Como bien subraya el periodista cultural Sergio Vila-Sanjuán al inicio de su entrevista con ella, “Carme Riera es una institución de la cultura mallorquina, catalana y española. Con una producción de más de 40 títulos publicados, en narrativa y ensayo; un número casi igual de galardones –entre los últimos, el Premio Nacional de las Letras Españolas- y una incansable actividad académica y como gestora cultural, parecería que el concepto ‘mujer de letras’ se hubiera acuñado para ella”. No obstante, y durante la conversación, Carme Riera confiesa que una de sus preocupaciones es el descenso de las capacidades de lectura en las últimas décadas. Una circunstancia que, también en su condición de profesora, ha constatado con la bajada de nivel en los alumnos universitarios: “la comprensión lectora en nuestro país está bajo mínimos y eso implica una merma terrible. Si no eres capaz de entender un texto, has perdido la capacidad crítica y eres carne de cañón, perfectamente manipulable”. 

La nueva entrega de la revista TURIA ofrece, por tanto, dos extensas y enriquecedoras conversaciones que permiten no sólo conocer mejor a Jaume Plensa y Carme Rera, sino también descubrir muchos y valiosos detalles de interés acerca de sus respectivas obras e itinerarios vitales. Por ejemplo, Plensa reconoce que “siempre he reivindicado el silencio como una necesidad absoluta para poder pensar de verdad con nuestras propias ideas, con nuestras propias vibraciones”. De ahí, que ante los conflictos del presente, considere que “estamos viviendo, no sé por qué razón, un momento en el que las ideas y los mensajes generan mucha crispación. Se ha polarizado mucho todo. Incluso en la cultura. Parece que nos dividimos en buenos y malos. Siempre se está contra alguien. Y te juro que yo no estoy contra nadie. Ni creo que mis ideas sean mejores que las de otros. Simplemente son las mías.  A veces parece que no cuadren. Por eso pido calma. Si estáis en silencio, entenderéis mejor vuestros pensamientos. Y pasaréis al espectador este mensaje para que él trate de escuchar los suyos, porque son tan importantes como los nuestros”. Por eso las esculturas monumentales figurativas de Jaume Plensa piden e invitan al silencio. 

Según Carme Riera, que es académica de la RAE y actual presidenta de CEDRO, “la cultura interesa poco, a la gente le interesan otras cosas, como el deporte. Se puede vivir la mar de bien siendo un perfecto inculto, sin haber entrado nunca en un museo ni leído un libro ni asistido a un concierto. Y es una lástima porque se pierden maravillosas posibilidades de ensanchar la vida. Es una pena, pero en España no se ha hecho una política cultural de altura porque a muchos políticos les ha importado muy poco que seamos cultos o no. Ellos tampoco lo son”. Preguntada en TURIA por su condición de defensora de la monarquía como una institución positiva para España y para nuestra cultura, Riera afirma con contundencia: “me siento monarquicana. Creo que nadie mejor que los Reyes don Felipe y doña Leticia encarnan los principios republicanos y además nos representan fuera del país mejor que nadie. No encontraríamos ningún presidente de una futura República española que lo hiciera mejor que don Felipe”.

 

JAUME PLENSA: “EL ARTE ES LA VIDA”

 

Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es uno de los nombres propios fundamentales del  arte español contemporáneo. Aunque se formó en su ciudad natal en la Escuela de Arte y Diseño de la Llotja y en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi, desde 1980, año de su primera exposición en Barcelona, ha vivido y trabajado en Berlín, Bruselas, Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Actualmente reside y trabaja en la ciudad que le vio nacer, si bien muestra periódicamente su obra en galerías y museos de Europa, Estados Unidos y Asia. Aunque se le considera escultor y grabador, en realidad Plensa es un artista muy polifacético que ha experimentado también con el dibujo, escenarios para ópera, videoproyecciones o instalaciones acústicas.

