La vida es una orilla

pero no existe sola.

Nunca la vida es sólo una.

 

Cada vida son dos, una en la otra.

Orillas que se tienden frente a frente.

Tienen rumor distinto que al unirse

son un mismo rumor.

 

No se tocan del todo. Se contemplan.

Algunas veces funden su oleaje

en instante de amor o de universo.

 

Porque una vida es dos.

Las dos vidas reales. Verdaderas.

Una no está en la otra.

La otra sí.