atravesado por las autopistas imposibles, separa las vocales y las consonantes, uno y otro, el viento actual y las velas de antes
contiene la verdad y el odio de los ríos, la nieve más lejana que cabe en la memoria, las formas de tu letra, tu cara a cada hora
en las primeras horas de la luz, su superficie suave para el ojo rima con esto que bebemos, con el llanto que causamos e ignoramos y que es nuestro
dice de cada cosa su contrario, de la noche la tarde, y espera
es otro su vaivén y es el mismo que sufre en todas las formas de la curiosidad o las fuentes del yo
entro en el sueño con una indiferencia ante todo salvo mi cansancio y pongo en movimiento todo lo que no es indiferencia
y al sumergirse el aire equivale al agua y la profundidad es una cuestión de tono
cada caricia es buena para recordar las pieles de naranja que alimentan a sus seres, las translúcidas columnas del océano que nos sostienen y nos hunden y nos juntan