La escritora Menchu Gutiérrez será la encargada de presentar hoy TURIA en Madrid,  en un acto que tendrá lugar en la sede central del Instituto Cervantes y a las 19 horas. Sin duda, con la elaboración y difusión de este trabajo colectivo en torno a Vicente Molina Foix, se cumple adecuadamente con la necesidad de fomentar el interés por leerlo. También este conjunto de textos permitirán ofrecer nuevas y sugerentes aproximaciones a su universo vital y creativo.

A  través  de  un  excelente y cuidado  monográfico que contiene 180 páginas de textos inéditos elaborados por 19 autores, TURIA desea contribuir a la lectura de un autor excepcional por su calidad literaria y por su capacidad de cultivar con éxito todo tipo de tareas creativas, desde la narrativa a la poesía, desde el ensayo a la traducción, desde el cine a libretista de ópera, desde el articulismo en prensa a la dramaturgia. Buena prueba de ello es el reciente estreno en el Teatro Real de Madrid de la ópera “El abrecartas”, obra póstuma de Luis de Pablo basada en su novela del mismo título y de la que ha sido autor del libreto. También de su autoría es el libro “El tercer siglo. 20 años de cine contemporáneo”, que acaba de publicarse y que testimonia su pasión por el cine y su labor como crítico en diversos medios.

Vicente Molina Foix forma parte desde 2020 del selecto grupo de creadores que han depositado su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Un ejemplo más del prestigio  alcanzado  por  quien  ha  obtenido  diversos  reconocimientos  a lo largo de una trayectoria  que,  como  se  subraya  en  TURIA,  es  fruto  de  una curiosidad desarrollada plenamente por un escritor que se rebela contra cualquier tipo de encasillamiento.

Menchu Gutiérrez (Madrid, 1957) respaldará, con su intervención en el homenaje de TURIA  a Vicente Molina Foix que va a tener lugar en el Instituto Cervantes, esa filosofía de trabajo que caracteriza a esta revista  desde sus orígenes: mostrar que practica en sus sumarios un perenne ejercicio de  integración cultural, capaz de dar cabida a los más diversos géneros literarios y de mostrar la pluralidad de inquietudes éticas y estéticas de sus autores. Una avidez existencial y una curiosidad intelectual permanentes que definen bien tanto a la revista como al principal protagonista de su nuevo número.


UN SUMARIO REPLETO DE TEXTOS Y AUTORES DE INTERÉS

Además del espectacular monográfico dedicado a Vicente Molina Foix, el nuevo número de TURIA brinda un sumario repleto de lecturas y autores de interés.  Así,  las páginas de la revista se enriquecen  con  textos  originales  de  importantes  autores  internacionales.  Entre  ellos, citar una primicia en español: el anticipo de “Papi”, de la la joven autora estadounidense Emma Cline. Se trata de un volumen de relatos de una escritora muy apreciada por la crítica y cuyo debut, con la novela “Las chicas”, se convirtió en un fenómeno mundial al narrar desde el punto de vista de las mujeres que veneraban a Charles Manson, lo sucedido con el célebre asesino que actuó en la década de los 60 del pasado siglo en los USA y cuya peripecia vital lo convirtió en ejemplo devastador y emblemático del impacto de la locura, la violencia y lo macabro en la sociedad norteamericana.

También TURIA da a conocer dos amplios e interesantes artículos en los que invita a conocer mejor la personalidad y la obra de dos autores muy diferentes pero enormemente atractivos para los buenos lectores: el polaco Adam Zagajewski y el catalán Joan Margarit.

Zagajewski, premio Princesa de Asturias y uno de los escritores europeos de mayor prestigio y más queridos por los lectores, está considerado el poeta de la lucha y de la memoria. Es autor de una obra creativa y ensayística fundamental, heredera de lo más granado de la tradición lírica de su país, portavoz de un momento en el que la cultura parecía la única forma de salvación y defensor de la inmortalidad de un género, la poesía, que “nos eleva de lo cotidiano”.

