Jacobo Siruela  es un rastreador de libros exquisitos  cuya más cualificada  labor ha sido la creación y dirección de varias editoriales. Es diseñador gráfico y además escribe. Pasa gran parte de sus trabajos y sus días en Mas Pou. Lleva una vida  casi bucólica en esta masía del Alto Ampudán que no le impide desplegar una actividad viajera y global. Fundador de la editorial Siruela hace cuarenta años, en 2005 se reinventó  a sí mismo y alumbró Atalanta. En ambas, los libros  son el reflejo de  sus inquietudes. Ha publicado relatos del ciclo artúrico, autores olvidados, textos ignorados por nuestra cultura, obras de la literatura fantástica y de pensamiento no convencional. También creó y dirigió durante 15 años la mítica revista cultural El Paseante. En el haber de sus éxitos es legendaria la edición de El mundo de Sofía, aquella novelesca aproximación a la filosofía del  noruego Jostein Gaarder.

   Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, de la Casa de Alba, Conde de Siruela, prefiere que le consideren, por encima de todo, un artesano multidisciplinar. Teniendo ante sí todas las opciones, desde siempre, ha preferido dedicarse  a  tareas intelectuales.

    Como la Princesa Turandot, de la Ópera de Puccini,  la veloz Atalanta pone precio a su conquista a riesgo de que quienes la pretendan lleguen a morir en el intento. Jacobo Siruela, siete años después de haber fundado su segunda editorial, parece haber conjurado los malos augurios  y ha puesto la suerte a su favor. Junto a Inka Martí, ha sorteado numerosos obstáculos y  ha convertido en triunfo esta editorial de pequeño tamaño pero de gran prestigio por sus obras, sus lectores y su diseño.  

    - Suponemos que nuestro interlocutor suscribirá gran parte de los textos que publica.  A lo largo de esta conversación nos sumergimos en un párrafo de una de las obras de Atalanta que nos parece representativo de su línea editorial.  Richard Tarnas en La pasión de la mente occidental escribe: “creo que el incansable desarrollo interior de occidente y el incesante ordenamiento masculino de la realidad, ha ido llevando poco a poco en un movimiento dialéctico de inmensa longitud, hacia un matrimonio profundo de  muchos niveles de lo masculino y lo femenino. Una reunión triunfal y restauradora. A mí me parece que gran parte del conflicto de la confusión en esos tiempos es reflejo del hecho de que este drama evolutivo se esta aproximando a sus fases culminantes”.  Después de leer el texto del profesor norteamericano, le señalo a Jacobo Siruela que Tarnas parece  reflejar en su libro el momento exacto que estamos viviendo.

 

“Estamos avocados a cambiar”

  - Es la línea de pensamiento de Atalanta. La modernidad ha llegado, a partir de la postmodernidad, a poner en cuestión sus fundamentos totalizadores y su tendencia al materialismo. Cada vez existen más evidencias de que la explicación científica cartesiana es claramente insuficiente. La descripción puramente material del universo y de la vida es demasiado parcial. Es solo la mitad. ¿Qué pasa con la otra mitad?

     - Jacobo Siruela continúa su cuestionamiento del paradigma de nuestra civilización  con otra pregunta que él mismo lanza, abriendo enseguida la respuesta.

   - ¿Cómo debemos  reaccionar si todo aquello que la Ilustración tachó de falso e inútil no lo fuera del todo si es contemplado desde otra perspectiva?  Nos encontramos frente a una crisis de la economía, de la política y la ecología, y como nuestro sistema no es sostenible ni política, ni económica, ni ecológicamente, hemos de cambiar. Si lo pensamos, todas estas líneas caminan al colapso. Estamos avocados a cambiar. Hemos llegado a un punto de evolución histórica en el que ya se pueden conciliar los opuestos y debemos recuperar lo que la modernidad reprimió y rechazó como fábulas: la mitología, los sueños, lo mágico, lo anímico, lo bello; en fin, los tesoros de la memoria y la imaginación. Debemos  recuperar toda la experiencia humana para ser completos. 

    - Sus inquietudes, sus libros, su pensamiento están marcados por la misma inclinación que le llevó a estudiar, hace cuatro décadas,  la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Madrid. Celoso de su vida privada, hace ya muchos años que Jacobo Siruela es poco dado a las vanidades de la vida social. Sin embargo es generoso y fluido en su discurso, cuando nos adentramos en su mundo intelectual. Su porte esbelto le da una  apariencia de caballero postmoderno. En el momento del encuentro para dar cuerpo a esta conversación estamos en plena Feria del libro de Madrid. Nos acoge el salón de un hotel madrileño  cerca del parque del Retiro, donde se celebra la Feria. Atalanta tiene allí  caseta propia. Como cada año, él la visita para, desde esta atalaya, conocer con libreros y otros editores la marcha del negocio del libro. Quiero saber si a una editorial de prestigio como la que él dirige le afecta la profunda crisis que estamos viviendo.

