Finalmente vi mi desnudez.

Acepté que la piel piensa,

que hay una mancha de óxido en el espejo,

que la quebradura nace en el centro,

que detrás me oculto,

que de exponerme al sol

me llago,

me ampollo y escarapelo,

que todo silencio es desnudez,

que el espejo es habla,

que lo lamo,

que lo acaricio,

que las más de las veces distorsiono,

que su pátina es la voz

que dice

Soy.

 

Hoy acepté que el espejo es 

alguien más

que

habla

oye

calla

triza

infiere

confiesa

anula

desdobla.

Hoy

el espejo frente a mí ha escrito la palabra

DESNUDA

sin martirio

sin sangre

sin dolor

sin nada

estoy

con las palabras que callan

cuando miro

el mundo

en los labios de los otros

en las bocas de los muertos

 

NADA

es  

la escrituración de la vida

y no es la vida lo que importa

lo que dice la voz de la otra voz

la sustancia que impregna de nada el espejo

 

que huye como potro en la colina

que se pierde si la llamas

que la sustancia de la voz

es

 

DESNUDEZ

la casta superficie

ama y busca ser amada

hierba sin olor

flor intacta

carne sin piel

luz de otra sombra

azoro de los ricos

la miseria

la nuda desnudez

SOY

espejo distante en el deshielo

una mano sin guante contra el viento

un corazón vacío de amor

la herida

cuando escucha el primer llanto

 

LA MISMA HERIDA

fe

abierta

a otros ojos

que se cierran

donde sea que se encuentren

en la casa sin calle

en la ciudad sin puertas

en donde los cerros son el límite de una misma angustia

en donde la angustia y los bordes son

 

DIALOGO

LA MÚSICA DE ESTA HABITACIÓN

los lunes frente al piano

la banca solitaria

la visita de la muerte

la vez que su mano

en mi hombro dijo

estoy

 

CIEGA

no significa nada

no dice que no hables

la cuchara el cuchillo el tenedor te escuchan

la ventana abierta hacia afuera

la cortina cerrada hacia dentro

la sangre enterrada en tu cuarto

bajo la alfombra

en el secreto más seguro

en la segura ternura de la voz

que calla cuando miras a través

de cada astilla cada gota cada luz apagada

cada botón de un seco abrigo

su mancha

en lo blanco

la mesa puesta

la botella   

la sal

buscando un sitio en el reposo de las horas

 

Hoy la desnudez

finalmente ha visto mi desnudez

en su límite

donde el brillo de la navaja

colma de sentido

lo que has callado

el dolor que escondes

la mano que se alza contra el grito

el violento cuchillo en la garganta

tú sin voz

tú sin nombre

con toda tu necesidad por delante

como si fuera

leche 

derramada

y nadie sabe cómo ni en qué momento comer.