Respecto a Joan Margarit, también fallecido en 2021. TURIA subraya que siempre fue un escritor bilingüe, catalán y castellano y que su poesía era hija de la emoción, en la que el verso tenía que salir del interior. Además, si está bien hecho, afirmaba Margarit que “en un poema hay mil poemas”. Fue Margarit un poeta muy leído y varios de sus libros obtuvieron ventas más propias de novelas. Entre sus reconocimientos sobresale el Premio Cervantes.

En  narrativa,  TURIA  da  a  conocer  textos  inéditos  de  Pilar  Adón, Carlos Castán, Lara Moreno, Almudena Sánchez, Miguel Serrano Larraz, Begoña Fidalgo y José Antonio Gargallo.

En poesía TURIA ofrece asimismo un fragmento de uno de los libros fundamentales del excelente poeta francés Bernard Noël, “El verano lengua muerta”, que permanecía inédito en español. Noël, que falleció en abril del pasado año, bien merece ser redescubierto por nuevas  generaciones  de  lectores  en  nuestro  idioma por cuanto se trata de un poetaalérgico a los convencionalismos, un escritor siempre muy combativo contra la manipulación del poder y contra la mente anestesiada. La revista ofrece igualmente a los lectores poemas inéditos de, entre otros, Jordi Doce, Ana Rossetti, Mariano Peyrou,  Marta Agudo, Sergio C. Fanjul, Nuria Ruiz de Viñaspre, Francisco López Serrano, Antonio Daganzo o Florencia del Campo.

En la sección que TURIA dedica al ensayo, se invita a leer un clarificador artículo Ignacio Peyró sobre la soledad. El escritor, periodista y actual director del Instituto Cervantes en Londres, indaga en nuestra vivencia de una problemática que tiene un impacto creciente y que cuestiona hasta qué punto sigue en vigor “aquella definición central de Aristóteles según la cual el hombre es un animal social”. No en vano,  se ha llegado a describir este fenómeno universal de la soledad como una epidemia moderna, como uno de los grandes retos que deberemos analizar y hacer frente en este siglo XXI. Una coyuntura de profundas consecuencias, por ejemplo, sobre la salud mental de la sociedad y que se ha visto agravada por la ya larga y prolongada pandemia causada por el coronavirus.

Muy recomendables son las dos amplias entrevistas exclusivas que TURIA publica con dos autoras de notable interés: Chantal Maillard y Fernanda Melchor. Sin duda, Maillard es una de las autoras más destacadas y originales de la poesía y el ensayismo español actual. Además, acaba de publicar su poesía reunida bajo el título “Lo que el pájaro bebe en la fuente y no es el agua”. Un volumen de casi 800 páginas que confirma la singularidad  de una escritura que arrancó hace casi tres décadas y con la que ha fundado un territorio híbrido, abierto, fronterizo, propicio a la reflexión sobre lo humano y lo no humano, lo personal y lo colectivo. Por su parte, Fernanda Melchor es una de las escritoras mexicanas de mayor proyección internacional de nuestros días y, con sus novelas más recientes, en las que analiza el fenómeno de la violencia y de cómo esta forma parte de la sociedad, ha obtenido una acogida espectacular por parte de la crítica y de los lectores.

En las dos secciones que TURIA dedica a temas y protagonistas aragoneses y/o turolenses,  destaca  un  artículo  de  Juan  Carlos  Soriano en el que se rinde homenaje y hace balance de la rica e intensa trayectoria profesional de la periodista turolense Pilar Narvión. Se trata de un texto muy oportuno por cuanto el próximo día 30 de marzo se cumplirá el centenario de su nacimiento. Y será en su ciudad, Alcañiz, cuando el 6 de abril la revista editada por el Instituto de Estudios Turolenses dará a conocer en la capital del Bajo Aragón este contenido tan singular vinculado a una de sus hijas más ilustres.