    - El consumo ha bajado más de un veinte por ciento. Creo que esto es lo más preocupante. Aunque los editores somos los que arriesgamos, últimamente algunas librerías han cerrado y aún pueden desaparecer algunas más. Ellos dependen totalmente de la oferta y la demanda. Los editores no al cien por cien. Nosotros somos una especie de tahúres y nuestra suerte depende de nuestras apuestas. En Atalanta este año el libro de Edward Gibbon nos ha ido muy bien.

    - Se refiere a Decadencia y caída del Imperio romano. La reedición en dos volúmenes de esta obra del historiador británico. Enseguida volveremos sobre ella por su significado en el momento actual. Seguimos hablando del mercado de los libros desde el punto de vista de un editor.

    - Aunque el consumo en general haya bajado, algunos temas, como el que aborda Conciencia más allá de la vida de Pim  van Lommel, se han aceptado muy bien. El mundo en el que vivo de Helen Keller, va lento pero también se está vendiendo. No deja de ser sorprendente que vaya teniendo salida este libro. Los editores dependemos de nuestra iniciativa. En cambio los libreros están mucho más sujetos al comportamiento general del mercado.

  

La importancia de la literatura fantástica

    - En 2004 Jacobo Siruela recibió el Premio a la mejor labor editorial que concede el Ministerio de Cultura, una carrera de galardones que comenzó en 1980 con el reconocimiento al mejor libro editado tras la publicación de La muerte del Rey Arturo, un texto anónimo francés del siglo XIII. La pregunta parece obligada ¿Cómo descubre los libros que decide publicar?

    - Yo siempre digo que los libros nos los sacamos de la manga. No tenemos coach, ni vamos a agencias literarias. Generalmente hacemos investigación y, cuando viajamos, rastreamos. Por mi parte, ahora estoy muy ilusionado preparando una gran antología de literatura fantástica de mil y pico páginas, cincuenta autores, múltiples lenguas: inglesa, francesa, húngara, alemana, japonesa. Incluirá al menos diez cuentos del mundo anglosajón, creo que desconocidos para el lector español. ¡Me lo estoy pasando en grande!  Hace unos años quería publicar la antología de Roger Caillois. En Gallimard me dijeron que no me podían facilitar los derechos. Ya no disponían de la información. Entonces, frustrado por esta negativa, decidí hacer la mía. Al fin y al cabo llevo toda la vida leyendo literatura fantástica.

    - Al parecer y por la complejidad del trabajo aún tardará un tiempo en publicarse esta antología: “Es muy complicado -asegura-. Tienes que contratar cincuenta traducciones, veintitantos traductores,  negociar los derechos de dieciocho cuentos”. Como ya está preparando la antología le pedimos a Jacobo Siruela  que nos adelante algo de los relatos y de los escritores que aparecerán en el índice.

   - Son muchos los autores y los cuentos. Y todos de alto estilo. Mi tesis es la contraria a lo que se creía en los años 60 en el mundo intelectual. Se consideraba lo fantástico como una literatura de género, de segundo orden. Yo pienso todo lo contrario, y lo quiero demostrar con esta antología. Casi podríamos decir que los mejores cuentos del XIX y XX son fantásticos.

  - Y ahora la opinión de lector experto: ¿cuales considera que son los mejores relatos de los últimos dos siglos?

   - Sin duda, del diecinueve, “Otra vuelta de tuerca” de Henry James. ¿Cuál es el relato mejor del siglo XX? Pues “La metamorfosis” de Kafka, o los cuentos de Borges, o de Cortázar.

    - Confirmamos así que Jacobo Siruela no duda en situar al  cuento fantástico en el primer orden de la creación literaria y no en el ámbito de los géneros.

    - Los cuentos de fantasmas son de lo mejor que se escribe en el siglo XIX   porque dan ese juego  formidable de la ambigüedad.  El cuento fantástico nace de la duda racional. Es decir, el hombre cree en un mundo solamente material y, de pronto, hay algo que lo rompe. Entonces duda y su reacción es el terror. Anteriormente la gente aceptaba lo sobrenatural. No le daba ningún miedo, formaba parte de su  mundo. A  partir de la Ilustración, en el siglo XVIII  la racionalidad moderna acaba con ello. Todo el bagaje de lo sobrenatural se refugia en el inconsciente. En el plano consciente la razón ha acabado con todo lo extraño, pero en el inconsciente siguen palpitando los viejos miedos y los símbolos siguen vivos. La literatura nace más de ese lugar incierto. A partir de ese momento la novela o el cuento de fantasmas se acerca a la poesía. La poesía incorpora lo que está fuera del mundo real y prosaico. Acepta la metáfora.

