Versión española de Miguel Veyrat

 

 

 

 

 

 


PROSA DEL TRANSSIBERIANO Y DE LA JUHANITA DE FRANCIA

 

 

Entonces era yo todavía adolescente,

Tenía apenas dieciséis años y ya no recordaba nada de mi infancia

Estaba a 16.000 leguas del lugar donde nací

Estaba en Moscú en la ciudad de los mil más tres campanarios y de las siete estaciones

Pero no me bastaban las siete estaciones y las mil y tres torres

Porque mi adolescencia era tan ardiente y tan loca

Que mi corazón ardía alternativamente como el templo de Éfeso o como la Plaza Roja de /Moscú

Cuando se acuesta el sol.

Y mis ojos iluminaban antiguas rutas

Y era ya tan mal poeta

Que no sabía llegar hasta el final.

El Kremlin era como un inmenso pastel tártaro pintarrajeado de oro,

Con las grandes almendras de las catedrales, tan blancas

Y el meloso dorado de las campanas...

Un viejo monje me leía la leyenda de Novgorod

Yo tenía sed

Y descifraba los signos cuneiformes

Y de pronto, las palomas del Espíritu Santo se echaban a volar por la plaza

Y mis manos también volaban con rumores de albatros

Y con ello evocaban las últimas añoranzas del último día

Del último viaje

Y del mar.

Sin embargo yo era un poeta bastante malo.

No sabía llegar hasta el fin

Tenía hambre

Y hubiese querido beber y romper todos los días y todas las mujeres

Y todos los vasos en los cafés                                            

Y todos los escaparates y todas las calles

Y todas las casas y todas las vidas

Y todas las ruedas de los carricoches que giraban como torbellinos sobre los torcidos /adoquines

Habría querido sumergirlas en un gran horno de espadas

Y habría querido triturar todos los huesos

Y arrancar todas las lenguas

Y licuar todos esos grandes cuerpos desnudos y extraños bajo esos ropajes que me /asustan…

Presentía el advenimiento del gran Cristo rojo de la revolución rusa…

Y el sol era una inmensa herida que se abría como un brasero.

En aquel tiempo yo era un adolescente

Apenas tenía dieciséis años y ya no recordaba mi nacimiento

Estaba en Moscú donde quería alimentarme de llamas

Y no me satisfacían las torres y las estaciones que constelaban mi ojos

En Siberia rugía el cañón, había guerra

Hambre frío peste cólera

Y las aguas fangosas del Amor arrastraban millones de carroñas

En todas las estaciones veía partir todos los últimos trenes

Ya nadie podía irse porque no se vendían más boletos

Y los soldados que se iban hubieran preferido quedarse...

Un viejo monje me cantaba la leyenda de Novgorod

Yo, el mal poeta que no quería ir a ninguna parte, podía ir a todos lados

Y también a los comerciantes les quedaba el dinero suficiente para intentar irse a hacer fortuna                                               

Su tren salía todos los viernes de mañana

Se decía que había muchos muertos

Uno llevaba cien cajas de despertadores y cucús de la Selva Negra

Otros cajas de sombreros, cilindros y un surtido de tirabuzones de Sheffield                                    

Otros ataúdes de Malmöe llenos de latas de conservas y sardinas en aceite

También había muchas mujeres

Mujeres entrepiernas en alquiler que también podían usarse

Ataúdes

Todas pagaban impuestos

Se decía que había muchos muertos allí

Ellas viajaban con tarifa reducida

Y todas tenían una cuenta corriente en el banco.

Pues bien, un viernes de mañana me llegó la hora por fin

Estábamos en diciembre

y también yo partí para acompañar al viajante joyero que iba a Jarbín                                                                      

Teníamos dos asientos en el expreso y 34 cofres de joyería de Pforzheim

Pacotilla alemana «Made in Germany»

Me había vestido de punta en blanco, y al subir al tren se me perdió un botón                                                     

- Lo recuerdo, lo recuerdo, a menudo pensé en ello desde entonces-

Yo dormía sobre los cofres y me sentía muy contento

de poder jugar con la browning  Niquelada que también me había dado

Me sentía muy feliz despreocupado

Creía jugar a los bandoleros

Habíamos robado el tesoro de Golconda

Y, gracias al transiberiano, íbamos a ocultarlo del otro lado del mundo

Yo tenía que defenderlo contra los ladrones del Ural

que habían atacado a los saltimbanquis de Julio Veme

Contra los Junguzes, los boxers de la China

Y los rabiosos pequeños mongoles del Gran Lama

Alibabá y los cuarenta ladrones

Y los fieles del terrible Viejo de la montaña

Sobre todo, contra los más modernos

Los rateros de hotel

Y los especialistas de los expresos internacionales

Y sin embargo, y sin embargo

Estaba triste como un niño

Los ritmos del tren

La «médula ferrocarrilera» de los psiquiatras americanos

El ruido de las puertas de las voces de los ejes rechinando sobre los rieles congelados

El ferlín de oro de mi futuro

Mi browning el piano y los juramentos de los jugadores

de  cartas en el compartimento de al lado «

La deslumbrante presencia de Juana

El hombre de anteojos azules que se paseaba nerviosamente

por el corredor y me miraba al pasar

Murmullos de mujeres 

Y el silbido del vapor

Y el eterno ruido de las ruedas locas en los carriles celestes

Los vidrios están escarchados

¡La naturaleza no existe!

