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Configurar sentido ascendente

10 de noviembre de 2015

Aunque el siglo XX haya sido muy fértil en sus reflexiones sobre el lenguaje, no resulta fácil encontrar experiencias como la de Clarice Lispector. La escritora brasileña se adentró en los parajes mudos, buscó lo que alienta bajo el manto del silencio. Allí se asientan praderas y praderas de seres y sentimientos nunca mencionados, e imposibles de nombrar, no porque no existan, sino porque las palabras son incapaces de orientarse en ese flujo de vida, de latidos y presencias que no se dejan atrapar por el lenguaje. La palabra ha de actuar como anzuelo para atrapar lo no dicho y, tal vez así, tampoco lo consiga, y sólo pueda obtener un rumor, un aroma, un vago presentimiento. Pocos escritores han luchado tan duramente con el lenguaje como lo hizo Clarice Lispector y quizá uno de sus logros, una de sus obras más herméticas, pese a lo trasparente de su léxico y de sus imágenes, sea justamente Agua viva.

El libro se publicó en 1973, pero lo que el lector tiene en sus manos es apenas un resumen de una obra que triplicaba el número de páginas, cuya redacción llevó a su autora varios años y que recibió, a lo largo de ese periodo, distintos títulos como “Detrás del pensamiento: monólogo con la vida” u “Objeto gritante”. Sólo tras una exhaustiva reducción el libro terminó denominándose Agua viva con el doble significado de “manantial” y “medusa”, pues recibe ese nombre en Brasil un tipo de celentéreos trasparentes que abundan en sus playas. La obra no tiene la denominación de “novela”, sino de “ficción”, tal vez porque su autora no consiguió darle la coherencia que consideraba necesaria para ese género literario. Así, pues, estamos ante un libro u obra de ficción, que no alcanza el rango de novela y que describe el día a día, los apuntes, de una artista plástica que podría ser la propia Clarice Lispector. Es sabido que, en aquellos años, la escritora brasileña se interesó por la pintura y la fotografía. De hecho, se han catalogado un total de veintidós obras, la mayoría en técnica mixta sobre madera, de las cuales dieciséis están fechadas en 1975 y una en 1976. Las restantes son, sin duda, anteriores.

Sin embargo, el tema de Agua viva es la vida, el instante, o la instantánea, pues también estamos hablando de fotografía. Pero es además un libro musical con su melodía de fonemas y palabras, donde también suena el silencio o, al menos, éste deba ser escuchado.

Se trata, por tanto, de las anotaciones de una mujer que se sirve de todos los lenguajes artísticos para expresar lo que denomina lo “it”, lo neutro que constituye el núcleo del ser, lo anónimo que habita en la vida, ya que, semejante a una corriente imparable, ésta circula confundiendo las aguas y puede desembocar tanto en la muerte como en la divinidad. El libro es también un pequeño tratado metafísico, un conjunto de aforismos, de visiones nocturnas, de clarividencias de una escritora que, en todo momento, quiere transcenderse a sí misma, alcanzar un estadio en el que los lenguajes pierdan su sentido o, tal vez, lo tengan justamente en su total acabamiento.

Agua viva murmura como una fuente, pero no parece tener huesos ni nervios, como una medusa, que nos atrapara para absorbernos poco a poco. Es un libro para leer y releer en un continuo que nunca acaba y que tampoco tiene un principio. Es cierto que muchos de los párrafos que se incluyen en él fueron escritos a vuela pluma y publicados en la columna que la escritora tenía en el Jornal do Brasil en el que colaboró entre 1967 y 1973. Aquellos textos fueron luego incorporados a sus libros Agua viva y Un aprendizaje o El libro de los placeres como también a cuentos y relatos de esos años. Se entiende así la aparente inconexión de los fragmentos que no siguen un hilo narrativo, pero que tienen un denominador común, un pathos, que son esas reflexiones de una escritora, artista plástica y compositora mental, que está angustiada por la soledad y el abandono, obsesionada por una divinidad ausente a la que continuamente apela, desasosegada por el significado de la vida y por su propia identidad. ¿Quién habla en este escrito? ¿Quién es ella, la que nunca se nombra a sí misma, que se dirige al lector como a un amigo, con un “te”, que en portugués implica un importante grado de complicidad? Todo hace pensar que se trata de la escritora, autora del libro, que, en este caso, no necesita enmascarase bajo unas siglas como en La pasión según GH u otros nombres como Macabea o Ángela, protagonistas de sus novelas La hora de la estrella o Un soplo de vida. Quizás por esta falta de simulación, por este hablar cara a cara con el lector, como lo haría en sus columnas periodísticas, sea por lo que no califique el libro de novela, aunque ¿porqué denominarlo ficción si tiene más que ver con un diario?

