Buen conocedor desde la infancia del Antiguo Testamento y de las historias de la mitología clásica, guiado en la escritura por el diálogo platónico de la caverna, a partir de cuya lectura decidió dedicarse a la literatura y encontrar en ella parábolas para comprender la realidad, el oscuro laberinto en el que habitaba el minotauro pronto se convirtió en el símbolo mítico del mundo para el que sin duda continúa siendo a día de hoy el dramaturgo de mayor peso en las letras alemanas de entre todos aquellos que siguieron la estela brechtiana. El hombre preso en un entorno complejo y confuso, del que no puede salir en modo alguno, se convirtió así en sus textos en el protagonista principal de un vasto conjunto literario que,
Leer más21 de marzo de 2018
Yo quería escribir una reseña: acaba de publicarse Mundo es, el vigésimo primer volumen del Salón de pasos perdidos de Andrés Trapiello, y me disponía a desmenuzarlo y disfrutarlo en común, comentándolo en tres páginas de pura celebración de la vida y de la buena literatura. Pero pronto advertí que, aparte de que los diarios del autor siempre andan reclamando una relectura panorámica, un balance general, un juicio global… es obvio para los iniciados en el asunto que hablar de uno de los tomos es, en puridad, hacerlo de todos, o, para ser más precisos, que en realidad todos son el mismo,
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21 de marzo de 2018
Martín Caparrós: “Somos muy buenos inventando mitos; no somos tan buenos inventando países”
Los relatos están en la vida de Martín Caparrós desde el principio. El escritor y periodista argentino (Buenos Aires, 1957) recuerda que desde muy niño, y en dramáticas circunstancias, comprendió que la literatura tenía un gran poder, el poder de combatir el miedo. Esa convicción temprana parece haber marcado el camino de este hombre al que la vida, tan llena de historias y de imprevistos, ha enseñado a irse despojando poco a poco de las cosas materiales para viajar ligero de equipaje.
Leer más21 de marzo de 2018
Pablo d’Ors: “Los libros son más inteligentes que los autores”
A la pregunta de cuál es su museo favorito, sonríe con malignidad y señala el de los Expresionistas de Coblenza. Este museo, en el centro de Alemania, es de ficción y está creado por él. Sus salas y pasillos se encuentran en El estupor y la maravilla, publicado en 2007, pendiente de reeditar.
Leer más19 de marzo de 2018
En las noches a salvo, en nuestros pisos,
con las puertas cerradas y la colcha
y quizá el radiador y la cena caliente,
olvidamos la idea de montaña.
Olvidamos que un día,
la montaña fue madre y fue refugio,
veleta y cicatriz
de los cielos urgentes,
noray al que amarrar
el navío fugaz de nuestro tiempo,
el inquieto bajel de la mirada.
En la noche sin cielo de la urbe
la montaña se va, se desvanece,
se funde en la negrura
de tanto por hacer
y es apenas su piedra
aguada en el recuerdo.
La busco en la tiniebla de mi noche,
pero no puedo verla:
un hombre está perdido
si deja que se escape
su idea de montaña.