Por otra parte, Jaume Plensa ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales. Entre los más relevantes se encuentran el prestigioso Premio Velázquez de las Artes en 2013, la Medalla al Mérito de las Bellas Artes en 2021, la Medalla de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1993 o el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2012.

Preguntado por sus orígenes como artista, Plensa asegura que los desconoce, “pero me acuerdo que acompañaba mucho a mi padre a comprar libros de segunda mano al Mercat de Sant Antoni. Y me fascinaban las portadas de esos libros maravillosos: sobre los etruscos, los sumerios, el arte egipcio... Y creo que si soy artista también es gracias a la poesía, a los poetas, porque ellos tienen la capacidad maravillosa de generar imágenes a través de las palabras. Y tú como lector creas la imagen. Esta sensación tan extraordinaria de poseer una imagen que solo tienes tú, a mí me dio mucha seguridad con mi vida y con mis cosas. Le estoy muy agradecido a los poetas por todo lo que me aportaron”.

Según Jaume Plensa, “la maravilla de un artista o de un creador es su obra; su obra, en el fondo, es el documento. Un día desaparecemos, y ya está, pero es muy bonito que hayas podido dejar esta cápsula en el tiempo y que otra persona la pueda coger, abrir y seguir, como en esas carreras que te pasan un relevo. A mí estos autores me han ayudado muchísimo”.

En la entrevista se habla también con detenimiento del motivo y los significados que brindan obras públicas de Plensa tan célebres como la “Crown Fountain” de Chicago o “Julia”, instalada en la plaza de Colón, en Madrid. A propósito de ambas, su creador reconoce que “siempre me propuse que mi obra mandara un mensaje positivo al mundo, un mensaje de esperanza”. Y, a propósito de “Julia”, nos dirá que “expresa la fuerza que tiene el arte de regenerar y de introducir conceptos que todo el mundo puede compartir”.

Termina la conversación recordándonos cuál ha sido siempre el motor del trabajo creativo de Jaume Plensa: “la obsesión no era crecer como artista sino como persona. El arte es una consecuencia de tu vida. Siempre lo he pensado así.  Yo creo que el arte no es una reflexión intelectual aparte. Es la vida. Nunca será tan fuerte como ella pero es lo que más puede sentir su perfume. El perfume de la vida. Y yo creo que sin arte nos moriríamos en segundos”.


CARME RIERA: “EN ESPAÑA NO SE HA HECHO UNA POLÍTICA CULTURAL DE ALTURA”

 

Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948) protagoniza en TURIA una conversación sincera y valiosa para conocer su trayectoria y opiniones. Tiene toda la razón el periodista cultural Sergio Vila-Sanjuán cuando, al describirla, se refiere a ella como “una persona con ‘autorictas’, que no duda en ejercer cuando toca, y también por esa razón es muy respetada”. Y es que Riera, además de catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, es una de las autoras catalanas más valoradas por la crítica y más queridas por los lectores. Estudió Filosofía y Letras y se doctoró en Filología Hispánica con Premio Extraordinario por la UAB. Se dio a conocer en 1975 con “Te deix, amor, la mar com a penyora” (“Palabra de mujer”, en la edición en castellano)un libro de cuentos que, desde entonces, no ha dejado de reeditarse. Su obra ha sido traducida a numerosas lenguas, y ha merecido los más importantes premios de las letras catalanas. Como investigadora y ensayista está especializada en la llamada Escuela de Barcelona. En el año 2012 fue elegida miembro de la Real Academia Española y en 2015 le fue otorgado el Premio Nacional de las Letras Españolas. Desde 2002 dirige la Cátedra José Agustín Goytisolo de la Universidad Autónoma de Barcelona y, desde 2015, es presidenta del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO). 