Y detrás, las llanuras siberianas el cielo bajo y las grandes sombras de los

Taciturnos que suben y bajan

Estoy acostado sobre una manta de viaje

Colorinche

Como mi vida

Y mi vida no me abriga más que esa manta 

Escocesa

Y toda Europa entrevista por el parabrisas de un expreso a toda máquina

No es más rica que mi vida

Mi pobre vida

Esta manta

Deshilachada sobre cofres llenos de oro

Con los que viajo

Sueño

Fumo

y la única llama del universo

Es un pobre pensamiento...

Desde el fondo de mi corazón me brotan lágrimas

Si pienso, Amor, en mi querida;

Ella no es más que una niña, a quien encontré así

Pálida, inmaculada, en el fondo de un burdel.

No es más que una niña, rubia, risueña y triste,

No sonríe y nunca llora;

Pero en el fondo de sus ojos, cuando te deja beber en ellos,

Tiembla un dulce lis de plata, la flor del poeta.

Es dulce y muda, sin ningún reproche,

Con un largo estremecimiento cuando tú te aproximas;

Pero cuando yo voy hacia ella, por aquí, por allá, festivo,

Ella da un paso, luego cierra los ojos, y da un paso.

Porque es mi amor, y las otras mujeres

Sólo tienen vestidos de oro sobre grandes cuerpos llameantes,

Mi pobre amiga está tan desamparada,

Está toda desnuda, no tiene cuerpo, es demasiado pobre.

No es más que una flor cándida, endeble,

La flor del poeta, un pobre lis de plata,

Muy frío, muy solo, y ya tan mustio

Que me brotan las lágrimas si pienso en su corazón.

Y esta noche es similar a otras cien mil cuando un tren rasga la noche

- Caen los cometas-

Y el hombre y la mujer, aún jóvenes, se divierten haciendo el amor.

El cielo es como la carpa desgarrada de un circo pobre

en un pueblecito de pescadores

En Flandes

El sol es un quinqué humoso

Y en lo más alto de un trapecio una mujer representa la luna.

El clarinete la corneta una agria flauta y un mal tambor

Y aquí está mi cuna

Mi cuna

Siempre estaba cerca del piano cuando mi madre como

Madame Bovary tocaba las sonatas de Beethoven

Yo pasé mi infancia en los jardines suspendidos de Babilonia

y la rabona, en las estaciones frente a los trenes a punto de salir                                                        

Ahora hago correr todos los trenes detrás de mí

Bâle-Tombuctú

También jugué a las carreras en Auteuil y Longchamp París-Nueva York

Ahora hago correr todos los trenes a todo lo largo de mi vida Madrid-Estocolmo

Y perdí todas mis apuestas

Sólo queda la Patagonia, la Patagonia, que convenga a mi inmensa tristeza,

la Patagonia, y un viaje por los mares del Sur

Estoy en camino

Siempre estuve en camino

Estoy en el camino con la pequeña Juana de Francia

El tren da un peligroso salto y vuelve a caer sobre todas sus ruedas

El tren vuelve a caer sobre sus ruedas

El tren siempre vuelve a caer sobre todas sus ruedas

«Dime, Blas, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Estamos lejos, Juana, viajas desde hace siete días

Estás lejos de Montmartre, de la Butte que te alimentó del

Sagrado Corazón contra el cual te acurrucaste

París desapareció y su enorme fogata

No quedan más que las cenizas constantes

La lluvia que cae

La turba que se hincha

La Siberia que gira

Los pesados manteles de nieve que ascienden

Y el cascabel de la locura que tintinea como un último deseo en el aire azulado

El tren palpita en el corazón de los horizontes plomizos

Y tu pena ríe burlona.,.

«Dime, Blas, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Las preocupaciones

Olvida las preocupaciones

Todas las estaciones agrietadas oblicuas sobre la ruta

Los hilos telegráficos de los que cuelgan

Los postes grotescos que gesticulan y los estrangulan

El mundo se estira se alarga y se retira como un acordeón

atormentado por una mano sádica

En las resquebraduras del cielo, las furiosas locomotoras

Huyen

y en los agujeros,

las vertiginosas ruedas las bocas las voces

y los perros de la desdicha que ladran a nuestras espaldas

Los demonios están desencadenados

Chatarras

Todo es un acorde falso

El «brun-run-run» de las ruedas

Choques

Rebotes

Somos una tormenta bajo el cráneo de un sordo...

«Dime, Blas, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Pero sí, me pones nervioso, bien lo sabes, estamos muy lejos

La locura recalentada ruge en la locomotora

La peste el cólera se alzan como brasas ardientes en nuestro camino

Desaparecemos en la guerra totalmente en un túnel

El hambre la gran puta se aferra a las nubes en desbandada

y estiércol de las batallas en montones apestosos de muertos

Haz como él, haz tu oficio...

«Dime, Blas, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Sí, estamos muy lejos, estamos muy lejos

Todos los chivos emisarios reventaron en este desierto

Oye los cencerros de ese rebaño sarnoso Tomsk

Tcheliabinsk Kainsk Obi Taichet Verkné Udinsk Kurgán Samara Pensa-Tulún

La muerte en Manchuria

Es nuestro desembarcadero y nuestra última guarida

Este viaje es terrible

Ayer por la mañana

Iván Ulitch tenía los cabellos blancos

y Kolia Nicolai Ivanovitch se roe los dedos desde hace quince días...

Haz como ellos la Muerte el Hambre haz tu oficio

Cuesta cinco francos, en transiberiano, cuesta cien rubios

Afiebra los bancos y enrojece bajo la mesa

El diablo está en el piano

Sus nudosos dedos excitan a todas las mujeres

La Naturaleza

Las Busconas

Haz tu oficio

Hasta Jarbín...