Diario o ficción, Agua viva presenta algunos de los textos más sugerentes de la obra clariceana: el catálogo de las flores, por ejemplo, que podría describir su peculiar, y poética, forma de aproximarse a un ser vivo ya sea animal o vegetal. O también la descripción del espejo—su calidad de objeto enmarcado le permite asemejarse a un cuadro—, que se convierte en puro destello, en un “vacío cristalizado”, en el “espacio más hondo que existe”, pues brilla con todos los reflejos, absorbe todas las luces y las imágenes, es el retrato de quien lo mira y vibra como un cuerpo palpitante: Se quita su marco o la línea de su bisel y crece como el agua que se derrama. Es, en consecuencia, agua viva.

Entre las curiosidades que se podrían mencionar acerca del libro están las anotaciones de Clarice en el manuscrito previo con el que trabajó ya sea suprimiendo, reorganizando o añadiendo textos. En éste, que lleva por título “Objeto gritante”, sintetiza en tres frases sus pretensiones: esperar el argumento, escribir sin apremio y abolir la crítica que seca todo. Sabemos que el argumento nunca llegó, o mejor, estaba ya implícito en el original, por lo que no fue necesario inventarse otro. En lo que respecta a las otras dos pautas, al parecer, tampoco fue tan estricta como pretendía. Su biógrafa, Nadia Batella Gotlib, afirma que trabajó en este libro desde 1971 y que, llena de inseguridades, consultó a diversos amigos por la calidad y coherencia de su obra. Finalmente, en 1973, decidió imprimirla. Sin embargo, en el manuscrito mencionado hay una anotación curiosa: “Rever (y volver copiar lo que fuera necesario) cambiándolo a 1974 o 1975, hasta fin de año, diciembre inclusive.” Es decir, que, al formalizarse este original, a comienzos de 1972, Clarice consideraba que tendría que trabajar en el libro por lo menos hasta el 75, que fue justamente el año en el que produjo la mayor cantidad de sus obras pictóricas. Una razón más para testimoniar la actividad interdisciplinar de la escritora brasileña y su necesidad acuciante de expresarse.

Hay que celebrar la reedición de este libro y destacar la espléndida traducción de Elena Losada que, como le caracteriza, es ajustada y meticulosa. Como debe ser.- ANTONIO MAURA.

 

Clarice Lispector, Agua viva, traducción de Elena Losada, Siruela, Madrid, 2014.

 

Escrito en La Torre de Babel Turia por Redacción

Carlos Fortea (Madrid, 1963). Además de escritor, es profesor en la Universidad de Salamanca y traductor literario con una labor de más de cien títulos, entre los que se cuentan obras de Thomas Bernhard, Günter Grass, Stefan Zweig, Alfred Döblin, E.T.A. Hoffmann y Eduard von Keyserling. Es autor de las novelas juveniles Impresión bajo sospecha (Anaya, 2009), El diablo en Madrid (Anaya, 2012) y El comendador de las sombras (Edebé, 2013). Los jugadores (Nocturna, 2015) es su primera novela para adultos.

En la Conferencia de Paz de París, en 1919, coincide una serie de personajes provenientes de diversos países: algunos españoles -una periodista apodada «Carta Blanca», un extraño reportero que trabaja por libre, un especulador y su amante- y otros de las potencias en conflicto, tales como un congresista norteamericano, un activista empeñado en difundir su mensaje, diplomáticos, exiliados rusos y figuras históricas de la magnitud del presidente Wilson, Churchill, Keynes o Clemenceau.

A partir de un asesinato, el comisario Retier iniciará una investigación que entrelazará los rumbos de todos ellos y evidenciará los conflictos que se originan cuando tantos países se reúnen para defender intereses muy distintos.

Una fascinante novela con ecos de perturbadora actualidad sobre la identidad europea ambientada justo antes del Tratado de Versalles y de la irrupción de Estados Unidos como primera potencia mundial.

Carlos Fortea. Los jugadores. Nocturna, 2015.

