La altura de Carmen Berenguer (Santiago de Chile, 1946) roza el vértice del ciprés más espigado y voluntarioso que un verso pudiera imaginar. No fue fácil y espumeante su camino, pero abrió surco propio, combatió (con la palabra y con los actos) y finalmente el reconocimiento fue llegando finalista del Nacional de Literatura, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda –primera chilena en obtenerla–, presidenta de la Sociedad de Escritores de Chile… su poética es un grito contra la tortura, un grafiti encarnado, una obra visual en perpetua rebelión. Libros de la resistencia acaba de publicar La gran hablada, que contiene tres libros de Berenguer escritor en plena dictadura militar: Bobby Sands desfallece en el muro, Huellas de siglo y A media asta.

 

- Cuando vio las pruebas de La gran hablada, que reúne sus tres primeros libros, aparecidos ya hace veinte años, ¿se reconoce, se asombra, se extraña..?

- En los primeros años leí una crónica de un joven que hace de su cuerpo una lucha como soporte ético y político y pensé en esa orgánica de flujos corporales y escritura con excrementos en el muro de su prisión. Y escribí un libro visual del hambre y a mano, 200 ejemplares. El sistema editorial en el Chile de la época era muy restringido y oficialista. La cultura había sido desmantelada, las universidades intervenidas. En ese espacio, la producción del libro se comenzó a realizar en forma artesanal; de hecho, el libro que me hice fue corcheteado.

El segundo y el tercer libro de La gran hablada se inscriben en nacientes ediciones y un sello intentando proponer una modernidad editorial; se pensó en libros para máquinas de pegado hermético, no obstante, A media asta resultó un libro que al abrirlo las páginas se salían. Es importante esto, porque es en la instauración del modelo capitalista neoliberal que logramos elaborar otro Chile reinventando la contracultura. De tal manera que realizamos el Primer Congreso Feminista en Chile desde ese margen de reflexión cultural interrgando la cultura. En ese contexto se editan quinientos ejemplares, pero en editoriales inestables e independientes.

Desde esa perspectiva actualizamos lecturas y ello me hace pensar en la idea de autor como productor, de Walter Benjamin, en la importancia entre la escritura y la materialidad como significancia en su realización a la reflexión en el objeto libro. Por ello tu pregunta a tantos años, estos tres libros en uno, fue la intención de obtener una recepción más amplia de una década.

 

“Mi obra sigue siendo una poesía asertiva”

- Tantos años después…

- Sí. En ese sentido, se ampliaron las lecturas entorno a mi libro. Ha sido importante, venía creciendo una nueva generación, que me leyó, y que ahora puede disponer de mi obra sin dificultad. Cuarenta años atrás, considero que sigue siendo una poesía asertiva. Y puedo mirar y leer mis libros en la distancia del tiempo corrigiendo apenas alguna coma. No fue un escrito guiado por un romanticismo idealista; creo recoger en él y en los textos que he escrito documentos que se lean por medio de su historia, de su contexto social político y cultural; más que literarios, escrituras escritas en estados de sitio.

 

“Mi vida ha sido escribir, escribir y leer y leer y vivir y vivir en forma insurrecta y pasional”

- Pienso en el hecho que motivó la escritura de Bobby Sands desfallece en el muro. ¿Por qué cosas merece la pena entregar la vida?

- Fueron escritos bajo las balas. Fueron escritos en medio de simulacros de muerte, de engaños, obligada a crear otros, otras lecturas en rupturas textuales y obstinadas. Por ello dejé de lado una estética limpia y pura y quise recurrir en esa latencia a la memoria fundada en recuerdos de mis antepasados, en contra del olvido de aquellos que fueron obligados a atravesar este caos. Mi vida ha sido escribir, escribir y leer y leer y vivir y vivir en forma insurrecta y pasional. De esa manera leo mis libros. Por otro lado, siento respeto por una autonomía humana una autoconciencia, un diseño de vida y de muerte, como propone Timoty Leary.

 

“Entiendo el arte y lo político en su resistencia a la norma”

- Su poesía siempre ha mantenido un alto compromiso político. ¿Cuándo se corre el riesgo de que el compromiso con lo político sea mayor que el compromiso con el poema?

- Entiendo el arte y lo político en su resistencia a la norma y en esa misma resistencia inherente al arte en contra de la norma, y de los flujos de control y sus mensajes desde el poder.

