El escritor zaragozano, residente desde hace años en Barcelona, maestro del género fantástico y autor de grandes clásicos como La noche de Cagliostro y otros relatos, En la ciudad de los muertos o Fiesta perpetua ha conseguido con esta nueva entrega cautivar una vez más a los adeptos de lo fantástico.

 

De nuevo en Música muerta y otros relatos nos encontramos al Latorre más genuino, auténtico e impredecible. A lo largo de los veinte relatos, el lector queda atrapado en un incómodo estado de incertidumbre. Los narradores de cada historia consiguen contagiar el desasosiego, la angustia y la sensación de ahogo de los personajes, que página tras página no quedarán impunes ante los vuelcos y sobresaltos ficcionales cuyo elemento común es la sorpresa.

 

El abanico de los temas de la obra posee un tratamiento original y variado: los motivos clásicos del hombre lobo, los vampiros o los fantasmas se entremezclan con temas donde lo fantástico traspasa las fronteras de lo físico convirtiéndose en terror psicológico: las patologías psíquicas como demencias o fobias extremas no darán tregua a los personajes.

 

No resulta fácil destacar en este libro unos pocos relatos, ya que todos ellos desarrollan vertientes complementarias del mundo narrativo de J.M. Latorre. Así, “Cuervo” y “La máscara del diablo” son dos relatos de terror donde desde sus inicios, la atmósfera presagia la desgracia que va a cernirse sobre los personajes. La ambición de fortuna en “Cuervo” y la ambición de fama, gloria, respeto y superioridad en “La máscara del diablo” conducirán a los personajes a una muerte insólita, rozando lo absurdo, acontecida sin duda como castigo divino. “El depósito de agua” y “En los bloques de nichos” ofrecen una versión peculiar del motivo de las fobias (la claustrofobia) explotado de diversas formas: en el primer caso es el personaje quien sufre un encierro donde el fin y la liberación parecen no tener cabida. La angustia y el ambiente putrefacto, hediondo y fétido invaden por accidente la mísera vida del personaje a lo largo de toda la narración. En el segundo caso es el personaje quien liberará del perpetuo encierro a un ser aparentemente sobrenatural para, paradójicamente, dar encierro perpetuo a su propia existencia, carente de todo sentido en nuestra realidad.

“El regreso”, “Desapariciones”, “El hombre del cementerio”, “Invierno en la tierra” y “Sally en el pasado” suponen unos inquietantes relatos de suspense donde una especie de fantasía terrorífica sobrevuela los escenarios de cada una de las historias. Las dicotomías del amor y el odio; la vida y la muerte; lo visible y lo invisible; el pasado y el futuro y la crueldad y la humanidad se presentan como dualidades incompatibles y al mismo tiempo, inseparables. En “El regreso” lo invisible se hace “visible” para morir en vida o vivir en muerte…En “Desapariciones” cuando las palabras cobran vida, las personas mueren. En “El hombre del cementerio” la existencia marginal se materializara en crueldad. En “Invierno en la tierra” una explosión purificadora inmortalizará la muerte de la cultura y el nacimiento del amor y finalmente “Sally en el pasado” representa la idea de “la muerte de la muerte”: morir en el pasado para volver a morir en el futuro. “El experimento de Armando Lombarte” es un clásico en cuanto a su temática: el personaje principal posee un don sobrenatural imposible de dominar y controlar cuyo poder, previsiblemente, le conducirá a un fatal destino.

 

Los vampiros, hombres lobo y las creaciones horripilantes humano-fantásticas no podían faltar en esta colección. “Potocki” es una hábil y dinámica narración donde el motivo del hombre lobo es el motor principal de la historia. “Resurgam” y “El sacerdote suicida” suponen el plato fuerte de esta serie de clásicos de lo fantástico: el vampirismo. “Resurgam”, un relato cuyo tiempo de narración se corresponde con nuestro mundo contemporáneo, narra una magnífica historia de amor con un final extraordinariamente inmortal y fatal pero deseado. “El sacerdote suicida”, ambientado en siglos pasados, nos dejará insatisfechos ya que el final no es el soñado. No debemos olvidar el texto que tenemos entre nuestras manos. Los finales felices y los héroes inmortales quedan reservados para otros tipos de literatura.

 

Quienes sean fieles seguidores de este autor sentirán cierta familiaridad y sorpresa al encontrarse de nuevo con “Shelleyana”. (Al igual que lo hicieron con “Cuervo” y lo harán con “Simbad y la isla de la muerte”). No es la primera vez que el autor rescata un texto aportando nuevas variaciones. De nuevo, un “monstruoso” creador dará vida a un ser compuesto por diferentes partes de otros seres humanos con un final difícil de digerir.  Los espectros y fantasmas serán los protagonistas de “Música muerta” y “Sesión de espiritismo en una noche de lluvia”. En el primer relato, el que da nombre a esta obra, el concepto de la música olvidada, muerta, se materializará en un espectro que no aterrorizará a los personajes sino que los deleitará. En el segundo relato, de nuevo un castigo divino para dar vida al clásico género del ghost story: una charlatana farsante  supuestamente capaz de comunicarse con los muertos, engaña a una madre deseosa de poder comunicarse con su hijo muerto recientemente en un accidente. La timadora finge una sesión de espiritismo cuyas consecuencias serás nefastas al más puro estilo poltergeist.

 

“Los ojos muertos” y “Los ojos muertos: una variación” son dos narraciones con el mismo origen pero distinto final. La segunda versión cobra fuerza y resulta aún más inquietante. En ambos casos un cadáver sepultado en el lugar erróneo vaticina el trágico final. “La lengua de Basil” es, sin duda, desde mi punto de vista la obra maestra de este conjunto de relatos. Este texto breve pero intenso se trata de un microrrelato anclado en el medio de dos intensos relatos: “El sacerdote suicida” y “Sesión de espiritismo en una noche de lluvia”. Nos encontramos ante la presentación de un tema fantástico ¿sin explicación? cuya intención es crear, de nuevo, un efecto de sorpresa e incertidumbre.

 

El libro finaliza con “Simbad y la isla de la muerte”, un inquietante relato de aventuras similar a su precursor “Una sombra blanca”. Aventuras, exotismo y fantasía se entremezclan para dotar a esta historia de un dinamismo particular e insólito.

 

El peculiar tratamiento del lenguaje, elegido con sumo cuidado, contribuye a la creación de una determinada atmósfera propia de lo fantástico en cada uno de los veinte relatos que componen esta obra: unos relatos breves pero intensos.

 

Ya que “lo que vemos y lo que oímos es solo una mínima parte de lo que existe”, tal y como reza la frase inaugural del libro, quizá veinte relatos no sean bastantes para dar cuenta de ello, pero sí suficientes para dejarnos impacientes a la espera de una próxima entrega. – LORENA CASORRÁN LÓPEZ.

 

 

Latorre, José María, Música muerta y otros relatos, Madrid, Valdemar, 2014