 

Escrito en La Torre de Babel Turia por Redacción

ES UNO DE LOS PRINCIPALES IMPULSORES DEL ESTUDIO Y DIVULGACIÓN DEL ARTE MUDÉJAR

LA REVISTA TAMBIÉN REDESCUBRE AL ARTISTA JOSÉ LAPAYESE

El nuevo número de la revista cultural TURIA, que se distribuirá a partir del 20 de noviembre,  brinda a los lectores que se interesan por los asuntos o protagonistas aragoneses un atractivo repertorio de temas. En primer lugar, TURIA se ocupa de rendir homenaje a uno de los más singulares nombres propios de nuestra cultura: Gonzalo Borrás, catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza y uno de los principales impulsores del estudio y divulgación del arte mudéjar.

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Escrito en Noticias Turia por Instituto de Estudios Turolenses Diputación Provincial de Teruel

Elisabeth Roudinesco (París, 1944) está considerada una de las grandes intelectuales francesas de nuestros días. Es discípula de Deleuze, Foucault y Todorov, antigua integrante de la Escuela Freudiana que fundó Lacan y gran especialista de la historia del psicoanálisis, es directora de investigación en la Universidad de París-VII. Autora de numerosas obras, entre las que destacan Jacques Lacan. Esbozo de una vida, historia de un sistema de pensamiento (1995), ¿Por qué el psicoanálisis? (2000) y Nuestro lado oscuro, una historia de los perversos (2009).

Tras décadas de hagiografías y de encendidas condenas, hoy en día resulta muy complicado saber quién fue Sigmund Freud. Sin embargo, después de la publicación de las últimas biografías de referencia se han abierto nuevos archivos a los investigadores y lo fundamental de la correspondencia ya es accesible. Por tanto, ahora más que nunca es un momento inmejorable para revisitar a un hombre y una obra sobre la que quedaba mucho que decir. Roudinesco se ha aplicado a la tarea y su ensayo biográfico sobre Freud merece la pena. Entre otras cosas porque su redacción se beneficia de que la autora accediera a documentos que no habían sido consultados antes de 2010, fecha de apertura al público de los archivos freudianos de la Biblioteca del Congreso en Washington.

El fundador del psicoanálisis fue un vienés de la Belle Epoque, súbdito del Imperio austrohúngaro, heredero de la Ilustración alemana y judía. En cuanto al psicoanálisis, este fue fruto de un esfuerzo colectivo, de un cenáculo en el cual Freud dio vía libre a su fascinación por lo irracional y las ciencias ocultas, convirtiendo a veces a sus amigos en enemigos, ejerciendo de Fausto pero también de Mefistófeles. Pensador moderno pero conservador en política, nunca dejó de actuar de modo contradictorio con su obra, siempre en nombre de la razón y de las Luces.

Aquí está Freud en su tiempo, en su familia, rodeado de sus colecciones, con sus mujeres, sus hijos, sus perros; enfrentado al pesimismo ante el auge de los extremismos, lleno de dudas a la hora de emprender su exilio londinense, donde morirá. Pero también le veremos en el nuestro, alimentando nuestras preguntas con sus propias dudas, sus fracasos y sus pasiones.

Sin duda, Roudinesco ha conseguido elaborar una magnifica biografía intelectual del fundador del psicoanálisis. Un personaje que, según concluye la autora en el epílogo del libro,  seguirá siendo “el más grande pensador de su tiempo y el nuestro”.

 

Elisabeth Roudinesco. Freud. En su tiempo y en el nuestro. Debate, 2015.

 

Escrito en La Torre de Babel Turia por Redacción

EDITADO UN NÚMERO ESPECIAL CON MOTIVO DE LA "MOSTRA ESPANHA 2015" DEDICADO A LAS LETRAS DE ESPAÑA Y PORTUGAL

CONTIENE UN ESPECTACULAR MONOGRÁFICO SOBRE LA LITERATURA PORTUGUESA ACTUAL CON TEXTOS INÉDITOS DE 40 ESCRITORES LUSOS

El próximo día 20 de noviembre, la revista cultural TURIA dará a conocer en la Fundación Gulbenkian de Lisboa un espectacular monográfico sobre la literatura portuguesa actual en el que participan, con textos inéditos, un total de 40 escritores lusos de distintas edades, estéticas y procedencias. Junto a ellos, otros tantos destacados autores españoles de nuestros días conforman un sumario especial elaborado con motivo de celebrarse este otoño la “Mostra Espanha 2015”, un evento bienal que pretende fortalecer los vínculos culturales entre España y Portugal.

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Escrito en Noticias Turia por Instituto de Estudios Turolenses Diputación Provincial de Teruel

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