Marcin Świetlicki nace el 24 de diciembre de 1961 en un pequeño pueblo de los alrededores de Lublin (Polonia). Licenciado en Filología Polaca por la Universidad de Cracovia, durante sus años de estudiante entra en contacto con un grupo de poetas (Kacek Podsiadlo, Marzena Broda, Krzysztof Koehler) que terminará configurándose como la punta de lanza de la poesía de la Polonia poscomunista. Sus primeros poemas aparecen en 1978 en la revista Radar y en 1992 publica su primer libro de poemas, Los países fríos, que enseguida le aseguró un lugar en la primera línea de los poetas polacos. Durante la década de los ochenta colabora en la revista de oposición política NaGłos (En voz alta) y a principios de noventa toma parte activa en la creación y el desarrollo de la revista bruLion (Borrador), una publicación que resultó ser uno de los fenómenos más importantes en la literatura contemporánea polaca y el lugar de donde surgió la nueva oleada de poetas polacos, la llamada “Generación de bruLion”. Y aunque el poeta mismo se considera un outsider y define su situación en del mundo literario como “nunca dentro del todo ni dentro hasta el fondo”, y aunque rechace los premios y mantenga su espíritu contestatario con su conocido grupo de rock, que lidera desde 1992 (el cual muestra, entre otras influencias, las muy visibles huellas de Tom Waits, y que el autor utiliza como vía paralela a sus poemas para diversificar su actividad poética), es ya considerado por la crítica como el poeta más importante de esta generación y por los lectores más avisados –entre ellos los más jóvenes- como un referente no sólo poético sino ético y social.

            A partir de una lejana y matizada filiación bukowskiana y de una más evidente influencia de Frank O’Hara y de Larkin, su objetivo se concreta en exprimir la densidad de la palabra poética a pesar de –o precisamente por- su declarada y evidente huida de la retórica tradicional. Muy dotado para jugar con las polisemias y explotar al máximo las posibilidades del lenguaje, Świetlicki  aborda sus poemas desde una perspectiva intimista, a menudo con un toque anti-sistema (“desprecio y describo este desprecio”, ha dicho en alguna ocasión), siempre en un ambiente urbano, a menudo empapado del humo del tabaco y/o de los vapores del alcohol.  La dicción coloquial ocupa el espacio del lenguaje poético: fragmentarismo e ironía son los recursos fundamentales. El yo poético, que se sustenta a menudo en la ficcionalización de un autobiografismo declarado, ha renunciado –en un momento histórico donde la poesía testimonial y política parecen carecer de sentido- a la palabra grandilocuente y a los grandes ideales inasibles. El individuo con sus pasiones privadas, con su mundo cotidiano, con sus miserias y grandezas, con su dolor y su alegría diarios son el objeto y el objetivo de sus poemas. En los últimos años se observa un proceso de “comercialización” del poeta: durante algún tiempo ha presentado el más conocido de los programas culturales de la televisión y ha grabado su último disco (Las putas melancólicas –sic-) con el célebre actor Bogusław Linda. El destino inevitable del rebelde que se convierte en clásico.

 

OBRA

Poesía:

Zimne kraje (1992), Schizma (1994), Berlin (1995), Zimne kraje 2 (1995), 37 wierszy o wódce i papierosach (1996), Trzecia połowa (1996), 20 największych przebojów i 10 kultowych fotografii (1997), Zimne kraje 3 (1997), Pieśni profana (1998), Stare chłopy prowadzą rowery na techno (1998), Czynny do odwołania (2001), Wiersze wyprane (2002), Nieczynny (2003), 49 wierszy o wódce i papierosach (2004), Trzecia połowa (2005).

 

Discos:

Ogród koncentracyjny (1995), Cacy Cacy fleischmaschine (1996), Cacy cacy ove mix (1996), Perły (1999), Perły przed wieprze (1999), Wieprze (2000), Złe misie (2001), Tradycyjne polskie pieśni wielkopostne (2002), Drugi Szczyt... - czyli Koncertówka 2 (2003), Małe psy (2003), Tribute to Kryzys-Nigdy więcej wojny (2003), Czołgaj się (2004), Las Putas Melancólicas (2005).

 

 

ASÍ DIJO EL ALCOHOL

 

De noche me desperdigué en todas direcciones

para despertarme en muchas camas distintas,

para no recordar que he muerto. Cargo

conmigo desde hace tiempo un par extra

de calcetines y camiseta de repuesto, cepillo

de dientes, todo ello para no recordar

que he muerto, y para tener casa en cualquier lado. 