«Dime, Blas, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Pero... vete al diablo... déjame tranquilo

Tienes caderas angulares

Tu vientre es agrio y tienes blenorragia

Eso es todo lo que París puso en tu regazo

También un poco de alma... porque eres desdichada

Tengo piedad tengo piedad ven hacia mí sobre mi corazón

Las ruedas son los molinos de viento de Jauja

Y los molinos de viento son las muletas que hace girar un mendigo

Somos los lisiados del espacio

Rodamos sobre nuestras cuatro heridas

Nos cortan las alas

Las alas de nuestros siete pecados

y todos los trenes son los baleros del diablo

Corral

El mundo moderno

La velocidad no tiene la culpa

El mundo moderno

Las lejanías están demasiado lejos

Y al final del viaje es terrible ser un hombre con una mujer...

—Dime, Blas, ¿estamos muy lejos de Montmartre?

Tengo piedad tengo piedad ven a mí te contaré una historia

Ven a mi cama

Ven a mi corazón

Te contaré una historia...

 ¡Oh ven! ¡ven!

En Fidji reina la primavera eterna

La pereza

El amor extasía a las parejas en la hierba alta

y la sífilis ronda bajo los bananeros

¡Ven a la islas perdidas del Pacífico!

Tienen los nombres del Fénix, de las Marquesas

Borneo y Java

y Célebes con forma de gato.

 No podemos ir al Japón

¡ Ven a Méjico!

En sus altiplanicies florecen los tulipaneros

Las lianas tentaculares son la cabellera del sol

Se hablaría de la paleta y los pinceles de un pintor

Colores fragorosos como gongs,

Allí estuvo Rousseau

Allí deslumbró su vida

Es el país de los pájaros

El pájaro del paraíso, el ave lira

El tucán, el sinsonte

Yel colibrí anida en el corazón de los lirios negros

¡Ven!

Nos amaremos en las majestuosas ruinas de un templo azteca

Tú serás mi ídolo

Un ídolo abigarrado infantil un poco feo y extrañamente raro

¡Oh ven!

 Si quieres iremos en aeroplano y volaremos sobre el país de los mil lagos,

Allí las noches son desmesuradamente largas

El antepasado prehistórico tendrá miedo de mi motor

Aterrizaré y construiré un hangar para mi avión con los huesos fósiles de mamut

El fuego primitivo recalentará nuestro pobre amor

Samovar

Y nos amaremos cerca del polo al modo muy burgués

¡Oh ven!

Juana mi Juani Juanita nita mi tetita

Mimimi miamor mi putita mi Perú

A la nana nanita

Mi col mi colita

Chum chum korasón

De pollito

Amada cabrita

Chochito mío

Mi caprichito

Cuchi cuchi

Se durmió.

Y no se tragó ni una sola de todas las horas del mundo

Ninguno de todos lo s rostros vislumbrados en las estaciones

Ninguno de todos los relojes

La hora de París la hora de Berlín la hora de San Petersburgo

/y la hora de todas las estaciones

Y en Ufa, el rostro ensangrentado del artillero

Y la esfera tontamente luminosa de Grodno

Y el eterno avance del tren

Todas las mañanas se ponen en hora los relojes

El tren adelanta el sol atrasa

No importa, oigo las sonoras campanas

La enorme campana de Nôtre-Dame

La campanita agridulce del Louvre que convocó la San Bartolomé

 Los carillones enmohecidos de Brujas la Muerta

Las campanillas eléctricas de la biblioteca de Nueva York

Las campanas de Venecia

Y las de Moscú, el reloj de la Puerta Roja que me contaba las horas cuando estaba en una /oficina

Y mis recuerdos

El tren retumba en las placas giratorias

El tren rueda

Un gramófono ronca una marcha cíngara

Y el mundo, como el reloj del barrio judío de Praga, gira locamente al revés

Deshoja la rosa de los vientos

Ya zumban las tormentas desencadenadas

Los trenes ruedan en torbellino sobre las redes enmarañadas Baleros diabólicos

Hay trenes que nunca se encuentran

Otros se pierden en el camino

Los jefes de estación juegan al ajedrez

Chaquete

Billar

Carambolas

Parábolas

la vía férrea es una nueva geometría

Siracusa

Arquímedes

y los soldados que lo degollaron

y las galeras

y las naves

y los prodigiosos artefactos que inventó

y todas las matanzas

La historia antigua

La historia moderna

Los torbellinos

Los naufragios

Hasta el del Titánica que leí en el diario

Otras tantas imágenes-asociaciones que no puedo desarrollar en mis versos

Porque todavía soy un poeta muy malo

Porque el universo me desborda

Porque no me preocupé por asegurarme contra los accidentes de tren

Porque no sé ir hasta el fondo de las cosas y tengo miedo.

Tengo miedo

No sé ir hasta el fondo de las cosas

Como mi amigo Chagall podría hacer una serie de cuadros dementes                                                                 

Pero no tomé notas de viaje

«Perdónenme la ignorancia

Perdónenme no conocer ya el antiguo juego de los versos»

Como dice Guillaume Apollinaire

Todo lo que se refiere a la guerra puede leerse en las Memorias de Kuropatkin                                          

O en los diarios japoneses que están tan cruelmente ilustrados

Para qué documentarme

Me abandono

A los sobresaltos de mi memoria...