Bajo el título de “Pilar Narvión: el periodismo como forma de contar la historia” se ofrece al lector un recorrido por la biografía de una de las mujeres más relevantes del periodismo español en el pasado siglo. Ese certero perfil sobre su labor mediática se complementa con una antología de textos que recoge fragmentos de algunos de los materiales más relevantes y originales que publicó Narvión en la prensa de la época.

Mención destacada merece también el excelente artículo que protagoniza la sección de TURIA denominada “Sobre Aragón”. En él, Antonio Pérez Lasheras escribe sobre Ánchel Conte. Sin duda, como se nos dice en el título, es la de Conte una vida hecha obra. Además, “presentar al Ánchel Conte escritor no es tarea fácil, porque se trata de una figura poliédrica, que se ha ocupado en múltiples actividades con solvencia: profesor, historiador, poeta, narrador, periodista, folclorista, antropólogo, lingüista, activista militante, político…, observar todas estas facetas requiere detenerse en algunos datos personales que describan su trayectoria vital y literaria. Por otra parte, el hecho de que se trate de un escritor en aragonés, una lengua minoritaria y minorizada provoca que se trate de un autor postergado”.

Completan el sumario de TURIA, las secciones “La isla” (que contiene fragmentos del diario de Raúl Carlos Maícas) y “La Torre de Babel” (una cuidada y amplia sección de crítica de libros, en la que se analizan las más interesantes novedades editoriales en el ámbito de la narrativa, el ensayo y la poesía).

Por último, la portada e imágines interiores de esta nueva entrega de TURIA corren a cargo del prestigioso artista aragonés Pepe Cerdá (Bañuales, Huesca, 1961).

TURIA es una revista de periodicidad cuatrimestral que tiene una edición en papel y otra  digital (web y Facebook). Con casi 40 años de trayectoria, está publicada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel y cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Este número dedicado a Vicente Molina Foix  ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Mediterráneo.


CONOCER A FONDO A VICENTE MOLINA FOIX Y SU OBRA

El espectacular monográfico que TURIA dedica a Vicente Molina Foix permite, no sólo conocer a fondo su figura y su amplísima y diversa obra, sino acceder a un nutrido e interesante  repertorio de textos inéditos del propio autor. Así, la revista publica un artículo sobre  el  gran  compositor  musical español Luis de Pablo, cuya colaboración con TURIA estaba programada pero que falleció antes de llevar a cabo la tarea y para cuyas obras VMF escribió varios libretos; la pieza teatral “No pienso en otra cosa” y un texto sobre su intensa vinculación con el cine (“pertenezco a una generación de escritores cinéfilos en la que somos muy pocos los que pasamos del patio de butacas a la pantalla blanca, como hacían los personajes de Woody Allen en ‘La rosa púrpura del Cairo’”).

Especial  relevancia  tiene  la  extensa  entrevista  exclusiva  para  TURIA  que  mantiene Vicente Molina Foix con el poeta y periodista cultural Fernando del Val. Bajo el significativo título de “La vida, borrador de la literatura”, en esta sugerente conversación nos habla de sus años en Londres, de su relación con Calvert Casey y Guillermo Cabrera Infante, con Susan Sontag y Kubrick, de cómo “con Vicente Aleixandre hablaba como con un amigo de mi edad, sin cortapisas”, de la ingente correspondencia que mantuvo durante su estancia inglesa con amigos como Javier Marías y que conserva. También reconoce Molina Foix: “soy un homosexual que ha tenido relaciones con mujeres” y considera que “el termómetro de la libertad y la igualdad en una sociedad muchas veces se mide por la situación de la mujer”. Confiesa en la entrevista llevar un diario desde 1993 y del que tiene escritas alrededor de 10.000 páginas. Aunque la historia de una vida es impublicable, la decisión final la tomarán sus albaceas. Y es que allí sale todo: “mi vida nocturna, la diurna, mi vida literaria, la sexual...”. Asegura, por último, vivir en una biblioteca y la considera como una de sus grandes obras. Y es que en esos más de 23.000 libros “están los mundos que he vivido, mis intereses”.

