Y alargas la mano
buscando donde asirte y encuentras
la sábana.
¿Qué desfile de rostros
será ante tu cama
el del último día?
Tal vez vengan a verte
aquellos que no amaste
O tal vez estés sola
y te laven el cuerpo
manos que nunca
acariciaste.
Si al menos
pero no:
tan sólo es el tacto
de la sábana.