Sobre su infancia, reconoce Carme Riera que “en casa había una buena biblioteca y toda mi familia leía, de manera que los libros eran algo familiar. Además, había escritores entre mis antepasados”. Aunque ella aprendió a leer más tarde, “escribía cuentos desde la adolescencia”. Ello supuso que publicara muy joven, en 1975, un primer libro de relatos que causó un gran impacto. Un éxito que su autora atribuye a que “abordaba un tema tabú, el amor entre dos mujeres, de eso no se hablaba y menos se escribía en aquella época”. Sobre su relación con Montserrat Roig, otra autora con la que compartió el antifranquismo y el feminismo militante, nos dirá: “cuando murió me juré a mí misma que en mis intervenciones sobre literatura buscaría cualquier pretexto para recordarla y lo he venido cumpliendo”. 

Asegura también Riera, en la entrevista que publica TURIA, que “el feminismo es un deber y un compromiso ético” y que echa de menos “la intensidad de la gente de mi generación, que es la del 68”. Sobre el contacto en Cataluña entre la literatura en lengua catalana y en lengua castellana, Carme Riera afirma: “cuento con el lujo enorme de tener dos lenguas que además son primas hermanas y las defiendo y quiero por igual, aunque tanto a los de un lado, como a los del otro, eso no les guste mucho”. Por otra parte, reconoce que “no hay trabajo mejor para una escritora o un escritor que ser académico de la RAE” y, a propósito de la célebre agente literaria Carmen Balcells, sobre la que ha escrito una cuidada biografía, nos confiesa: “desde el punto de vista de los autores, Carmen Balcells pasará a la historia como la persona que nos devolvió la dignidad” y, también, que sin ella “es posible que García Márquez no hubiera llegado a ser tan importante”.

Por último, preguntada por la gestión política de la cultura, Riera se muestra contundente: “no tengo una opinión demasiado buena de la gestión de política cultural. Creo que hay un dato que lo resume: el bajo presupuesto destinado a Cultura por parte del gobierno, tanto el estatal como los autonómicos”.


PLENSA, UN ORFEBRE DEL IDIOMA, ILUSTRA “TURIA”

 

Aunque TURIA siempre se ha definido como una revista para leer, en la que los textos tienen mayor protagonismo que las imágenes, cada nueva entrega ofrece una cuidada selección de ilustraciones elaboradas por un creador de referencia. En algunas ocasiones, se ofrece el trabajo de un artista de dilatada trayectoria y, en otras, de ilustradores más jóvenes pero que ya cuentan con una significativa proyección y reconocimiento a su labor. Así, las diez ilustraciones interiores a toda página sirven, no sólo para delimitar cada una de las diez secciones en las que se estructura su edición en papel, sino para incentivar el atractivo diálogo con el lector que las contempla, convirtiéndose en una auténtica pausa enriquecedora, un tiempo para detener la mirada y observar una imagen con detalle, entre cada grupo de textos. 

A esas imágenes intercaladas entre las 500 páginas de la revista se añade la ilustración original llevada a cabo para la cubierta, lo que dota a cada sumario de TURIA de una identidad propia, al tiempo que se singulariza y revaloriza su contenido para los lectores. 

En esa línea de favorecer la creatividad y de estimular la creación de imágenes visuales que nos atraigan y hagan reflexionar, hay que situar el trabajo gráfico que Jaume Plensa ha realizado en exclusiva para este número de TURIA. Un sumario muy especial por cuanto supone el retorno de la revista a Cataluña, a Barcelona, a nivel de actos públicos. De ahí que la contribución artística de Plensa, una serie de once dibujos realizados a una tinta que visualizan su apuesta por el diálogo entre culturas, entre personas, confirme su condición de verdadero orfebre del idioma aunque no escriba. 

Jaume Plensa, un ejemplo de barcelonés universal al igual que el filósofo Eugenio Trías al que la revista dedica su monográfico, es un claro defensor de la obra gráfica desde sus inicios, habiendo realizado numerosas exposiciones dedicadas a las artes gráficas y a las ediciones. Entre ellas, destacan las retrospectivas que en 2006 se llevaron a cabo en Francia y Bélgica. Por otra parte, Plensa recibió en 2013 el Premio Nacional de Artes Gráficas otorgado por la Calcografía Nacional en Madrid.