No había elegido ninguna profesión concreta
quizá buscador
de pucheros repletos de tierra quemada y monedas de oro
Berthold
extraño nombre ubicado en lo más alto de la sierra
donde se recuerda el paso de inmensos rebaños de ovejas
por el Puente Pasotierra
uno de los cinco pasos, el central,
la voz del hombre
una voz ya hoy no productiva
y en concreto
la idea de disminución
la disminución del flujo
del caudal de ganado
y de todos nosotros
quizá el diminutivo, los diminutivos,
pero siempre el Simorg
en el que ellos se anulaban
el Simorg eran ellos
y yo la destrucción del mundo
por tres veces
alma agobiada
siempre lector de obras primigenias
atleta de las imágenes
aunque en botánica soy tan exiguo
como abundante en otros conocimientos
como la razón de la miel
los vientos desobedientes
o el rastro de la gelatina en el hígado gigante.
A mí
deben imaginarme como a un hombre moreno
al que se le atribuyen ciertos inventos
(sé dar vida a las panteras)
hombre del futuro
supergordo sentado en cama
cráneo modificado
que dejó de andar
de manipular
de proferir discursos de aparato
soy Berthold aún
pero no conduzco ya el rebaño
de ahora en adelante
rememoro la impostura
sanciono los encomios (Elogio de la mosca)
capturo peces con sabor a vino
y me enjuago en las fuentes de la sabiduría
pero
la verdad
es que en esta larga tarde de domingo
época patria
sólo pienso
en cómo será mi muerte
si la profecía fiel se cumple
y en edad muy avanzada
soy devorado por perros.