 

“Apostamos por el libro de papel, por el objeto sensual”

     A esta altura de la conversación escapamos de la fantasía para volver  a la realidad. Apunto cómo el momento actual puede ser preocupante para libreros y editores. Todos ellos se enfrentan a la competencia de otros medios, como Internet o los libros electrónicos. Atalanta no tiene nada que ver con ese mundo.

    - Nosotros apostamos por el libro de papel, por el objeto sensual. Ahora bien, yo no estoy en contra de los e-books. Seguramente, acabaremos editándolos, sobre todo por Latinoamérica. Nuestros libros son muy caros en ese mercado, aunque por otra parte sean muy codiciados. Me parece que la edición de libros digitales puede ser una buena alternativa para lectores de bajo presupuesto. De todas formas creo que es una moda pasajera. Las navidades pasadas todo el mundo compró e-readers. Tal vez ya se hayan cansado. Hay gente que piensa que es como el barco de vapor que sustituyó al barco de vela. Yo no lo creo en absoluto. El libro electrónico es más perecedero a la larga  que el libro de papel, aunque soy de los pocos que  piensan de esta manera. Creo que la actualidad es plural y el futuro también lo va a ser. La radio no acabó con el periódico, ni la televisión con la radio. Es posible que los periódicos desaparezcan, y las enciclopedias y los libros escolares. Hay que reconocer que el e-reader es un utensilio muy cómodo. Si uno va de viaje se puede llevar dentro de esa herramienta un montón de libros. Si  quiero un texto que está editado en el extranjero, lo pido por Internet y lo tengo inmediatamente. Yo creo que todo esto tiene un sentido funcional, pero estoy convencido de que la alta cultura va a seguir vinculada al libro de papel. El libro es un arquetipo y los arquetipos nunca perecen.

      - En contra del uso y manejo de los libros electrónicos, le planteo la dificultad de volver sobre una página anterior para echar un vistazo de nuevo a un párrafo. No es cómodo  ir hacia atrás o hacia delante, revisar algo que se ha quedado atrás y que cobra otro sentido veinte páginas adelante. Jacobo corrobora.

   - Me lo dijo un joven: con el e-book no se tiene la sensación de poseer un libro, de que el libro es mío. Al verdadero amante de los libros, al lector, le gusta  poseer el libro y tener una biblioteca, que en el fondo es la biografía de su alma.

 

La historia de Genji  y Gibbon, nuestros best sellers

   - La biografía del alma de Atalanta trazó su primera huella con La historia de Genji, aquella monumental obra de Murasaki Shikibu que  inauguró la colección Memoria mundi.

   - La historia de Genji, increíblemente, ha sido nuestro best seller. Ni me acuerdo de cuantas ediciones llevamos, pero hemos vendido más de doce mil ejemplares del primer volumen; el segundo no ha ido tan bien.

    - Parece sorprendente el éxito de La historia de Genji, pero le recuerdo que estamos en un momento en el que la literatura nipona despierta una gran curiosidad en ambientes universitarios. No faltan las tertulias, seminarios y tesis sobre los autores de Japón. El libro de Murasaki Shikibu es El Quijote de esa literatura.

    - Es el libro fundacional de esta cultura. Toda la estética japonesa que conocemos parte también de esa época. Hay que leerlo pausadamente porque es un libro medieval que realmente nos introduce en un mundo muy lejano y vaporoso. La época Heian tuvo una de las cortes más refinadas que jamás haya habido en la historia. Prácticamente destituían a un ministro si tenía mala caligrafía o si vestía con mal gusto. Era una corte donde la estética era muy importante. Cada vez que mandaban una carta, escribían unos versos. También hemos publicado El mundo del príncipe resplandeciente, de Ivan Morris, que es  la obra que introduce en su contexto todo el mundo en el que floreció Genji. Curiosamente, el libro que mejor se ha vendido de nuestro fondo es La historia de Genji y el peor el de Ivan Morris.

  - ¿Cómo explicaríamos que El mundo del príncipe resplandeciente haya supuesto un cierto fracaso?

    - No hay explicación. Y eso, en parte, es lo bueno de este oficio. Hay gente que parece saberlo todo. Yo creo que en la edición cuanto más sabes, menos sabes. Evidentemente hay unas pautas, pero caminas por intuición o por convicción. Yo jamás hubiera pensado que el Genji fuera a tener tanto éxito, porque es una novela totalmente extemporánea. Y, sin embargo, es un libro que hechiza. Sobre todo a las mujeres porque es un modelo para ellas. Lo interesante es que la primera novela de la literatura universal la haya escrito una mujer y precisamente gracias a una prohibición. Es todo lo contrario de lo que pasa ahora con la cultura de la queja, como la llamó Robert Hugues. A las mujeres se les prohibía la instrucción de las letras. Había una serie de tópicos que provenían de la cultura china a la que obedecían los hombres en esa época y que hoy no tiene ningún interés para nosotros. En cambio las mujeres, y en este caso la dama Murasaki Shikibu, empezó a narrar la vida de la corte. Su relato estaba destinado solamente a la emperatriz y a las cincuenta o cien cortesanas que vivían alrededor de ella. Hoy es inimaginable escribir una obra de casi dos mil páginas para menos de cien personas.

