Lo busco
no le gusta
se encoge
en el insólito
terreno
bajo las bisagras
que la ventana
muestra
ahora, ahora
es gruñido de animal
de guarida, y puede ser
un aullido
de manada
en desazón,
es un perezoso pez
inmóvil en el estanque
del azul soñado que salta
al brillo de la luna
para hundir su cuerpo
bajo los nenúfares
al menor presentimiento,
es una estrecha gruta
cuyo final ventanoso
termina en espuerta de sombras,
me llaga, al suponerlo
unos pasos más atrás
cuando sientes su olor
y te perfuma la cama
se diluye
en recuerdo de otro recuerdo.