A partir de lrkutsk el viaje se hizo demasiado lento

Demasiado  largo

Nosotros estábamos en el primer tren que rodeaba el lago Baikal

Habían adornado la locomotora con banderas y farolitos

Y dejamos la estación con los tristes acentos del himno al Zar

Si yo fuera pintor vertería mucho rojo, mucho amarillo en el final de este viaje

Pues en verdad creo que todos estábamos un poco locos

Y que un inmenso delirio ensangrentaba las nerviosas caras de mis compañeros de viaje

Cuando nos acercábamos a Mongolia

Que retumbaba como un incendio.

El tren había disminuido su marcha

Y en el perpetuo rechinamiento de las ruedas percibía

Los acentos locos y los sollozos

De una liturgia eterna.

He visto

He visto los trenes silenciosos los trenes negros que volvían del Lejano Oriente y que /pasaban como fantasmas

Y mi ojo, como el fanal de popa, aún corre tras esos trenes

En Talga agonizaban 100.000 heridos por falta de cuidados

Visité los hospitales de Krasnoiarsk

Y en Jilok nos cruzamos con un largo convoy de soldados locos

En los lazaretos vi llagas abiertas heridas que sangraban a rabiar                                                 Los miembros amputados danzaban en derredor

O alzaban el vuelo en el aire ronco

El incendio se hallaba en todas las caras en todos los corazones

Dedos idiotas tamborileaban sobre todos los vidrios y bajo la presión del miedo todas las /miradas reventaban como abscesos                                                  

En todas las estaciones quemaban todos los vagones

Y he visto

He visto trenes de 60 locomotoras que huían a todo vapor perseguidas por los horizontes /en celo y bandas de cuervos que alzaban el vuelo desesperadamente tras ellos

Desaparecer

En dirección de Port-Arthur.

En Tchita tuvimos algunos días de respiro

Detención de cinco días debido a la obstrucción de la vía

Los pasamos en casa del Señor Yankelevitch que quería darme a su hija única en /matrimonio

Luego volvió a partir el tren.

Ahora me había instalado yo en el piano y me dolían los dientes

Cuando quiero vuelvo a ver ese interior tan tranquilo el negocio del padre y los ojos de la /hija que de noche venía a mi cama

Mussorgsky

Y los lieder de Hugo Wolf

Y las arenas del Gobi

Y en Jailar una caravana de sombreros blancos

Realmente creo que estaba ebrio durante más de 500 kilómetros

Pero estaba tocando el piano y eso es todo lo que vi

Cuando se viaja habría que cerrar los ojos

Dormir

Hubiera deseado tanto dormir

Reconozco todos los países con los ojos cerrados por su olor y reconozco todos los trenes /por el ruido que hacen

Los trenes de Europa son de cuatro tiempos mientras que los de Asia son de cinco o siete /tiempos

Otros van en sordina son canciones de cuna

Hay algunos que por el ruido monótono de las ruedas me recuerdan la pesada prosa de /Maeterlinck

He descifrado todos los textos confusos de las ruedas y reunido los elementos dispersos /de una violenta belleza

Que poseo y que me acosa.

Tsitsikar y Jarbín

No voy más lejos

Es la última estación

Me apeé en Jarbín cuando acababan de prender fuego a las oficinas de la Cruz Roja   

Oh París

Gran hogar cálido con los tizones entrecruzados de tus calles y tus viejas casas que se /inclinan sobre ellas y se calientan como abuelas

Y aquí hay anuncios en rojo en verde multicolores como mi pasado, realmente amarillo

Amarillo el arrogante color de las novelas de Francia en el extranjero                                                      

Me gusta frotarme con los ómnibus en marcha en las grandes ciudades

Los de la línea Saint-Germain-Montmartre me llevan al asalto de la Butte

Los motores mugen como los toros de oro

Las vacas del crepúsculo pastan en el Sacré-Coeur

Oh París

Estación central andén de las voluntades encrucijada de las inquietudes

Sólo los vendedores de periódicos tienen todavía un poco de luz sobre su puerta

La Compañía Internacional de Wagons-Lits y de los Grandes Expresos Europeos me /envió su prospecto

Es la iglesia más hermosa del mundo

Tengo amigos que me rodean como vallas

Cuando parto tienen miedo de que no vuelva más

Todas las mujeres que conocí se alzan en los horizontes

Con los gestos lastimosos y las miradas tristes de los semáforos bajo la lluvia

Bella, Agnès, Catherine y la madre de mi hijo en Italia

y aquélla, la madre de mi amor en América

Hay gritos de sirena que me parten el alma

Allá lejos en Manchuria un vientre se estremece todavía como en un  parto

Querría

Querría no haber hecho nunca mis viajes

Esta noche me atormenta un gran amor

Y pienso a mi pesar en la pequeña Juahna de Francia.

Fue en una noche de tristeza cuando escribí este poema en su honor                                                                     

Juana

La pequeña prostituta

Estoy triste estoy triste

Iré al Lapin-agile a recordar mi juventud perdida

y tomar unas copitas

Luego volveré solo

 

París

Ciudad de la Torre única del gran Patíbulo y de la Rueda

 

París, 1913

 

 

 

 

 

Prose du Transsibérien et de la petite Jehanne de France

 

 

En ce temps-là, j'étais en mon adolescence

J'avais à peine seize ans et je ne me souvenais déjà plus de mon enfance

J'étais à 16.000 lieues du lieu de ma naissance

J'étais à Moscou dans la ville des mille et trois clochers et des sept gares

Et je n'avais pas assez des sept gares et des mille et trois tours

Car mon adolescence était si ardente et si folle

Que mon coeur tour à tour brûlait comme le temple d'Ephèse ou comme la Place /Rouge de Moscou

Quand le soleil se couche.

