Primero es el barullo de unos niños
después la asociación con la noche de brujas
la lucidez despacio enmarañada
la habitación de enfrente apareciéndose
las cosas que han guardado y lo que miden
las partes de la casa que no vemos
la huella del propósito
de releer los cómics de Tintín
la vieja colección de pensamiento
la luz de la mañana en la oficina
otro fin de semana reducido
a una tarde por culpa del trabajo
y al final el calor en vaharadas
la quemadura tribu de tu abrazo en mi espalda
con el que me preguntas en qué pienso.