  - No es ajena al éxito de sus editoriales la cuidada presentación gráfica, su diseño, del que es responsable. Jacobo Siruela ha cosechado algunos galardones en este terreno que domina, entre ellos el Premio Daniel Gil: “No buscar nada nuevo ni 'original' en el diseño, sino algo auténtico y perdurable. Lo nuevo es lo que antes envejece. Tratar de buscar belleza –es decir, armonía de formas y colores- frente al relativismo (un poco gregario) de las estéticas instantáneas. Y ¡Guerra al plástico!” Son los criterios varias veces definidos por él y que  siguen siendo una lección de buen hacer en la presentación de libros. Le invito a comentarlos.

    - Los dos primeros los sigo suscribiendo. Quitaría lo de gregario que, obviamente, era una provocación. Por desgracia no he podido cumplir completamente con el tercero, porque los libros de tapa dura no pueden tener una cubierta de papel, que siempre sería mucho más agradable al tacto que el plástico, al cual te obligan las encuadernaciones. Aunque debo decir que la encuadernación en tapa dura plastificada en mate sin sobrecubierta, como hacemos ahora, fui el primero en hacerlo. Luego, me copiaron. Pero ¡qué importa!, el diseño es artesanía y no hay copyright. Lo cual lo hace más digno, más por amor al arte.

    - Damos un nuevo giro a nuestra conversación para hablar del último de la colección “Memoria Mundi”. No hablamos ahora de diseño sino de contenido. Volvemos al texto que habíamos mencionado antes: Decadencia y caída Imperio romano,  una obra histórica publicada hace más de doscientos años en Inglaterra y que hoy nos resulta muy clarificadora.

     - Esa ha sido uno de las claves de su éxito extraordinario. Se ha agotado la primera edición de tres mil  ejemplares en tres meses. Según Harold Bloom, existe un paralelismo enorme con la decadencia del Imperio norteamericano. Gibbon vio una similitud con el Imperio británico, que en aquella época  perdió una de las colonias más importantes, el actual Estados Unidos. Además el estilo es un prodigio. Nuestra edición en castellano  se le acerca. Pero, aparte del estilo, lo increíble es que gran parte de este libro, escrito en el siglo XVIII, sigue vigente, especialmente toda la primera parte. En la segunda, cuando habla del Imperio bizantino, es muy crítico con el cristianismo. Gibbon provenía de una familia protestante y se convirtió al catolicismo de una manera muy ferviente, para luego renegar de esta confesión y volverse un protestante ilustrado. Toda su magistral ironía va en contra del cristianismo. Creo, sin embargo, que se equivoca al meterse con Bizancio porque gracias a este Imperio conocemos, entre otros filósofos, a Aristóteles y a Platón. Bizancio depositó toda la sabiduría clásica que heredó del Imperio romano.

 

Abrir la mente: la vida entendida como sueño

      - Además de dirigir Atalanta y editar libros esclarecedores como el de Gibbon, Jacobo Siruela también escribe. En su propia editorial hace ya  dos años publicó El mundo bajo los párpados. En este ensayo  indaga en el mundo de los sueños. Coincidiendo con la aparición del primer volumen, tuvimos la oportunidad de escucharle  en la Fundación Juan March de Madrid hablando del mundo onírico. Fueron dos conferencias, ambas con el salón a rebosar. La primera venía a resumir el contenido de El mundo bajo los párpados.

  - Sí, la segunda conferencia era inédita. La primera que di me basaba en el capítulo primero del libro, pero la segunda fue absolutamente inédita. Pretendo escribir un segundo volumen, pero no tengo tiempo para hacer todo lo que me propongo. El mundo bajo los párpados es un ensayo fenomenológico. Trata del sueño como fenómeno histórico, sagrado, psicológico e incluso metafísico. Me metí en temas difíciles, pero es un libro literario, narrativo, y creo que nada aburrido. Pretende hacer contemplar el sueño desde otras perspectivas, racionales, pero no racionalistas, y abrir la mente. Pienso que la sustancia de la realidad es amplísima y misteriosa. El segundo volumen tratará sobre las distintas metáforas del sueño, sobre sus distintos simbolismos. La conferencia de la Fundación Juan March desarrollaba esa antiquísima idea sobre la vida entendida como sueño, su última y más radical metáfora. Desgraciadamente no se puede sintetizar porque se trata de algo muy sutil imposible de entender literalmente y que se presta fácilmente a una comprensión errada.