 

- «Todo lo he perdido/ si es que alguna vez lo tuve». ¿Cómo sabe uno de lo que sí tuvo?

- Huellas de siglo un carnaval de rock estridente un punki una pincelada de una imagen femenina en la urbe donde brilla la varieté barata de objetos brillantes a la deriva. Flujos de violencia, una lengua replica a Hitler trasmite el sonido de las botas vociferante todo el largo invierno y máquinas de guerra, enlaces militares y camuflajes verde oliva, por medio de megáfonos en las esquinas medios estridentes antirosarios  y antisermones a la mañana a las doce del día después del cañón que nos despierta en Santiago de Chile, atemorizante en la hora de las plegarias de los que tienen fe, oraciones de las escrituras sagradas, en ese entonces la iglesia era nuestro soporte para acompañar a las víctimas de la violencia militar. Los flujos de control social, de pronto sale Punk Punk, sonido contracultural en el Chile de la escoria y el estiércol. 

De qué manojos de viejas vengo. Así es que lo que tuve fueron ellas y las perdí, como perdí un país.

 

 

“Escribir, cantar y bailar reviven los oficios del día”

- «Mi lengua te lavó entero enterito día y noche/ hasta el primer pendejo». ¿De qué sana la poesía?

- Sana por su liberación de sentidos reprimidos como diría Freud. Es que la escritura es ver, oír, sentir, el sentido del oficio, escribir, cantar y bailar reviven los oficios del día.  Uno de mis libros de cabecera es La clínica y literatura, de  Giles Deleuze.

 

- ¿Cómo «se despierta a los sonámbulos?»

- ¡Chile despertó!

 

- Qué pesa más en el poema, ¿los sueños o las intuiciones o los deseos o los recuerdos?

La escritura se escribe desde el oído, los ojos, todos los sentidos en una línea.

 

¡No solo de hambre se muere!

- ¿Es el hambre la mayor fuerza incoativa para el hombre, para la lucha?

¡No solo de hambre se muere!

 

- ¿Qué poetas españoles lee, de hacerlo?

Los poetas de la Guerra Civil han sido guía en mi escritura. Antonio Machado, Federico García Lorca, Juan Ramón Jimenez y Miguel Hernández. Los he escuchado desde mi niñez, han sido parte de mi vida, se escuchaban en las radios de Chile, en esos años la radio fue fundamental en nuestra formación literaria. Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Pablo de Rokha, Alberti, León Felipe… memoricé a algunos. Y los clásicos, sobre todo Góngora.

 

- ¿Cómo saber que lo que uno necesita expresar ha de hacerlo por medio de un poema o de una performance?

Los medios y modos de expresión son ilimitados, las performances que hice son visuales; el cuerpo, su soporte y su lectura son signos asignificantes y la escritura lo mismo, a-literaria. Se puede poetizar una lámpara y no se trata de escoger un modo u otro, todos pueden decirnos mucho, me gusta la imagen.

 

- El movimiento feminista tuvo un fortísimo impulso en las revueltas de 2019. ¿Sirvieron de algo? ¿Cuál es la salud en estos momentos del movimiento feminista chileno, se reconoce usted en él?

- Han sido años de lucha, un siglo, de allí vienen las nuevas generaciones de mujeres, que son decididas y piensan tomar lo que consideran que les pertenece y les fue arrebatado demasiado tiempo. Somos millones en la calle, activistas, luchamos por el aborto, contra la violencia, contra el abuso laboral. El movimiento de mujeres es muy amplio y practicamos el feminismo desde diversos espacios: desde las históricas desde donde vengo, hasta las que militan en partidos comunistas y Frente Amplio. En las últimas elecciones han ganado alcaldías y espacios importantes como la constituyente, pensando en una nueva constitución. Las tesis el grupo performático han sintetizado las demandas y hecho una acusación pública, como una funa (*), a las instituciones, universidades y políticas, parlamento y presidente, como figuras patriarcales de mausoleo, completamente de museo. Las tesis performancistas se pueden leer desde los grupos activos de arte, durante la dictadura.  Su antecedente inmediato son las ‘Yeguas del Apocalipsis’ (**).

 

(*) Es el nombre dado en Chile a una manifestación de denuncia y repudio público contra una persona o grupo.

(**) Colectivo formado en la década de los años 80 por los poetas Pedro Lemebel y Francisco Casas, que practicaban un arte comprometido y contestario. Mediante sus performances.