Escribe en TURIA Menchu Gutiérrez, en su clarificador artículo introductorio sobre la obra de Vicente Molina Foix, que ”si imagináramos a ésta como un edificio, la forma de la construcción sería circular, estaría llena de puertas y sería muy difícil encontrar una entrada principal. Si la distribuyésemos en el espacio, tampoco encontraríamos un centro, o quizá lo que veríamos sería un centro que se desplaza una y otra vez, que no permite ser fijado, al igual que el foco de una curiosidad de impresionante espectro”.

Y, tras una certera y pormenorizada interpretación de su trayectoria, Menchu Gutiérrez concluye: “Sería posible ver a Vicente Molina Foix como el escritor en busca de una carta definitiva, la carta prometida, dirigida a alguien o a muchos, o tal vez a sí mismo, o una carta que provocase la recepción de otra carta; una carta cuya relectura supusiera una renovación permanente de sus votos con la vida”.


UNA LECTURA  ADICTIVA

En el monográfico de TURIA no falta el valioso testimonio  de su principal editor, Jorge Herralde, fundador de la editorial Anagrama: “Vicente Molina Foix es el atleta completo en nuestro país de novela, poesía, teatro, cine, ensayos, articulista y seguramente en algún otro recoveco. Y además es un virtuoso de un arte mayor: la conversación. Sentarse en una mesa donde Vicente esté resulta una garantía de amenidad, informaciones inesperadas, oportunas maldades, etc., etc.” Y sobre sus novelas “El joven sin alma”, “El abrecartas” y “El invitado amargo”, Herralde opina que constituyen “una trilogía de novelas documentales que quedará en la historia de la literatura”.

En un hermoso texto titulado “Carta de un joven filósofo”, Lucas Benet describe bien la personalidad de Vicente Molina Foix cuando afirma: “Tu vida se cuenta a sí misma en la oralidad. Tu vida es la del orador discreto. Porque cuando callas, también dices lo que dominas silenciosamente sin dejar de mirar desde el alma joven que tienes”. Además, lo describe como “un atleta de la escritura de resistencia septuagenaria” y considera que las fuentes de su identidad son de tinta negra.

Pere Gimferrer,  al analizar su novela “El joven sin alma” nos dirá que ”el libro de Molina Foix es, al mismo tiempo, alegre y melancólico; y si bien se mira, la juventud es a la vez alegre y melancólica al vivirla: si jeunesse savait, si vieillesse pouvait; algo de todo eso, más más sintéticamente, encierra la evocación shakespeariana de los salad days.

Luisgé Martín recuerda la lectura de “La mujer sin cabeza”, como adictiva: sería uno de esos esos libros que no pueden abandonarse y que te hacen olvidar todo lo que hay alrededor, empezando por ti mismo. Esos libros que borran el sueño y el mareo, que quitan el hambre, que se superponen a cualquier necesidad primaria. Los libros, en suma, que nos alejan de la animalidad”.

También se ha contado en TURIA con relevantes escritores de diversas procedencias y vinculados a la trayectoria de Vicente Molina Foix. De ahí que participen con textos inéditos: Soledad Puértolas, Marta Sanz, Sara Mesa, Andrés Barba, Marcos Giralt Torrente, Mercedes Cebrián, Narcís Comadira,  Javier Montes y Christopher Domínguez Michael.


UNA BRILLANTE ORFEBRERÍA ESTILÍSTICA

Por otra parte, el equipo de colaboradores también lo integran destacados  estudiosos y especialistas en su obra como: José Carlos Mainer (catedrático jubilado de la Universidad de Zaragoza y uno de los grandes historiadores de la literatura española contemporánea) escribe en TURIA sobre el libro “Enemigos de lo real”, al que califica como uno de los mejores conjuntos de ensayos que se han publicado en España en los últimos veinte años”.