      - Para no traicionar su sentido, desistimos en nuestro intento de sintetizar aquella conferencia que, por otra parte, puede escucharse íntegra en la página web de la Fundación Juan March. Volvemos al mundo de la edición. En su búsqueda de joyas para editar, Jacobo Siruela visita archivos, rebusca manuscritos,  revisando catálogos y textos con la lupa del buscador de tesoros.

    - Cada libro que publico lo trabajamos mucho. Repetirme me aburre, entonces investigo. Tres son las vías de investigación del proyecto Atalanta. Vindicar la brevedad. Recuperar la memoria, lo que hemos perdido. Y también el gozo de la imaginación. Pero no la imaginación como escapismo, sino como vía de conocimiento. Quiero decir, que si publicamos mitos, sueños, alegorías espirituales o cuentos fantásticos, es porque todo ello está rebosante de verdades internas, psicológicas y espirituales. 

    - Coherente con estos mismos principios, en junio de 2012 intervino en la Biblioteca Nacional de Madrid. Ante un público entregado, dio una conferencia sobre los libros secretos, unos textos que aún no ha publicado pero que nuestro interlocutor ha rastreado por el interés personal en su contenido.

     - Sí, hablé sobre libros que siempre permanecen fieles a su secreto. Por ejemplo, el manuscrito Voynich, que es un manuscrito precioso, cuya  escritura tiene unos caracteres que nadie sabe lo que significan. Está escrito en una caligrafía indescifrable. Hablé también allí de el Libro mudo, el Mutus Liber, una obra de alquimia sin texto, sólo con imágenes. Los alquimistas decían que era el libro que más revelaba sobre el proceso alquímico. Es una obra fascinante, las imágenes son su significado. Otra de esas piezas secretas es  el Finnegans Wake de Joyce, un libro inexplicable, incluso para los ingleses. Se dice que esta escrito en finenganés.

     - De hecho casi nadie ha podido leer entero este libro. Es intraducible, ininteligible, pero nuestro interlocutor lo tiene en la mesilla de noche y de vez en cuando lo hojea.

    - Está escrito en un inglés con toques gaélicos y de otros cuarenta idiomas.  Es una broma continua y magistral sobre el lenguaje. Pero es un laberinto verbal inextricable. Incluso para los ingleses es difícil. Y, claro,  para los que no somos ingleses mucho más. Otro texto secreto es La arquitectura natural. Es un libro esotérico que se hizo en 1940 sobre el pitagorismo. Explica cómo todos los templos antiguos se basaban en el número. Lo redactó un grupo de matemáticos, físicos y esotéricos de París. Es también inextricable, un libro muy poco conocido.

        - Debido al éxito que tuvieron en el público, esta conferencia en la Biblioteca Nacional y otra sobre Valentine Penrose en la Fundación Botín de Santander, Jacobo Siruela ha decidido publicarlas en Atalanta con todas sus ilustraciones. Habrá que esperar. Le pregunto si, con el tiempo, veremos estos textos secretos editados en España. 

   - Quizá publique algunos de estos libros más adelante en Atalanta. Pero no es fácil. Más bien todo lo contrario. El  Finnegans Wake es literalmente intraducible. El manuscrito Voynich ilegible. Quizá sea viable la edición del Libro Mudo de Eugène Canseliet, pero la alquimia es lo más oscuro y opaco que se puede uno encontrar. Lo veo difícil. Son libros o impenetrables o arduos de entender y traducir. La gracia del último sobre el que he investigado está en haber inspirado secretamente a Kandinsky y el proceso de creación del arte abstracto.

     - Se refiere a Formas de pensamiento, un libro que hicieron dos teósofos, Charles W. Leadbeater y  Annie Besant. 

    - Sí, éste libro es fácil de entender, incluso resulta cándido. Trata sobre cómo se generan los pensamientos y las emociones en formas y colores en otra dimensión puramente psíquica que los videntes perciben como auras. Lo interesante de Formas de pensamiento es que influyó sobre Kandinsky, es decir, en el arte abstracto.

            - Defiende Jacobo Siruela que Kandinsky tuvo que tener en sus manos este libro en 1905, cuando salió. Y explica por qué lo cree así: “En varias ocasiones elogia la teosofía y su base teórica, De lo espiritual en el arte es muy similar. El arte abstracto surge a partir de 1910”. ¿Sospecha de una captura “intertextual”, por parte de Kandinsky, de Formas de pensamiento?

