Eugenio Montale nació en Génova en 1896 y murió en Milán en 1981.

Entre otros libros, ha publicado: Ossi di sepia, Le occasioni y La bufera e altro.

En español: Las ocasiones, Ediciones Igitur, Montblanc, Tarragona, 2006.

 

 

 

 

 

 

 

UN POETA

Poco hilo me queda, pero espero hallar el modo

de dedicar al próximo tirano

mis pobres cármenes. No me pedirá que me abra las venas

como Nerón a Lucano. Querrá una alabanza espontánea

surgida de un corazón agradecido

y la tendrá en abundancia. Podré igualmente

dejar huella duradera. En poesía

lo que cuenta no es el contenido

sino la Forma.

 

DUERMEVELA

El sueño tarda en venir

luego me llegará sin preaviso.

Afuera debería suceder algo

para demostrarme que el mundo existe y que

los supuestos vivos no están todos muertos.

Los aculturizados, los poetas, los locos,

los coches, los negocios, las opiniones,

¡qué nauseabunda olla podrida!

¡Y yo allí dentro metido hasta los pelos!

Esta vez la piedad vence a la risa.

 

PARA TERMINAR

Recomiendo a mis herederos
(si es que existen) en cuestiones literarias,
lo que es improbable, que hagan
una buena hoguera con todo lo que atañe
a mi vida, mis hechos y no hechos.
No soy un Leopardi, dejo poco para quemar
y ya es demasiado vivir a porcentaje.
Viví al cinco por ciento, no aumentéis
la dosis. Con demasiada frecuencia, en cambio, llueve
sobre mojado.


NO ME CANSO…

No me canso de decirle a mi entrenador:
tira la toalla,
pero él no oye nada porque ni en el ring ni fuera
jamás se lo ha visto.
Quizá, a su manera, trata de salvarme
del deshonor. Que se preocupe tanto
por mí, el idiota, o yo sea su bufón
me tiene en vilo entre la gratitud
y la furia.

 


EL

Los críticos repiten,
despistados por mí,
que mi es una institución.
Si no fuera por mi culpa sabrían
que en mí los muchos son uno aunque aparezcan
multiplicados por los espejos. Lo malo
es que el pájaro apresado en la red
no sabe si él es él o uno de sus demasiados
duplicados.