 

Ella de repente me abrazó en el sueño,

ha pronunciado dos veces un nombre ajeno,

tan tiernamente, que casi decidí

aceptar ese nombre, apropiarme esa ternura.

Pero he muerto y he salido de allí, y sigo andando

por el vacío ventoso.

Pero he muerto, y si encuentro

 

sitio para echar un sueño, abrazo fuertemente la almohada, 

grito almohada adentro mi nombre muerto,

grito almohada adentro mi nombre muerto.

 

 

AFEITARSE

 

Varios días de pecado, hoy torpes

intentos para redimir, para rescatar

alma y cuerpo directamente del abismo. Me siento

frente al espejo, me pongo espuma en la cara.

 

Las manos tiemblan. Me he sujetado la mano con la mano temblante

y he dicho “no tiembles”. Después he ejecutado todo

al revés. Ha entrado la sombra por la ventana.

 

Con la maquinilla me arranco la vejez y la muerte de la cara,

por un momento, doce horas como mucho. Vamos

a ver. Vamos a ver.

 

 

JONÁS

 

Un invierno joven. Sin nieve.

La tarde ha convertido esta calle en el interior  de una ballena.

 

Podría no enterarme, pero en la frutería

vendían fragmentos de matorrales submarinos.

 

Y en ese momento, los neones han empezado a emitir

niebla y humedad.

Charcos repletos de aceite y de sangre.

 

En la acera he encontrado una concha.

Y he sentido que era devorado.

 

 

OLIFANT

 

He visto luz, por eso he venido. Llamé y abriste.

No he venido a hablar, no he venido a reñir,

no he venido a seguir con la eterna guerra.

Yo he venido a hacer el amor.

Ya tengo un cuchillo en la espalda y no hay sitio para otros ahí.

A la mierda con el dilema ¿café, té?

He venido a hacer el amor.

He visto luz, por eso he venido. Llamé y abriste.

No he venido para conversar, no he venido para convencer.

No he venido a recoger firmas. No he venido a beber vodka.

Yo he venido a hacer el amor.

 

 

PLAZUELA PIERWSZYCH SLUPSZCZAN

 

Hace tanto que no estoy,

que el argumento

del culebrón venezolano

ha avanzado bastante: un montón de niños ha nacido, muchos protagonistas

se han extinguido, las mujeres han afeado. El ojo de Dios

está más cansado, en los cuarenta principales

muchos cambios, el tesoro desenterrado, de nada servirá mi mapa

estrujado nerviosamente en la mano.

 

La venganza consiste en tomarse un café

y mirar por la ventana. Con la misma mirada

de hace tantos años. Y después,

sobre un banco por el sol

dejarse deslumbrar, tener al lado,

hablar con, querer tocar, no tocar, tan lindo,

tan culto, en este monóxido de sol, en esta

vida.

 

 

MODO DE VIVIR

 

café y cigarrillos.

sin esperar.

sin esperar que...

ni que...

ningún, pero ningún muslo nuevo, ninguna

nueva línea dactilar, ninguna nueva

cana,

ninguna arruga nueva.

té o café.

vantage o ducados.

esa alternativa.

al trabajo por la mañana o por la tarde

en el 15 ó en el 1.

peregrinaciones personales.

si cae la nieve, hay que levantarse por la mañana y

quitar la nieve

los milagros están sólo dentro.

los milagros están sólo dentro.

escuchar o hablar.

sin esperar.

raras veces, vodka.

sin ningún trato con la parte

sana de la sociedad, digamos la clase obrera

o la pequeña y la gran empresa,

por ello completamente fuera de la realidad.

 

los milagros están dentro.

café y cigarrillos.

pasear al perro.

poner agua en el cubo.

un sueño pétreo.

sin esperar.

echar a los invitados.

ninguna casa amiga.

 

los milagros están dentro.

los milagros están sólo dentro.

los sentidos se dirigen hacia adentro.

los sentidos lento empiezan

a darse una vuelta.

sueños de apuestas.

monogamia drástica.

sin esperar.

ningún libro fundamental.

en el cine, sólo películas vistas ya

varias veces.

café y cigarrillos.

ninguna arruga nueva.

poner, sacar.

sendas de lobo, mentiras.

la fiebre ocultada.

sueño pétreo y escalofríos dentro del sueño pétreo.