     - No es que copiara, pero le inspiró. Es muy curioso, pero una de sus láminas es un Kandinsky. Es el libro en el que se basa el arte abstracto porque, tanto Mondrian como Kandinsky, fueron devotos seguidores de la teosofía. Además, no se ha estudiado suficientemente la relación del arte moderno con el esoterismo. Se considera que es un asunto de mal gusto. Los académicos rechazan abordar esta relación. Pero Mondrian se adhirió a una rama de la teosofía y Kandinsky lo mismo. Y esto  no sucede solamente con el arte abstracto. Casi todos los surrealistas  estuvieron fascinados con el ocultismo. Más tarde, en la Escuela de Nueva York, Barnett Newman lo estuvo con la cábala, y Rothko con el misticismo y la tragedia griega. Esto me lleva a concluir que en el centro del movimiento moderno hay un ingrediente antimoderno, el mismo que alumbró al romanticismo. La historia de la modernidad debe reinterpretarse integrando esa aparente contradicción.

 

Indagar y divulgar el pensamiento esotérico

    - Nuestro interlocutor lleva tiempo interesado en indagar y divulgar lo más rescatable del pensamiento esotérico. Recuerdo que hace unos diez años llegó  a mis manos  Del cielo y del infierno, el libro de Emanuel Swedenborg que publicó bajo su supervisión en Siruela. Le pido al editor que comente la importancia de esta obra, escrita originalmente por el teólogo sueco en latín.

    - Es un libro importante por declarar que el Cielo y el Infierno no son penas ni castigos sino meros estados anímicos, puramente psíquicos. La vida y la muerte del ser humano es una interminable cadena de estados psíquicos. Sus tesis son increíblemente claras y fascinantes. Ha tenido una influencia enorme, por ejemplo en Balzac y también en Mallarmé, con la teoría de las correspondencias, y en Baudelaire. Sobre todo en Francia tuvo bastante predicamento. Y encandiló a Borges.

     - Muchos de los libros de la colección “Imaginatio Vera” reflejan la misma inquietud. El último es la biografía de Rudolf Steiner, personaje  extraño y muy vinculado a la teosofía que, entre otros movimientos y disciplinas, fundó la antroposofía.

    - Con la antroposofía ocurre lo mismo. Por ejemplo, Paul Klee se carteaba con Rudolf Steiner, un personaje muy interesante. Tiene un libro fabuloso que critica la filosofía del siglo XIX. Pero sus mejores obras, desde mi punto de vista, son las que investigan el pensamiento de  Goethe. Construyó el “Goetheanum”, un edifico expresionista que puede estar perfectamente dentro del arte moderno de su época. Luego inventa la agricultura biodinámica. Algo que empieza a cuajar en la agricultura del siglo XXI. Es muy curioso, pero he podido comprobar cómo muchas  bodegas francesas -¡el país más racionalista de Europa¡- utilizan el método steineriano. He visto en una bodega de Cataluña cómo dinamizaban el agua y sembraban atendiendo a los ciclos de la luna y los astros. Steiner, aúna lo antiguo con lo ultramoderno. Luego están las escuelas Waldorf, que siguen funcionando. Su método de enseñanza es muy interesante. Steiner, junto a su mujer, inventó la euritmia que son una serie de movimientos armónicos de baile. Es un hombre para redescubrir. Hace poco hicieron en Suiza una exposición estupenda sobre él, sus ideas y todas las influencias que ha tenido en el arte.

    - Escuchando a Jacobo Siruela uno se pregunta por el momento en el que surge su vocación como editor. Alguna vez ha contado que los jardines del Palacio de Liria  fueron el paraíso de su infancia. Allí  abrió sus ojos a la realidad de los adultos y le surgieron algunas dudas sobre la manera de explicar el mundo. Esas dudas hicieron brotar su trayectoria intelectual. Hace siete años, un grupo de periodistas escogidos asistimos en ese mismo  edificio, ubicado en el corazón de Madrid,  al nacimiento de Atalanta. Alumbró la nueva editorial la misma idea que transmite en nuestra conversación: “hay una serie de pensadores que debemos  sacar del oscurantismo,  salvarlos de los prejuicios, y estudiarlos a fondo”. Y añade: “Por lo visto, lo despreciable me interesa. Yo también escribí ese  libro sobre los sueños y mucha gente desprecia los sueños”.  Como ejemplo de lo que dice, hablamos de Conciencia más allá de la vida, uno de los últimos de “Imaginatio Vera”. Le señalo que ya existen una serie de libros que indagan en las experiencias próximas a la muerte.

   - Si, pero suelen ser bastante endebles. En cambio éste fue hecho por primera vez por un equipo de cuarenta médicos, de una forma sistemática. Pim Van Lommel empezó a ver casos.  Es un libro interesantísimo. No es ninguna demostración de la inmortalidad, pero, realmente, cambia absolutamente el paradigma al enfrentarnos a la paradoja de que cuando el cerebro está muerto, es decir, con encefalograma plano, el sujeto puede tener experiencias extrasensoriales y  visiones de su cuerpo desde varios metros de altura. Pensamos que  la mente, el espíritu, se circunscribe al cerebro, pero, en realidad, no sabemos nada. Es como si dijéramos que las imágenes de la televisión salen del aparato, dado que aparentemente así lo parece. Pero entonces, ¿de donde salen los pensamientos? Hay gente fascinada por esta obra y otra que la repudia. Y como casi siempre ocurre, cada uno sigue sin moverse de su fe. Nunca convences a nadie con argumentos. La gente discute y lee para reforzarse, para conocer otras cosas o abrirse. Vivimos esclavos de los patrones que nos inculca nuestra sociedad y cultura. Van Lommel, en este libro, cuestiona  dónde empieza y dónde acaba la consciencia. El autor asegura  que  todos estos fenómenos encajan  en el paradigma de la física cuántica. 