Et mes yeux éclairaient des voies anciennes.

Et j'étais déjà si mauvais poète

Que je ne savais pas aller jusqu'au bout.

Le Kremlin était comme un immense gâteau tartare croustillé d'or,

Avec les grandes amandes des cathédrales, toutes blanches

Et l'or mielleux des cloches...

Un vieux moine me lisait la légende de Novgorode

J'avais soif

Et je déchiffrais des caractères cunéiformes

Puis, tout à coup, les pigeons du Saint-Esprit s'envolaient sur la place

Et mes mains s'envolaient aussi avec des bruissements d'albatros

Et ceci, c'était les dernières réminiscences

Du dernier jour

Du tout dernier voyage

Et de la mer.

Pourtant, j'étais fort mauvais poète

Je ne savais pas aller jusqu'au bout

J'avais faim

Et tous les jours et toutes les femmes dans les cafés et tous les verres

J'aurais voulu les boire et les casser

Et toutes les vitrines et toutes les rues

Et toutes les maisons et toutes les vies

Et toutes les roues des fiacres qui tournaient en tourbillon sur les mauvais pavés

J'aurais voulu les plonger dans une fournaise de glaive

Et j'aurais voulu broyer tous les os

Et arracher toutes les langues

Et liquéfier tous ces grands corps étranges et nus sous les vêtements qui m'affolent...

Je pressentais la venue du grand Christ rouge de la révolution russe...

Et le soleil était une mauvaise plaie

Qui s'ouvrait comme un brasier

En ce temps-là j'étais en mon adolescence

J'avais à peine seize ans et je ne me souvenais déjà plus de ma naissance

J'étais à Moscou où je voulais me nourrir de flammes

Et je n'avais pas assez des tours et des gares que constellaient mes yeux

En Sibérie tonnait le canon, c'était la guerre

La faim le froid la peste et le choléra

Et les eaux limoneuses de l'Amour charriaient des millions de charognes

Dans toutes les gares je voyais partir tous les dernier trains

Personne ne pouvait plus partir car on ne délivrait plus de billets

Et les soldats qui s'en allaient auraient bien voulu rester...

Un vieux moine me chantait la légende de Novgorod

Moi, le mauvais poète, qui ne voulais aller nulle part, je pouvais aller partout

Et aussi les marchands avaient encore assez d'argent pour tenter aller faire fortune.

Leur train partait tous les vendredis matins.

On disait qu'il y avait beaucoup de morts.

L'un emportait cent caisses de réveils et de coucous de la forêt noire

Un autre, des boites à chapeaux, des cylindres et un assortiment de tire-bouchons de Sheffield

Un des autres, des cercueils de Malmoë remplis de boites de conserve et de sardines à l'huile

Puis il y avait beaucoup de femmes

Des femmes, des entrejambes à louer qui pouvaient aussi servir

Des cercueils

Elles étaient toutes patentées

On disait qu'il y a avait beaucoup de morts là-bas

Elles voyageaient à prix réduit

Et avaient toutes un compte courant à la banque.

Or, un vendredi matin, ce fut enfin mon tour

On était en décembre

Et je partis moi aussi pour accompagner le voyageur en bijouterie qui se rendait à Kharbine

Nous avions deux coupés dans l'express et 34 coffres de joailleries de Pforzheim

De la camelote allemande "Made in Germany"

Il m'avait habillé de neuf et en montant dans le train j'avais perdu un bouton

- Je m'en souviens, je m'en souviens, j'y ai souvent pensé depuis -

Je couchais sur les coffres et j'étais tout heureux de pouvoir jouer avec le browning nickelé qu'il m'avait aussi donné

J'étais très heureux, insouciant

Je croyais jouer au brigand

Nous avions volé le trésor de Golconde

Et nous allions, grâce au Transsibérien, le cacher de l'autre côté du monde

Je devais le défendre contre les voleurs de l'Oural qui avaient attaqué les saltimbanques de Jules Verne

Contre les khoungouzes, les boxers de la Chine

Et les enragés petits mongols du Grand-Lama

Alibaba et les quarante voleurs

Et les fidèles du terrible Vieux de la montagne

Et surtout contre les plus modernes

Les rats d'hôtels

Et les spécialistes des express internationaux.

Et pourtant, et pourtant

J'étais triste comme un enfant

Les rythmes du train

La "moëlle chemin-de-fer" des psychiatres américains

Le bruit des portes des voix des essieux grinçant sur les rails congelés

Le ferlin d'or de mon avenir

Mon browning le piano et les jurons des joueurs de cartes dans le compartiment d'à côté

L'épatante présence de Jeanne

L'homme aux lunettes bleues qui se promenait nerveusement dans le couloir et me regardait en passant

Froissis de femmes

Et le sifflement de la vapeur

Et le bruit éternel des roues en folie dans les ornières du ciel

Les vitres sont givrées

Pas de nature!

Et derrière, les plaines sibériennes le ciel bas et les grands ombres des taciturnes qui montent et qui descendent

Je suis couché dans un plaid

Bariolé

Comme ma vie

Et ma vie ne me tient pas plus chaud que ce châle écossais

Et l'europe toute entière aperçue au coupe-vent d'un express à toute vapeur

N'est pas plus riche que ma vie

Ma pauvre vie

Ce châle

Effiloché sur des coffres remplis d'or

Avec lesquels je roule

Que je rêve

Que je fume

Et la seule flamme de l'univers

Est une pauvre pensée...

Du fond de mon coeur des larmes me viennent

Si je pense, Amour, à ma maîtresse;

Elle n'est qu'une enfant que je trouvai ainsi

Pâle, immaculée au fond d'un bordel.

