Porque conspiráis en Callao

con un puñado de poemas

en las manos y en las tripas,

sois el futuro,

desde el Distrito Federal a Buenos Aires

pasando por Santiago de Chile o Lima.

Lleváis tatuada a Jane Birkin

en la punta del corazón

y posáis desafiantes al calor de Vallejo y Parra,

tenéis rock en las venas

y semen en los tinteros.

Preciados se diluye en Lavapiés,

tambores de guerra,

Borges y Leonard Cohen

se citan en La Montera,

un duelo a muerte,

Pequeño Vals Vienés

al sur de Rivadavia.

Y sois descarados y canallas

pero amáis con vergüenza,

Bolañescos y Cortazarianos,

estirpes de cerveza y whisky,

teorías científicas

para ingresar en la astronomía laberíntica de Óscar Pirot

o salir del Manicomio de Mauricio Medo.

Cada tarde os batís en duelo,

y llegáis al amanecer borrachos,

al final creéis que todo es un juego,

hasta que suena el timbre

y otra vez el maldito alquiler.