   - A lo que cuenta sobre esta obra, Jacobo añade una confidencia: “uno de nuestros lectores me habló por Internet de este libro y, a partir de ahí, decidí publicarlo”. Creo que en Holanda y en EE.UU ha llegado a ser un best seller. ¿Qué tal se ha acogido en España?

  - Aquí va muy bien. Evidentemente, a la prensa le cuesta atreverse. Es muy conservadora. Creo, sin embargo, que estamos saliendo de ese tosco materialismo del siglo XIX, dogmático, fanático. Aunque estos patrones siguen muy pegados a la mente occidental, ahora se empieza a abrir una perspectiva más amplia. No se trata de acabar con la Ilustración sino de ampliar su paradigma. No podemos, en el siglo XXI, pensar de la misma manera que nuestros antepasados en el XVIII o XIX.

    - En esa misma línea estarían  El fuego secreto de los filósofos o En los oscuros lugares del saber. Este último lo reseñamos en Turia cuando lo publicó Atalanta.

   - Digamos que estos libros son una manera de enseñar lo que fueron las sabidurías antiguas, esas formas de entender el mundo, pero explicadas con un lenguaje de hoy. Es decir, reactualizadas. En este mundo que se hunde, cada vez más perdido, necesitamos recuperar ese saber espiritual.

 

“El cuento es una de las formas más refinadas y gozosas de la literatura”

- En otra línea convergente, pero más inclinada hacia lo literario, hace ya casi treinta años que Jacobo Siruela creó  la "Biblioteca de Babel", dirigida y prologada por Jorge Luis Borges. Más tarde sacó adelante "El Ojo sin Párpado”, una colección de  literatura fantástica. Dentro de Atalanta, en “Ars Brevis”, encontramos textos de autores como Alejo Carpentier: Viaje a la semilla y Concierto barroco; de Turguéniev,  La reliquia viviente, u otros textos de escritores, para mi totalmente desconocidos hasta que salieron en Atalanta, como Sin mañana de Vivant Denon o La noche de Francisco Tario.

    - En el último viaje a México,  me compré su narrativa completa. Tario me parece un autor notable, y desconocido en Europa, aunque en su país goce de cierto renombre. Compré las obras completas e hice una selección de los que yo creo que son sus mejores cuentos.

   - ¿Con qué criterios ha elegido durante todos estos años a los autores que publica?

   - Cuando empezamos Atalanta me dijeron: ¡ya no hay espacio en el mercado para nada! Entonces pensé, si queremos publicar diez libros muy selectivos, no vamos a hacer lo que  todo el mundo, hagamos aquello que no hace nadie. Si todo el mundo publica novelas, nosotros no publicamos novelas. Publicamos cuentos. Nos advirtieron: “el cuento no se vende”. Y hay una parte de verdad, el cuento no se vende tanto. No lo entiendo, porque el cuento es una de las formas más refinadas y gozosas de la literatura. La perfección siempre se logra en el cuento. No hay ninguna novela perfecta. La novela es más profunda, más ambiciosa, pero la perfección se logra en el chispazo del cuento y el poema. Y apostamos por el cuento. Y no sólo por el cuento, también por los aforismos, y por los cuentos un poco largos, lo que en Francia se llama nouvelle. Y sobre esto nos hemos basado. Uno de los primeros títulos fue Sin mañana de Vivant Denon. Me pareció muy paradigmático. En toda su vida Denon solo escribió este cuento y es magistral. Milan Kundera lo encumbra  en uno de sus libros, en La lentitud.

   - Viajamos con nuestra memoria desde este hotel en el barrio de Salamanca de Madrid hasta Vilaür donde está su casa y donde nos hemos visto en anteriores ocasiones. Algunos veranos, bajo su espléndido porche, con vistas a unos atardeceres plenos de matices, hemos compartido charlas y buenos caldos. Esta masía es también un hospedaje de escritores. Recuerdo algún año en el que apareció por ahí Bryce Echenique. ¿Creo que, sin embargo, a su pesar, Álvaro Mutis nunca llegó a estar en su casa de Girona?

    - No. A Álvaro Mutis le he visto con García Márquez en mi último viaje a México.