Ce n'est qu'une enfant, blonde rieuse et triste.

Elle ne sourit pas et ne pleure jamais;

Mais au fond de ses yeux, quand elle vous y laisse boire

Tremble un doux Lys d'argent, la fleur du poète.

Elle est douce et muette, sans aucun reproche,

avec un long tressaillement à votre approche;

Mais quand moi je lui viens, de ci, de là, de fête,

Elle fait un pas, puis ferme les yeux- et fait un pas.

Car elle est mon amour et les autres femmes

N'ont que des robes d'or sur de grands corps de flammes,

Ma pauvre amie est si esseulée,

Elle est toute nue, n'a pas de corps -elle est trop pauvre.

Elle n'est qu'une fleur candide, fluette,

La fleur du poète, un pauvre lys d'argent,

Tout froid, tout seul, et déjà si fâné‚

Que les larmes me viennent si je pense à son coeur.

Et cette nuit est pareille à cent mille autres quand un train file dans la nuit

-Les comètes tombent-

Et que l'homme et la femme, même jeunes, s'amusent à faire l'amour.

Le ciel est comme la tente déchirée d'un cirque pauvre dans un petit village de pêcheurs

En Flandres

Le soleil est un fumeux quinquet

Et tout au haut d'un trapèze une femme fait la lune.

La clarinette le piston une flûte aigre et un mauvais tambour

Et voici mon berceau

Mon berceau

Il était toujours près du piano quand ma mère comme madame Bovary jouait les sonates de Beethoven

J'ai passé mon enfance dans les jardins suspendus de Babylone

Et l'école buissonière dans les gares, devant les trains en partance

Maintenant, j'ai fait courir tous les trains derrière moi

Bâle-Tombouctou

J'ai aussi joué aux courses à Auteuil et à Longchamp

Paris New-York

Maintenant j'ai fait courir tous les trains tout le long de ma vie

Madrid-Stokholm

Et j'ai perdu tous mes paris

Il n'y a plus que la Patagonie, la Patagonie qui convienne à mon immense tristesse, la Patagonie, et un voyage dans les mers du Sud

Je suis en route

J'ai toujours été en route

Le train fait un saut périlleux et retombe sur toutes ses roues

Le train retombe sur ses roues

Le train retombe toujours sur toutes ses roues

"Blaise, dis, sommes-nous bien loin de Montmartre?"

Nous sommes loin, Jeanne, tu roules depuis sept jours

Tu es loin de Montmartre, de la Butte qui t'a nourrie, du Sacré Coeur contre lequel tu t'es blottie

Paris a disparu et son énorme flambée

Il n'y a plus que les cendres continues

La pluie qui tombe

La tourbe qui se gonfle

La Sibérie qui tourne

Les lourdes nappes de neige qui remontent

Et le grelot de la folie qui grelotte comme un dernier désir dans l'air bleui

Le train palpite au coeur des horizons plombés

Et ton chagrin ricane...

"Dis, Blaise, sommes-nous bien loin de Montmartre?"

Les inquiétudes

Oublie les inquiétudes

Toutes les gares lézardés obliques sur la route

Les files télégraphiques auxquelles elles pendent

Les poteaux grimaçant qui gesticulent et les étranglent

Le monde s'étire s'allonge et se retire comme un accordéon qu'une main sadique tourmente

Dans les déchirures du ciel les locomotives en folie s'enfuient

et dans les trous

les roues vertigineuses les bouches les voies

Et les chiens du malheur qui aboient à nos trousses

Les démons sont déchaînés

Ferrailles

Tout est un faux accord

Le broun-roun-roun des roues

Chocs

Rebondissements

Nous sommes un orage sous le crâne d'un sourd

"Dis, Blaise, sommes-nous bien loin de Montmartre?"

Mais oui, tu m'énerves, tu le sais bien, nous sommes bien loin

La folie surchauffée beugle dans la locomotive

Le peste le choléra se lèvent comme des braises ardentes sur notre route

Nous disparaissons dans la guerre en plein dans un tunel

La faim, la putain, se cramponnent aux nuages en débandade et fiente des batailles en tas /puants de morts

Fais comme elle, fais ton métier...

"Dis, Blaise, sommes-nous bien loin de Montmartre?"

Oui, nous le sommes, nous le sommes

Tous les boucs émissaires ont crevé dans ce désert

Entends les sonnailles de ce troupeau galeux Tomsk Tcheliabinsk Kainsk Obi Taïchet Verkné Oudinsk Kourgane Samara Pensa-Touloune

La mort en Mandchourie

Est notre débarcadère est notre dernier repaire

Ce voyage est terrible

Hier matin

Ivan Oullitch avait les cheveux blancs

Et Kolia Nicolaï Ivanovovich se ronge les doigts depuis quinze jours...

Fais comme elles la Mort la Famine fais ton métier

Ca coûte cent sous, en transsibérien ça coûte cent roubles

En fièvre les banquettes et rougeoie sous la table

Le diable est au piano

Ses doigts noueux excitent toutes les femmes

La Nature

Les Gouges

Fais ton métier

Jusqu'à Kharbine...

"Dis, Blaise, sommes-nous bien loin de Montmartre?"

