Cristian Crusat (Marbella, 1983) debutó con el libro Estatuas (Pre-Textos, 2006), al que seguirían los relatos de Tranquilos en tiempo de guerra (Pre-Textos, 2010) y, un año más tarde, de Breve teoría del viaje y el desierto (Pre-Textos, «Premio Internacional de Cuentos Manuel Llano»), a partir de cuya publicación en 2011 recibió la atención y el aplauso de la crítica y los lectores más atentos, lo que le ha supuesto en los últimos tiempos, entre otras cosas, distinciones como el «European Union Prize for Literature 2013», la inclusión en antologías tan prestigiosas como Cuento español actual. 1992-2012, de Ángeles Encinar (Cátedra, 2014), o la traducción de su trabajo al inglés, francés, italiano, neerlandés, búlgaro y croata. Paralelamente a su obra de ficción, Crusat ha publicado también el ensayo Vidas de vidas. Una historia no académica de la biografía (Páginas de Espuma, 2015), por el que recibió el «VI Premio Málaga de Ensayo», y se ha encargado de editar, prologar y traducir los artículos y ensayos críticos de Marcel Schwob en el volumen El deseo de lo único (Páginas de Espuma, 2012).
«Cuando llegué a Bruselas empezaba a escucharse en algunos medios de comunicación aquella idea del fin del sueño europeo». Los protagonistas de estos relatos se mueven en un escenario que nos resulta turbadoramente conocido: la Europa del siglo XXI, entre las urbanizaciones turísticas que devoran las costas del Mediterráneo, la soledad insidiosa de las habitaciones de hotel y la rutina de los suburbios. Un mundo, que es el nuestro, en el que los viejos signos de identidad basados en la nacionalidad y en las tradiciones familiares o religiosas tienden a borrarse.
Sin embargo, la soledad, las dudas, los impulsos que embargan a los personajes de Solitario empeño son tan universales como un mito griego, una leyenda esquimal o una remota maldición yugoslava. Buscadores de su propia identidad, los protagonistas de estos relatos experimentan el gran misterio, la colosal perplejidad que desde el inicio de los tiempos gobierna las relaciones de padres e hijos, de amantes, de extraños que se cruzan llevados por un azar inexplicable. Cada uno de ellos aspira a hacer de su desarraigo un espacio íntimo, habitable, tal vez comprensible. Sin tragedias ni sentimentalismos. Página a página, relato tras relato, todos se entregan a la titánica y cotidiana labor de conferir sentido a una realidad que –implacable, múltiple y escurridiza– les cautiva y desconcierta.
Cristian Crusat. Solitario empeño. Pre-Textos, 2015.