Nicanor Gómez-Villegas (Doctor en Historia, máster en Filología Hispánica y director del Colegio Mayor Universitario Isabel de España de la Universidad Complutense de Madrid) se ocupa de las traducciones de Shakespeare realizadas por Molina Foix.

Xavier Pérez (profesor de narrativa audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra y autor de varios libros sobre cine, así como crítico de cine de la revista Caimán y del periódico “La Vanguardia”) analiza la especial e intensa vinculación de Molina Foix con el cine, “una dilatada trayectoria iniciada en ‘Film Ideal’ en 1964 y que perdura hasta sus más recientes artículos en ‘Letras Libres’ y otras tribunas de prensa”.

Por su parte,  Juan Francisco Ferré (escritor y crítico literario, es doctor en Filología Hispánica. Entre 2005 y 2012 fue profesor de Literatura y Cine en la Universidad de Brown, Providence, USA, y ahora es profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Málaga) considera el libro “La misa de Baroja” como una “brillante pieza de orfebrería estilística”.

El Cartapacio de TURIA finaliza con una completa biocronología de Vicente Molina Foix que  sintetiza  y  da  cuenta de los principales hitos vitales y creativos que han jalonado  la existencia de quien siempre ha intentado cumplir uno de sus principales lemas: “quiero divertirme escribiendo”.

 

UN INÉDITO DE VICENTE MOLINA FOIX 

 

CON LUIS DE PABLO

 Entre los varios y valiosos inéditos de Vicente Molina Foix que TURIA publica en su nuevo número, facilitamos hoy un fragmento de emotivo texto que le dedica al compositor Luis de Pablo, gran amigo y extraordinario músico, para el que compuso el libreto de la ópera recientemente estrenada “El abrecartas”, a partir de su novela del mismo título:

“Un día de abril de 1983 nos conocimos de tú a tú aquel hombre enjuto y elocuente de Alea y yo, presentados, en ocasión del estreno de Kiu (su primera ópera) por José Luis Gómez. Ese día no pasó nada, más allá de expresarle yo mi retardada gratitud por aquellos conciertos gratuitos, por las bandas sonoras de una buena parte del mejor nuevo cine español, y por sus generosas alusiones y sus conocimientos de literatura: Luis, aquel día de proximidad lo advertí, era un músico-literato, un todoterreno artístico que sabía tanto o más de novela y poesía que la mayor parte de los letraheridos españoles. Nos seguimos viendo, por distintos motivos, casuales o premeditados, y su inmensa curiosidad de lector hizo el milagro. Una noche de ese mismo año 1983, en San Sebastián, acabadas la intervenciones de un curso de verano sobre Literatura y Cine, yo incurrí en una de las imprudencias más felices de mi vida: dije en voz alta, ante una exquisita porrusalda, que al ser tan parva y casi inexistente en nuestro país la nómina de las nuevas óperas, la noble figura del escritor-libretista había desaparecido. O si no, ¿dónde estaban los Hofmannsthal actuales, los Auden o los Forster, las Colette y las Gertrude Stein, los Gide y los Cocteau españoles? Luis de Pablo, copartícipe de aquella cena, sonrió pícaramente y siguió con los puerros. Pocos días después, ya en Madrid, recibí una llamada suya.

Aquella baladronada donostiarra  acabó siendo la responsable de uno de los capítulos del libro de mi vida que con mayor satisfacción, y algo de orgullo, atesoro. Luis quería componer una segunda ópera y me habló de adaptar algo, un relato o una novela mía, a lo que yo, tras pensarlo 48 horas, le di un sí y una idea: escribir exprofeso algo nuevo, siguiendo directrices suyas y creyendo saber yo, por mi afición al género operístico y mis ya anteriores ensayos de escritura escénica, las reglas y condicionantes de un libreto teatral que ha de ser cantado y no dicho. De inmediato llegamos a un acuerdo, y yo me puse a trabajar”.