Non mais... fiche-moi la paix... laisse-moi tranquille

Tu as les anches angulaires

Ton ventre est aigre et tu as la chaude-pisse

C'est tout ce que Paris a mis dans ton giron

C'est aussi un peu d'âme... car tu es malheureuse

J'ai pitié j'ai pitié viens vers moi sur mon coeur

Les roues sont les moulins à vent d'un pays de Cocagne

Et les moulins à vent sont les béquilles qu'un mendiant fait tournoyer

Nous sommes les culs-de-jatte de l'espace

Noous roulons sur nos quatre plaies

On nous a rogné les ailes

Les ailes de nos sept péchés

Et tous les trains sont les bilboquets du diable

Basse-cour

Le monde moderne

La vitesse n'y peut mais

Le monde moderne

Les lointains sont par trop loin

Et au bout du voyage c'est terrible d'être un homme avec une femme...

"Blaise, dis, sommes nous bien loin de Montmartre"

J'ai pitié, j'ai pitié, viens vers moi je vais te conter une histoire

Viens dans mon lit

Viens sur mon coeur

Je vais te conter une histoire...

Oh viens! viens!

Au Fidji règne l'éternel printemps

La paresse

L'amour pâme les couples dans l'herbe haute et la chaude syphilis rôde sous les bananiers

Viens dans les îles perdues du Pacifique!

Elles ont nom du Phénix, des Marquises

Bornéo et Java

Et Célèbes à la forme d'un chat

Nous ne pouvons pas aller au Japon

Viens au Mexique

Sur les hauts plateaux les tulipiers fleurissent

Les lianes tentaculaires sont la chevelure du soleil

On dirait la palette et le pinceau d'un peintre

Des couleurs étourdissantes comme des gongs,

Rousseau y a été

Il y a ébloui sa vie

C'est la pays des oiseaux

L'oiseau du paradis, l'oiseau-lyre

Le toucan, l'oiseau moqueur

Et le colibri niche au coeur des lys noirs

Viens!

Nous nous aimerons dans les ruines majestueuses d'un temple aztèque

Tu seras mon idole

Une idole bariolée enfantine un peu laide et bizarrement étrange

Oh viens!

Si tu veux, nous irons en aéroplane et nous survolerons le pays des mille lacs,

Les nuits y sont démesurément longues

L'ancêtre préhistorique aura peur de mon moteur

J'atterrirai

Et je construirai un hangar pour mon avion avec les os fossiles de mammouth

Le feu primitif réchauffera notre pauvre amour

Samowar

Et nous nous aimerons bien bourgeoisement prés du pôle

Oh viens!

Jeanne Jeannette Ninette Nini ninon nichon

Mimi mamour ma poupoule mon Pérou

Dado dondon

Carotte ma crotte

Chouchou p'tit coeur

Cocotte

Chérie p'tite chèvre

Mon p'tit péché mignon

Concon Coucou

Elle dort

Elle dort

Et de toutes les heures du monde elle n'en pas gobé une seule

Tous les visages entrevus dans les gares

Toutes les horloges

L'heure de Paris l'heure de Berlin l'heure de Saint-Pétersbourg et l'heure de toutes les /gares

Et à Oufa le visage ensanglanté du canonnier

Et le cadrant bêtement lumineux de Grodno

Et l'avance perpétuelle du train

Tous les matins on met les montres à l'heure

Le train avance et le soleil retarde

Rien n'y fait, j'entends les cloches sonores

Le gros bourdon de Notre-Dame

La cloche aigrelette du Louvre qui sonna la Saint-Bathelémy

Les carillons rouillés de Bruges-La-Morte

Les sonneries éléctriques de la bibliothèque de New-York

Les campagnes de Venise

Et les cloches de Moscou, l'horloge de la Porte-Rouge qui me comptait les heures quand /j'étais dans un bureau

Et mes souvenirs

Le train tonne sur les plaques tournantes

Le train roule

Un gramphone grasseye une marche tzigane

Et le monde comme l'horloge du quartier juif de Prague tourne éperdument à rebours

Effeuille la rose des vents

Voici que bruissent les orages déchaînés

Les trains roulent en tourbillon sur les réseaux enchevêtrés

Bilboquets diaboliques

Il y a des trains qui ne se rencontrent jamais

D'autres se perdent en route

Les chefs-de gare jouent aux échecs

Tric-Trac Billard Caramboles Paraboles

La voie ferrée est une nouvelle géométrie

Syracuse Archimède

Et les soldats qui l'égorgèrent

Et les galères Et les vaisseaux

Et les engins prodigieux qu'il inventa

Et toutes les tueries

L'histoire antique L'histoire moderne

Les tourbillons Les naufrages

Même celui du Titanic que j'ai lu dans un journal

Autant d'images-associations que je ne peux pas développer dans mes vers

Car je suis encore fort mauvais poète

Car l'univers me déborde

Car j'ai négligé de m'assurer contre les accidents de chemins de fer

Car je ne sais pas aller jusqu'au bout

Et j'ai peur

J'ai peur

Je ne sais pas aller jusqu'au bout

Comme mon ami Chagall je pourrais faire une série de tableaux déments

Mais je n'ai pas pris de notes en voyage

Pardonnez-moi mon ignorance

Pardonnez-moi de ne plus connaître l'ancien jeu des vers comme dit Guillaume Apollinaire

Tout ce qui concerne la guerre on peut le lire dans les mémoires de Kouropatkine

Ou dans les journaux japonais qui sont aussi cruellement illustrés

A quoi bon me documenter

Je m'abandonne aux sursauts de ma mémoire...

