejemplares en papel, en Facebook la revista cuenta con 13.600 seguidores.

El perfil de sus lectores nos informa de que se tratan por igual tanto de hombres como de mujeres, con edades comprendidas mayoritariamente entre los 35 y los 64 años.

TURIA es una revista editada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel. Para su financiación cuenta, además de con el apoyo de su entidad editora y de sus suscriptores, con el patrocinio de la Caja Rural de Teruel, del Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Este monográfico Kafka ha sido posible gracias a la financiación del Foro Cultural de Austria, de la fundación alemana S. Fischer y de la Universidad Complutense de Madrid.


MARTA SANZ, UNA PRESENCIA CONSTANTE EN TURIA

Marta Sanz, una de las autoras españolas actuales más apreciadas por los lectores y la crítica, se encuentra muy vinculada a la trayectoria de la revista. De ahí que no resulte extraño que sea la encargada de dar a conocer, el próximo día 16 de abril, el monográfico Kafka de TURIA en el salón de actos de la Biblioteca Nacional de España.

Se da la circunstancia de que Marta Sanz, no sólo ha colaborado con textos inéditos en innumerables ocasiones, sino que varios de sus libros han sido objeto de un cuidadoso análisis crítico. Singular interés para conocer mejor su personalidad y su obra literaria y ensayística es la amplia conversación exclusiva que se publicó en  el número 133-134 de TURIA, en 2020.

Gracias a dicha entrevista a fondo, conocemos más y mejor a una mujer en la que la fragilidad de su apariencia física contrasta con la solidez de sus ideas. Porque Sanz ha ido levantando una obra en la que la poesía, la narrativa y el ensayo nos muestran su capacidad para contar lo que quiere contar. Y es que su literatura corre en paralelo a lo que observa, a lo que vive, a lo que intuye que se avecina.

Marta Sanz reconocía en dicha entrevista que para ella la escritura es una necesidad: “Yo no sé lo que es la página en blanco y tengo unas ganas constantes de contar cosas. Esto probablemente es así porque siempre tengo las ventanas abiertas”. Inquieta, perfeccionista y meticulosa, la autora de Monstruas y centauras, nos confesará: “siempre he tenido muy claro que si quería desarrollar una obra literaria necesitaba persistencia, disciplina y muchísima voluntad”.

Preguntada por el origen de esa energía, de ese tesón, Sanz confiesa que “siempre fui una niña bastante precoz y esto tenía que ver con mis padres. Ambos eran dos personas involucradas en todo lo que tiene que ver con la cultura y con la política”. En el origen de su labor como escritora fue muy importante el paso por la Escuela de Letras de Madrid, cuando acababa de finalizar la carrera de Filología: “allí empecé a forjar mi sentido crítico hacia los textos”. No en vano, para ella, “la literatura nos ayuda a aproximarnos a los acontecimientos históricos desde esa visión de que lo personal es político”.

Otra de las contribuciones más relevantes de Marta Sanz a TURIA tiene que ver con ese gran narrador de nuestra época que fue Rafael Chirbes, el gran escritor. En el inolvidable y hoy agotado monografíco que le dedicó la revista, Marta Sanz nos dirá a la hora de analizar su mítico libro “En la orilla”. “Como los insecticidas. Rafael Chirbes es uno de esos escritores que conserva interiorizadas en su ADN lingüístico las solidaridades léxicas y sus limitaciones: uno que sabe que al sustantivo “policía” le corresponde el adjetivo “eficiente” y no el adjetivo “eficaz”. Al fin y al cabo, Chirbes es de los que creen que la literatura es un oficio y, si hablamos de “policías eficaces”, o no sabemos lo que nos traemos entre manos o estamos buscando otro sentido a las combinaciones de palabras: un sentido que parta de la idea de que, en literatura, no existen dos formas distintas de decir lo mismo y cada una de esas formas es una forma que encierra una visión del mundo. La expresión “una forma ideológica” no es un oxímoron”.


FRAGMENTO DEL TEXTO INÉDITO DE LUIS LANDERO: “DOS NOTAS SOBRE KAFKA”

“(…) En Kafka, continuamente nos encontramos con la ruptura entre causa y efecto, que es el sustento  del  absurdo.  (…)  El  estado  de  extrañamiento,  que tan difícil es de alcanzar para tantos artistas, en él es lo sencillo y lo natural.

Extrañamiento que también alcanza a la escritura, porque sus historias insólitas, al borde siempre de lo irreal, pero a la vez inquietantemente familiares, están contadas en una prosa clara, impecable, clásica, lógica, impasible, y tan puntillosa, sutil y matizada como lo es el lenguaje jurídico, que él conocía muy bien, donde todas las circunstancias, desde las más excepcionales hasta las más obvias, han de quedar registradas y esclarecidas en todas sus minucias, o como el lenguaje rabínico, que no puede permitirse la menor imprecisión, para preservar la pureza y el sentido exacto del texto sagrado que glosan e interpretan. Y ese rigor lógico de la forma, tan ilusoriamente exacto, está al servicio de un fondo esencialmente absurdo, como si también entre ellos hubiera quedado abolida la ley de la causalidad. La cara de póker de Buster Keaton (puesta también al servicio de un contenido cómico) expresa bien el estilo de Kafka. Esa discordia entre fondo y forma, que nadie que yo sepa ha utilizado de un modo tan radical antes de Kafka, es el humor más característico del siglo XX. Lo encontramos en las vanguardias de los años 20, en Charlot, en el teatro del absurdo, o en detalles tan nimios y significativos como en las instrucciones de Cortázar para subir una escalera, o de Tip y Coll para llenar un vaso de agua. Cuando el fondo va por un lado y la forma por otra, nos sale la risa agria e infantil propia de nuestra época. Es el humor de un tiempo en que, desvanecidas las creencias religiosas y la ilusión de un mundo coherente y seguro, perdida también la fe en las palabras, y de que todo efecto tiene su causa, y de que cada cosa está en su sitio, queda al desnudo el formidable y angustioso absurdo de la existencia humana, y de su indefensión y orfandad.

“(..) Quizá el carácter fantástico, desrealizado, con que Kafka nos presenta su mundo, haya atenuado, y casi invisibilizado, la presencia continua, atormentada y escabrosa del sexo, que, de haber sido presentado de un modo realista y directo, lo hubiera convertido en uno de los autores más refinadamente licenciosos de nuestro tiempo.”