Leer en el escaparate de una librería los títulos de los libros puede ser una manera muy interesante de leer.

 

Cuando se ha conocido a una mujer en el sentido bíblico, siempre queda en la relación algo del Cantar de los cantares.

 

Los libros también son jónicos, dóricos o corintios.

 

La lascivia unida a la belleza nos deja estupefactos.

 

Esas cartas que nos alegran hasta tal punto que tenemos que abrir la ventana.

 

Aplaudir por miedo es patético.

 

Fabuloso don el de saber entablar relación con desconocidas.

 

Toda amistad se basa en la tensión que puede hacer que se rompa.

 

Algunos dan la mano como si te quisieran tomar el pulso.

 

El sentido moral se adquiere en la infancia al repartir la merienda con los hermanos.

 

La honestidad intelectual suele desembocar en el humor.

 

Los escritores no sirven para nada, excepto para dar sentido a las cosas.

 

Hay que mirar detenidamente el rostro fotografiado de un escritor, como quien hace crítica literaria.

 

Cuando se sube a una tarima para hablar en público estaría bien tener algo que decir.

 

Cuando la impertinencia del periodista que pregunta se junta con la vanidad del que responde, surge una entrevista periodística.

 

Cuando se viaja en automóvil se echa en falta no saber más de botánica y geología.

 

Todo Sansón acaba encontrando su Dalila.

 

A partir de cierta edad, cuando nos roban una tarde, nos enfadamos como si nos hubieran robado la cartera.

 

A todo escritor, si se descuida, se le escapa un haiku.

El deseo es un pirata.

 

Los pescados en las pescaderías parecen filósofos pesimistas.

 

Hay que ser muy claro, pero nunca demasiado.

 

Uno nunca se arrepiente de haber sido feliz.

 

En la vida hay que llevar la cabeza bien alta, pero no tanto que nos salga tortícolis.

 

En el mes de Agosto en España sorprende la ausencia de camellos.

 

La valentía consiste en enfrentarse a fuerzas superiores ligeramente aterrorizado.

 

Manipular nuestro propio pasado hasta que quede presentable es una tarea intelectual que se llama escribir la autobiografía.

 

Haber sido de niño el rey de la casa te convierte para siempre en un rey en el exilio.

 

Hay que ser un poco canalla para que te quede bien el sombrero.

 

Cuando vemos el cuerpo humano diseccionado en un atlas de anatomía resulta asombroso el deseo físico.

 

Con el racismo sólo pueden acabar los extraterrestres.

 

Un desayuno magnífico debe tener café, pan tostado con mantequilla, mermelada, zumo de naranja , y dos o tres periódicos que hablen de uno mismo.

 

El carácter se forma los domingos por la tarde.

 

Haber tenido una infancia feliz es un serio obstáculo para el resto de la vida. Sólo se puede ir a peor.

 

No dejes que la tristeza te gane la partida.

 

Algunas personas resultan tan verosímiles que parecen personajes de ficción.

 

La bondad es una especie de inteligencia superior.

 

Algunos versos son tan malos que resultan inolvidables.

 

Conocía muy bien esa mezcla de dulzura y sadismo  con la que algunas chicas imitan a los ángeles.

 

Sin darse cuenta se había convertido en un señor con abrigo.