A partir d'Irkoutsk le voyage devint beaucoup trop lent

beaucoup trop long

Nous étions dans le premier train qui contournait le lac Baïkal

On avait orné la locomotive de drapeaux et de lampions

Et nous avions quitté la gare aux accents tristes de l'hymne au Tzar

Si j'étais peintre, je déverserais beaucoup de rouge, beaucoup de jaune sur la fin de ce /voyage

Car je crois bien que nous étions tous un peu fou

Et qu'un délire immense ensanglantait les faces énervées de mes compagnons de voyage

Comme nous approchions de la Mongolie

Qui ronflait comme un incendie

Le train avait ralenti son allure

Et je percevais dans le grincement perpétuel des roues

Les accents fous et les sanglots

d'une éternelle liturgie

J'ai vu

J'ai vu les train silencieux les trains noirs qui revenaient de l'Extrême-Orient et qui /passaient en fantôme

Et mon oeil, comme le fanal d'arrière, court encore derrière ses trains

A Talga 100 000 blessés agonisaient faute de soins

J'ai visité les hôpitaux de Krasnoïarsk

Et à Khilok nous avons croisé un long convoi de soldats fous

J'ai vu dans les lazarets les plaies béantes les blessures qui saignaient à pleines orgues

Et les membres amputés dansaient autour ou s'envolaient dans l'air rauque

L'incedie était sur toutes les faces dans tous les coeurs

Des doigts idiots tambourinaient sur toutes les vitres

Et sous la pression de la peur les regards crevaient comme des abcés

Dans toutes les gares on brûlait tous les wagons

Et j'ai vu

J'ai vu des trains de soixante locomotives qui s'enfuyaient à toute vapeur pourchassés par /les horizons en rut et des bandes de corbeaux qui s'envolaient désespérément après

Disparaître

Dans la direction de Port-Arthur

A Tchita nous eûmes quelques jours de répit

Arrêt de cinq jours vu l'encombrement de la voie

Nous les passâmes chez monsieur Jankelevitch qui voulait me donner sa fille unique en /mariage

Puis le train reparti

Maintenant c'était moi qui avait pris place au piano et j'avais mal aux dents

Je revois quand je veux cet intérieur si calme le magasin du père et les yeux de la fille qui /venait le soir dans mon lit

Moussorgsky

Et les lieder de Hugo Wolf

Et les sables du Gobi

Et à Khaïlar une caravane de chameaux blancs

Je crois bien que j'étais ivre durant plus de cinq-cent kilomètres

Mais j'étais au piano et c'est tout ce que je vis

Quand on voyage on devrait fermer les yeux

Dormir j'aurais tant voulu dormir

Je reconnais tous les pays les yeux fermés à leur odeur

Et je reconnais tous les trains au bruit qu'ils font

Les trains d'Europe sont à quatre temps tandis que ceux d'Asie sont à cinq ou sept temps

D'autres vont en sourdine sont des berceuses

Et il y en a qui dans le bruit monotone des roues me rappellent la prose lourde de /Maeterlink

J'ai déchiffré tous les textes confus des roues et j'ai rassemblé les éléments épars d'une /violente beauté

Que je possède

Et qui me force

Tsitsika et Kharbine

Je ne vais pas plus loin

C'est la dernière station

Je débarquai à Kharbine comme on venait de mettre le feu aux bureaux de la Croix-/Rouge.

O Paris

Grand foyer chaleureux avec les tisons entrecroisés de tes rues et les vieilles maisons qui /se penchent au-dessus et se réchauffent comme des aïeules

Et voici, des affiches, du rouge du vert multicolores comme mon passé bref du jaune

Jaune la fière couleur des romans de France à l'étranger.

J'aime me frotter dans les grandes villes aux autobus en marche

Ceux de la ligne Saint-Germain-Montmartre m'emportent à l'assaut de la Butte.

Les moteurs beuglent comme les taureaux d'or

Les vaches du crépuscules broutent le Sacré-Coeur

O Paris

Gare centrale débarcadère des volontés, carrefour des inquiétudes

Seuls les marchands de journaux ont encore un peu de lumière sur leur porte

La Compagnie Internationale des Wagons-Lits et des Grands Express Européens m'a

/envoyé son prospectus

C'est la plus belle église du monde

J'ai des amis qui m'entourent comme des garde-fous

Ils ont peur quand je m'en vais que je ne revienne plus

Toutes les femmes que j'ai rencontrées se dressent aux horizons

Avec les gestes piteux et les regards tristes des sémaphores sous la pluie

Bella, Agnès, Catherine et la mère de mon fils en Italie

Et celle, la mère de mon amour en Amérique

Il y a des cris de Sirène qui me déchirent l'âme

Là-bas en Mandchourie un ventre tressaille encore comme dans un accouchement

Je voudrais

Je voudrais n'avoir jamais fait mes voyages

Ce soir un grand amour me tourmente

Et malgré moi je pense à la petite Jehanne de France.

C'est par un soir de tristesse que j'ai écrit ce poème en son honneur

Jeanne

La petite prostituée

Je suis triste je suis triste

J'irai au Lapin Agile me ressouvenir de ma jeunesse perdue

Et boire des petits verres

Puis je rentrerai seul

 

Paris

Ville de la Tour Unique du grand Gibet et de la Roue

 

 

Paris 1913

 

N. del T. La versión en lengua española se ha realizado a partir de la primera edición revisada por el poeta Cendrars (1887-1961) quien lo escribió en los primeros meses de 1913. Fue ilustrada y editada por la pintora Sonia Delaunay (1885-1979). Se publicó en “Les Hommes Nouveaux” a finales de 1913. Se cuenta que tras su primera lectura pública (Las “presentaciones” son cosa moderna) Apollinaire, que corregía su libro “Alcools”, regresó a toda prisa a su casa y suprimió todas puntuación de su original. Se non è vero è ben trovato.