    - Personalmente  descubrí la obra del escritor colombiano hace 20 años, cuando Siruela publicó Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero. Me fascinó ese libro. Recuerdo que alguna vez hablamos en Mas Pou del escritor afincado desde hace lustros en México. ¿Qué ha pasado con él? Aquí en España es como si se hubiera evaporado.

    - Es ya muy mayor, tiene ochenta y tantos años. Ahora está graciosísimo, tiene un sentido del humor fantástico. Sigue siendo una persona estupenda, aunque muy abatido por la muerte de su hija. Los autores también tienen sus momentos de olvido. Pero creo que Mutis permanecerá.

    - Le comento que Álvaro Mutis, como poeta sí, pero como narrador no estaría dentro de la literatura fantástica, pero se acerca a ella a través de la poesía. El personaje de Maqroll nace de la poesía.

   - Exacto. Decía Borges que no perduran las novelas, perduran los personajes. Si  logras crear un personaje potente, un personaje vivo, entonces perdura, y yo creo que Maqroll, alter ego del propio Álvaro es, realmente, un personaje inolvidable

    - Y a García Márquez ¿como le ha visto en su último viaje a México? 

   - Bien. Allí estaban los dos, García Márquez y Mutis. Tienen muy buena relación entre ellos, Son muy amigos, son íntimos amigos. Dos colombianos, casi exiliados. El otro colombiano importante es Nicolás Gómez Dávila. Un personaje también muy particular, como suelen ser todos mis autores. De él publicamos un libro que se llama “Escolios para un texto implícito” que consta de alrededor de 8000 aforismos muy inteligentes y divertidísimos. Es una especie de tradicionalista heterodoxo, muy polémico porque realiza un ataque feroz a la modernidad.

   - Como Álvaro Mutis, que también es un tradicionalista.

   - Sí, en eso coinciden. De hecho, Mutis escribió sobre este autor. Incluso García Márquez y Savater lo elogiaron por su estilo y su inteligencia. Gómez Dávila leía griego, latín alemán, ingles, francés. Era un hombre rico que dedicó toda su vida a cultivarse, y escribió ese libro, que es una de las obras de pensamiento más interesantes de America Latina. Él dice que cuando no hay nada que conservar, uno se vuelve reaccionario y reacciona contra todo. Él reacciona contra todas las falacias de su época. Es un hombre con mucho humor, y también sensualidad. Digamos que era el latinoamericano que faltaba.

   - Lo descubriré como a tantos autores gracias a la labor editorial de Jacobo Siruela. Por ejemplo, a través del libro Imagen del mito de Joseph Campbell, que acaba de publicar Atalanta este otoño.

    -  Joseph Campbell es junto a Mircea Eliade el gran mitólogo de la segunda mitad del siglo XX. Escribe varios libros muy importantes, entre ellos “El héroe de las mil caras”. Pero éste es uno de sus tres libros fundamentales. Era un gran comunicador y gozó de mucho éxito en su tiempo, incluso George Lucas le consultó cuando estaba elaborando el proyecto de “Guerra de las Galaxias”, porque el argumento de esta serie está basada en una estructura literaria medieval, mítica. Lo interesante de él es que todo lo que toca está vivo y nos hace entender la mitología. Creemos que los mitos son simples fábulas, pero los mitos son fábulas sólo desde el punto de vista exterior. Desde una perspectiva simbólica, el mito es una realidad interna. Por ejemplo, los dioses griegos hablan de todas las situaciones que pueden sucederles a los hombres. Los griegos se comprendieron a sí mismos a través de los dioses. La psicología analítica ha tratado esto con gran penetración.

     - Entiendo que, desde el mito, la psicología nos introduce en una realidad interna como son los sueños.

     - Mito y sueño son lo mismo. Campbell decía: “El mito es un sueño colectivo y el sueño es un mito privado”. Aunque Campbell se refiere a Freud en su libro, sobre todo sigue la senda de Jung. Freud y Jung estudiaron mitología, simbología y ejercieron con pacientes muchos años, pero se salieron del canon científico de la época y eso, sobre todo a Jung, nunca se lo han perdonado. Eso no quiere decir que sus teorías sean endebles. Estoy convencido de que su visión de la psicología abre una puerta enorme al siglo XXI.

      Abrir las puertas de la mente contemporánea es el empeño de Jacobo Siruela. Este verano nos hemos visto e intercambiado correos electrónicos para construir juntos esta conversación. También este verano Zygmunt Bauman, de visita en España, ha desentrañado los secretos de lo que el pensador polaco denomina modernidad líquida. Como el Segismundo de Calderón de la Barca, el reconocimiento de lo efímero en la civilización occidental lleva a Jacobo Siruela a mirar al fondo menos explorado de la cultura, para encontrar un nuevo sentido  a nuestro mundo “líquido”. Las obras que publica, las que escribe, las que diseña  nacen con la ambición de sortear el juego de lo pasajero y alcanzar el sueño de lo perdurable.